Todo el mundo se pregunta hasta dónde podrían llegar los Texas Rangers si contaran en su rotación con los lesionados Max Scherzer y Jacob deGrom, dos de las grandes estrellas del picheo en Grandes Ligas durante los últimos años. Sin embargo, a mí me surge otra duda: ¿los tejanos hubieran podido llegar tan lejos este año sin el bate del cubano José Adolis García?
Es una cuestión a considerar. El jardinero avileño lideró a los Rangers en jonrones (39) e impulsadas (107) durante la temporada regular, terminó segundo en anotadas (108) y slugging (.508), y tercero en OPS (.836). Además, su defensa en el bosque derecho fue espectacular, calibre de Guante de Oro. Pero la historia no se detiene ahí…
Muchos tenían dudas de si Adolis continuaría con su producción en postemporada, un escenario mucho más agresivo, exigente y desconocido para el cubano, que nunca había jugado en estas instancias. Pues bien, sin llegar a brillar en todo su esplendor, el portentoso slugger fue el detonante de la ofensiva de los Rangers este miércoles, cuando desbancaron 7-1 a los Rays y ganaron por barrida la Serie de Comodines en Tampa.
A la altura de la cuarta entrada y en medio del duelo monticular entre Nathan Eovaldi y Zach Eflin, Adolis emergió como protagonista con la conexión más larga (416 pies) y más fuerte (108.7 millas de velocidad de salida) de la jornada en el Tropicana Field. El avileño agarró un cutter de Eflin a 86.5 millas y desapareció la pelota por el jardín izquierdo para abrir el marcador. Según los datos de Statcast, ese batazo hubiera sido jonrón en cada uno de los 30 estadios de Grandes Ligas.
Justo en ese momento, Adolis abrió la herida de los Rays, que habían logrado contener a la ofensiva de los Rangers en el primer tercio del partido. Su cuadrangular silenció las tribunas y dejó la mesa servida para una masacre en toda la regla. En esa misma entrada, Eflin permitió sencillo de Leody Taveras, triple remolcador de Josh Jung y vuelacercas de dos carreras del novato Evan Carter.
Cuatro anotaciones en un santiamén empujaron a Tampa directo al abismo. La renta se amplió luego con remolques de Nathaniel Lowe, Marcus Semien y Corey Seager, estos dos últimos bateando al ritmo que todos esperaban cuando firmaron contratos de tres cifras hace no tanto tiempo. Las caras largas de Kevin Cash y compañía en el dugout de los Rays eran la evidencia más clara de que, otra vez, el equipo floridano no podría hacer valer su ley en postemporada. En el olvido quedaba la espectacular racha al inicio de la campaña o el juego dinámico y explosivo que marcó los destinos del curso.
Texas, en cambio, sonreía. Pese a perder por lesión a Scherzer y deGrom –dos brazos que los convertiría en contendientes automáticos a la corona– consiguieron reducir al mínimo una de las ofensivas más productivas del negocio. En 18 entradas, solo una carrera permitida por un staff de lanzadores del que todos dudaban antes de arrancar los playoff.
Para entender mejor la dimensión de lo logrado por los serpentineros de los Rangers, basta decir que, de los 81 partidos que jugaron los Rays como locales en el 2023, en 70 de ellos pisaron la goma en más de una ocasión. Además, solo pasaron por dos rachas negativas en las que anotaron una carrera o menos en duelos consecutivos:
* 25 y 26 de abril: no anotaron carreras frente a los Astros en dos partidos seguidos
* 6, 7 y 8 de julio: anotaron solo una carrera en tres partidos seguidos contra los Phillies (uno) y los Braves (dos)
Pero el mal ofensivo de los Rays en postemporada ya huele a maldición. Este año solo anotaron una carrera en 18 entradas ante los Rangers, pero el pasado curso, también en la Serie de Comodines, apenas marcaron una raya en 24 episodios contra Cleveland. Eso nos deja un saldo irrisorio de dos carreras anotadas en sus últimos 42 innings al bate en playoff. Imposible aspirar a la victoria…
Para Texas, el triunfo sobre los Rays es un punto de quiebre, pues 12 años sin ganar una serie de postemporada. En el 2012 perdieron el Wild Card contra los Orioles, mientras en el 2015 y 2016 cayeron ante Toronto en las Series Divisionales. A esto debemos sumar su derrota en la Serie Mundial del 2011 contra los Cardinals: cuatro duelos de playoff seguidos sin ver la luz.
Ahora han cortado la racha contra Tampa, un equipo al que han desbancado en tres ocasiones en postemporada. Como dato curioso, las otras dos veces que superaron a los Rays llegaron a la Serie Mundial. ¿Se repetirá ahora la historia? Difícil de predecir, porque les toca enfrentarse en la siguiente prueba a Baltimore, el equipo que más ganó en la Liga Americana durante la campaña del 2023.
Por cierto, el trámite de las Series de Comodines fue bastante más expedito de lo esperado. Como Texas, también Minnesota, Arizona y Philadelphia liquidaron a sus contrarios este miércoles.
Los Twins pintaron de blanco (2-0) a Toronto con gran faena combinada de Sonny Gray, Louie Varland, Caleb Thielbar, Brock Stewart, Griffin Jax y Jhoan Durán, quien recetaron una docena de ponches a la artillería de la franquicia canadiense. Al bate, Carlos Correa pegó un sencillo decisivo con bases llenas que abrió el marcador.
En Philadelphia, los Marlins no pudieron obrar otro milagro. Los Phillies lograron el pase a la siguiente ronda con gran faena de Aaron Nola (siete innings en blanco con solo tres jits permitidos) y mucho bateo. Bryson Stott pegó un grand slam, aunque antes Kyle Schwarber, Trea Turner y J.T. Realmuto ya habían producido para los actuales subcampeones, que van lanzados en busca de otro pasaje a la Serie Mundial.
Por último, Arizona volvió a venir de atrás para amargarle la existencia a más de 40 000 fanáticos de los Brewers presentes en el American Family Field de Milwaukee. Los Diamondbacks comenzaron perdiendo por remolques de Sal Frelick y Willy Adames contra el estelar Zac Gallen en el mismo episodio de apertura, pero después le dieron la vuelta con una gran respuesta de su ofensiva.
Alek Thomas pegó jonrón en el quinto inning y anunció lo que venía. En el sexto, Geraldo Perdomo recibió boleto, Corbin Carroll pegó un doble y Ketel Marte puso delante a Arizona con un sencillo que impulsó dos. En ese mismo capítulo, con la pizarra 3-2, bases llenas y Lourdes Gurriel Jr. en el cajón de bateo, el relevista de los Brewers, Abner Uribe, cometió un wild pitch que dio otra anotación a los Diamondbacks, y después el cubano empujó la quinta con sencillo al izquierdo.
De esta forma cerraron los duelos de comodines. Ahora queda la mesa servida para las Series Divisionales: Baltimore vs. Texas y Minnesota vs. Houston por la Liga Americana; Atlanta vs. Philadelphia y Dodgers vs. Arizona por la Liga Nacional.