Casi el 70 % de los cubanos que viven Estados Unidos se localizan en el estado de la Florida; pero su distribución territorial en este no es homogénea. De acuerdo con el último Censo (2020), la voz cantante en esta tonada la lleva el condado de Miami-Dade, donde los cubanos y sus descendientes integran el 34,3 % de la población hispana o latina.
Le siguen, en este orden, los condados de Monroe (20,6% de población hispana, 11,3 % cubanos), Hillsborough (24,9 % de población hispana, 5,3 % cubanos), Broward (25,1 % de población hispana, 4,8 % cubanos), Palm Beach (19 % de población hispana, 3,3 % cubanos) y Okechobee (28,9% de población hispana, 1,3 % cubanos).
El de Hillsborough, en Tampa, alberga una población de connacionales; pero no a la manera de Miami-Dade, sino de Florida central, en la que puertorriqueños y mexicanos (y sus descendientes) constituyen muchas veces las nacionalidades predominantes.
Se trata de un área de 3 279 km2 caracterizada, entre otros rasgos, por su crecimiento demográfico: en 2010 su población era de 1 229 226 habitantes, pero de entonces a acá ha experimentado un crecimiento del 24,38 %. Hoy tiene una población de 1 528 924 personas, con una tasa de crecimiento del 1,53 %, según datos del mismo Censo.
Hillsborough es, nos dicen las estadísticas, el cuarto condado más grande del estado de la Florida, solo superado por Miami-Dade, Broward y Palm Beach. Por su cosmopolitismo y liberalismo, algunos lo llaman el New York de Florida central.
En el mismo condado, pero en 1886, los cubanos fueron la fuerza fundacional y la población mayoritaria de Ybor City debido al establecimiento primero y al auge después de la industria del tabaco, es decir, a su rol en lo que demógrafos y sociólogos han denominado boom town, una hegemonía que se vería desplazada en el tiempo por otros hispanos/latinos ante el declive de la manufactura —aunque, de hecho, la emigración cubana a Tampa nunca dejó de existir.
“En los años finales del siglo XIX —escribe Lisandro Pérez— Ybor City se convirtió en la primera comunidad cubana en Estados Unidos. El Censo de 1900 encontró que 3 553 personas nacidas en Cuba residían en el condado Hillsborough, en el que se encuentra Tampa. Era la más grande concentración de personas nacidas en Cuba, sobrepasando a New York”.
Hoy la población hispana/latina de Hillsborough es del 30,5%, informa el Censo. Aquí los puertorriqueños constituyen la mayoría (7,4%), seguidos por cubanos y mexicanos, con un 5,3 % respectivamente.
Un dato interesante es que el condado alberga a una buena cantidad de españoles (7 % de la población), un resultado de haber participado en aquel boom del XIX junto a cubanos, italianos y estadounidenses.
Pero la distribución de los cubanos dentro del condado tampoco es homogénea. Muchos residen en West Tampa, área establecida en 1892 por el inmigrante escocés Hugh Macfarlane para hacerle la competencia a Ybor en el negocio de producir habanos. La actividad fue el factor determinante para que, en definitiva, el área de la Bahía de Tampa fuera la más grande en términos de albergar población cubana, la misma que llamó “El Cerro” a West Tampa a principios del siglo XX, y además la misma que “cubanizó” varias calles con toponimias como Habana (con “b”, no con “v”) o El Prado Boulevard, entre otras, o incluso les puso apellidos en español (Gómez).
Simbólicamente, estas coexisten y a menudo se funden con otras calles como McDill, Armenia, Abdella o Ivy, recordando así el papel que jugó y aún juega en la cultura local la comunidad de inmigrantes.
De acuerdo con el Censo, en West Tampa el 51,6 % de la población es de origen hispano/latino; pero hay allí una presencia de cubanos fácilmente palpable en el espacio comprendido en la avenida Columbus, de Habana a Dale Mabry, donde hay un Sedano de color amarillo escandaloso, el cementerio Colón-Martí, botánicas ubicadas al lado de locales evangélicos, el restaurante La Teresita y otros sitios de etnicidad confesa en los que parroquianos se dedican tanto a vender mercaderías procedentes de la isla —habanos y cigarrillos Popular y Huppman, medicinas…— como a celebrar manifestaciones contra el Gobierno en la intersección de las avenidas Columbus y Dale Mabry.
Los datos de ese último Censo, sin embargo, no dan cuenta de nuevas tendencias. Una de ellas consiste en el lugar que Tampa ha venido ocupando como un área a la que mudarse, una onda que viene expandiéndose desde la pandemia.
De acuerdo con Redfin, uno de los sitios web de bienes raíces más manejados y populares en Estados Unidos, durante los primeros meses de 2023 unas 9 mil personas se mudaron al área de la Bahía provenientes de distintos estados de la Unión. Esto ha repercutido inevitablemente, entre otras cosas, en el aumento en los precios de las viviendas —que aun así resultan más baratos que en otros lugares, incluso dentro del mismo estado.
Los cubanos de Miami-Dade no han estado de espaldas a la tendencia, en la que participan sobre todo los llegados recientemente a Estados Unidos por la frontera sur. “El corredor de la I-75, desde Naples hasta Tampa, es el lugar ideal económicamente”, sostiene un informe. “Las principales zonas que miran los habitantes de Miami son Port Lucie, Naples, Fort Myers, Brandon y Sarasota”, informa otro.
Conversaciones con numerosos cubanos residentes del área de la Bahía de Tampa, en especial del condado de Hillsborough, dan cuenta de realidades como las siguientes:
- Aumentos en los precios de alquiler de los efficiencies (de 1 000 a 1 200 dólares mensuales).
- Mayores congestiones del tráfico de vehículos, no solo en la llamada rush hour.
- Incremento de negocios de comida cubana, de carros ambulantes a pequeños restaurantes familiares.
- Aumento del número de choferes de motos circulando por las principales arterias del condado.
- Inusual presencia de cubanos en las tiendas, sobre todo en las dollar stores, filmando los estantes y hablando en voz alta con sus familiares en la isla.
- Expresiones de santería depositadas en calles, parques, lagos y otros lugares públicos.
Por el momento no hay muchas cifras disponibles, pero uno de esos nuevos residentes responde al nombre de Yosvanis Arisimin Sierra Hernández, más conocido por Chocolate, “el rey del reparto“.