El Museo de Artes del Bronx de Nueva York irrumpe en La Habana con Ruido salvaje, una exposición de casi un centenar de obras en el Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba (MNBA), el más grande intercambio de artes visuales entre los dos países en más de 50 años.
Entre ambas instituciones se inaugurará un proyecto de colaboración el próximo 21 de mayo que prevé compartir segmentos de sus respectivas colecciones, realizar talleres educativos para jóvenes, curar conjuntamente muestras de arte, ofrecer un programa de conferencias públicas y auspiciar la creación de nuevas obras de arte mediante la intervención in situ de dos jóvenes autores.
El título de esta muestra inaugural Ruido salvaje, proviene de un verso del poema Ma vie est déjà dans l’ombre de la mort, del poeta francés Víctor Hugo (“Me gusta este ruido salvaje donde comienza el infinito“), según explicó la curadora cubana Corina Matamoros.
Un total de 96 obras de 59 artistas contemporáneos se exhibirán en el edificio de Arte Universal como punto de partida del primer intercambio museológico de esta envergadura entre los dos países. Una de las obras que se expondrá es la muy conocida African American Flag de David Hammons, un ícono de afirmación de la ciudadanía afroamericana.
De acuerdo con Matamoros, la etapa inicial comprende esta exposición de obras permanentes, en los más variados formatos y técnicas. De similar manera, en marzo de 2016, el Museo del Bronx, ubicado en la avenida Gran Concourse de la ciudad de Nueva York, acogerá alrededor de cien piezas de la colección del museo cubano.
Junto a Matamoros, integran el proyecto curatorial la cubana Aylet Ojeda, y los estadounidenses Holly Block, directora ejecutiva del Museo del Bronx, y Sergio Bessa, director de programas curatoriales y educativos de la propia institución.
El estreno de esta colaboración forma parte del programa colateral de la duodécima Bienal de La Habana.
Las colecciones del Museo del Bronx guardan relación con la vida de los habitantes afroamericanos en Nueva York y especialmente en la heterogénea comunidad del Bronx.
De acuerdo con la directora ejecutiva de la entidad, Holly Block, el museo fue fundado en 1974 en medio de una situación económica complicada en la cual las personas sentían la necesidad de tener un centro de artes que les representara.
“Por eso la ciudad es tan importante para el museo y todos nuestros proyectos están enfocados en esa necesidad”, alegó.
De Cuba, la institución newyorkina eligió al artista Humberto Díaz para viajar al Bronx a fines del próximo verano y vivir allá unos dos meses a fin de crear un grupo de obras. El artist decidió no llevar nada preconcebido, sino esperar el momento para trabajar a partir de las vivencias en el lugar y aseguró que le interesa mucho dialogar con la gente de esa comunidad multicultural.
Por parte de Estados Unidos, la artista Mary Mattingly se encuentra en La Habana desde febrero para llevar a término su proyecto Pull, que tiene connotaciones medioambientales, ecológicas y sociales muy novedosas, al crear un espacio de sobrevivencia sostenible.
Según Corina Matamoros, un encuentro académico previsto para fines del venidero mes de junio incluirá conferencias sobre temas como el feminismo en el arte norteamericano, las intervenciones públicas del legendario grupo Fluxus, entre otros, a los que se adicionan proyecciones de filmes relacionados con la danza, el grafiti y otras manifestaciones culturales.
A juicio de la especialista, ambos museos comparten una perspectiva similar de comprensión y atenta escucha hacia lo que tiene que decirnos el arte de hoy.
Ruido salvaje se perfila como uno de los mayores sucesos de la XII Bienal de La Habana, del 22 de mayo al 22 de junio, en la capital de Cuba, cada día más abierta al mundo.