El círculo de lanzamientos toma forma octagonal en cada giro que realizan. Los historiadores dirían que están en la torre de los vientos de Atenas. Cuando el implemento sale no quedan árbitros en el campo, solo cazadores de tormentas y ufólogos que pelean entre sí por acercársele a toda velocidad. Quienes ejecutan el disparo no son atletas, sino peregrinos que se encuentran en el Millican Field, de Ramona, una pequeña ciudad de Oklahoma, la zona de Estados Unidos más golpeada por tornados cada año.
Si los científicos no tuvieran una explicación del fenómeno, el deporte podría brindar una: son los discóbolos, los discóbolos más fuertes del mundo quienes generan estas tormentas. Hace una semana tuvimos una tormenta perfecta que provocó en solo dos días una de las grandes marcas en el sector femenino de toda la historia del disco y el récord mundial masculino, roto 38 años después, el más antiguo en el área de los lanzamientos.
Atletismo: discóbola Yaimé Pérez firma el mejor envío de los últimos 35 años
Quizá al disco lo impulsaron los vientos de Oyá, pero cuando la cubana Yaimé Pérez lo envió a 73.09 metros se escuchó aquel famoso chachachá de “los marcianos llegaron ya”. Y se repetía mucho el coro, pues la secuencia fue para bailar:
* Foul
* 71.96 m
* 73.09 m
* 69.13 m
* 71.50 m
* Foul
Era un ovni ese platillo. Un tiro en el borde de la técnica, las condiciones geográficas, el misticismo y el talento. A sus 32 años superaba por 3.70 metros su marca personal y hacía el disparo más largo de siempre para una mujer de su edad. La cubana nació en Santiago de Cuba, pero todos la llaman “La Rusa”, y tal vez le ha hecho honor a su apodo: es la primera mujer no europea con un tiro de esa magnitud. La novena discóbola de todos los tiempos, la marca oficial numero 18 entre las más largas desde que se tiene registro. Récord de todo el continente, del área y récord nacional de Cuba, a pesar de que el Inder no lo reconocerá, pues Yaimé decidió quedarse en Estados Unidos tras el Mundial de Oregon hace dos años.
Récords que se lleva el buró
Luego de su séptimo lugar en el mundial de Oregón 2022, luego del título planetario en Doha 2019 y el bronce olímpico de Tokio 2020, Yaimé rompió vínculos con la Federación Cubana de Atletismo y el Inder, a cuenta y riesgo de su edad y de perderse lo que sería, a todas luces, su última oportunidad bajo los cinco aros: París 2024. Nada asombra debido a la situación de la isla, como tampoco es llamativo que, a pesar de la retórica, la política del Inter no se modifique para los atletas que se quedan en una especie de limbo al romper con las instituciones cubanas y no haberse nacionalizado en otro país.
Sin embargo, desde que la triplista Yamilé Aldama saltó 15.29 metros en un meeting de Roma en julio de 2003 nada cambia. Es la marca mayor hecha por una cubana, pero la federación reconoce como récord legítimo el 15.28 de Yargelis Savigne en el Mundial de Osaka 2007. No obstante, World Athletics coloca el de Aldama como el vigente récord del área. Así ocurre con los 200 metros planos masculinos, donde se mantiene el 20.02 segundos hecho por Roberto Skyers en Toronto 2015, cuando en 2022 Reinier Mena, compitiendo por el club Sporting de Portugal, pero sin más bandera que la cubana en su estatus legal, estampó 19,63. Asimismo, en enero de este 2024 Jens Fernández, representando a un club italiano, corrió un 6.48 en 60 metros planos, tiempo que rompió por una milésima la anterior marca nacional que compartían los velocistas Freddy Mayola y Yunier Pérez. El último caso ha sido Yaimé, pero este tiro es de otra relevancia.
¿Discos de otra galaxia?
Lo de Yaimé fue un lanzamiento de otro mundo, de cuando aún existía la Unión Soviética (URSS), la República Democrática Alemana (RDA), Checoslovaquia, la Rumanía de Ceaușescu, de cuando el bloque socialista dominaba la carrera espacial con platillos como naves. De los 65 disparos más largos en la historia del disco femenino, 64 se produjeron antes de 1993. La excepción es Yaimé y su tormenta en Ramona, donde logró el mejor registro desde julio de 1989, cuando Ilke Wyludda, de la RDA, enviara el implemento hasta los 74.56 metros, la segunda marca de todos los tiempos.
El 6 de septiembre de 1988, su compatriota Martina Hellman, aun en posesión del récord para Campeonatos del Mundo (71.62) desde Roma 1987 y para Juegos Olímpicos (72.30) desde Seúl 1988, había hecho dos lanzamientos colosales: 76.92 y 78.14 metros. Sin embargo, al producirse en un evento no oficial, no lograron destronar la plusmarca del orbe (76.80) que había impuesto la también alemana Gabriele Reinsch en Neubrandenbur, igualmente en el verano de 1988.
El récord de Reinsch superó por 2.24 metros la cota de la checoslovaca Zdenka Šilhavá. La nacida en Krnov, actual República Checa, se había convertido en la primera mujer en superar la barrera de los 74 metros el 26 de agosto de 1984. Ese día, en Nitra, lanzó un 74.56 que continúa siendo el segundo de todos los tiempos, igualado al de Wyludda. Sin embargo, Šilhavá fue posteriormente suspendida (primero de por vida y luego 18 meses) por consumos de anabólicos.
Doping: nombres y número prohibidos de los Mundiales de atletismo
Se ha debatido por mucho tiempo la validez de estas marcas logradas por atletas de los países del bloque socialista en la década del 80, debido a las sospechas de dopaje que recaen sobre exponentes de varias disciplinas. En el disco, la mítica barrera de los 70 metros se sobrepasó por primera vez en 1986 con un disparo de 70.20 logrado por Faina Melnik, de la URSS.
Si bien World Athletics ha colocado a Yaimé como la novena mujer de la historia, algunos listados la ubican en el décimo escaño porque aún tienen en cuenta el 73.84 de la rumana nacionalizada australiana Diana Costian, que data de 1988. En la última actualización del máximo organismo, este lanzamiento no ha sido tomado como válido, pues en el perfil de la atleta aparece como mejor marca un 69.98.
En este listado de las 10 mejores atletas (copado por 5 alemanas del Este) es llamativo que la mayoría no llegó a la cima ni en Mundiales ni en Juegos Olímpicos. La cubana cumple la regla bajo los cinco aros (su mejor resultado estival es un bronce en Tokio), pero es excepción en citas del orbe, pues se coronó en Doha 2019. Además de ella, las únicas del Top-10 histórico en el disco que ganaron oro en Mundiales son la búlgara Tsvetanka Krishtova (en Tokio 1991) y la alemana Martina Hellmann (en Roma 1987). Las primeras seis mujeres del listado no pudieron.
Por su parte, en Olimpiadas, de las diez tiradoras con los mejores registros de la historia, solo Hellmann (Seúl 1988) e Ilke Wyludda (Atlanta 1996) lograron cetros bajo los cinco aros. Válido apuntar que estas atletas de la URSS, la RDA y Checoslovaquia se perdieron los Juegos de Los Ángeles 1984, donde, sin duda, habrían alcanzado o quizá copado el podio.
En medio de ese contexto, hubo dos cubanas que se batieron con las monstruosas europeas del este. Antes del tiro de Yaimé hace una semana en Oklahoma, la actual entrenadora Hilda Elisa Ramos era la poseedora del récord nacional y del área con un 70.88 hecho en La Habana el 8 de mayo de 1992. Con ese disparo ocupa ahora el puesto 20 de todos los tiempos. Y en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, la también criolla Maritza Martén sorprendió a las favoritas para llevarse el oro con 70.06 metros, el disparo más largo de una cubana en estas lides. En Mundiales, el 69.30 que le dio el titulo a Denia Caballero en Beijing 2015 es el mejor de una representante de la isla, seguida de cerca por el 69.17 que coronó a “La Rusa” en Doha 2019.
Un dato curioso sobre estas distancias fabulosas es que no existe un tiro oficial de 75 metros. Hay un salto (¿cuántico?) de 74 a 76 metros. Por otra parte, jamás en Juegos Olímpicos se ha superado los 72 metros y en Mundiales nunca se ha pasado de 71. Será que las grandes marcas del disco femenino están condenadas a circunstancias anormales, enrarecidas, anabólicos o vientos desenfrenados. Para más polémica, un usuario de redes sociales apuntaba que se reparara en el caso del discóbolo de Samoa, Alex Rose, otro de los peregrinos de Ramona hace una semana. En efecto, entre abril de 2023 y abril de 2024, Rose estampó sus tres mejores marcas personales, todos en el Millican Field de Oklahoma: 68.20, 69.41 y 70.39, por ese orden. Lejos de este campo, su tope es 67.73 en Tucson, Arizona.
¿Qué ha ocurrido entre el 13 y el 14 de abril en el lanzamiento del disco? Los expertos no tienen certeza, a pesar de las muchas teorías que existen, casi tantas como las de la propensión de los tornados en la zona. Lo mejor (y que vuele el chovinismo) es que hay una cubana en toda esta historia.