Donald Sutherland, el actor canadiense alto y delgado que se convirtió en un ícono contracultural con películas como The Dirty Dozen, MASH, Klute y Don’t Look Now, y que disfrutó de una prolífica carrera en películas como Ordinary People, entre otras, murió el jueves en Miami después de una larga enfermedad. Tenía 88 años.
Durante más de medio siglo, el actor ganador de un Emmy y un Globo de Oro, que recibió un Oscar honorífico en 2017, interpretó tanto a villanos, y antihéroes como a personajes románticos.
Su perfil actoral aumentó en la última década con su papel secundario como el presidente Snow en la franquicia Los juegos del hambre.
Sutherland ganó un Emmy como actor de reparto por Citizen X de HBO en 1995 y también fue nominado en 2006 por la miniserie Human Trafficking.
Su hijo, el también actor Kiefer Sutherland, compartió un sentido homenaje a su padre
“Con gran pesar, les anuncio que mi padre, Donald Sutherland, ha fallecido”.
“Personalmente, creo que es uno de los actores más importantes de la historia del cine. Nunca se deja intimidar por un papel, bueno, malo o feo. Amaba lo que hacía y hacía lo que amaba, nunca se puede pedir más que eso. Una vida bien vivida”, dijo.
En 2016, Donald y Kiefer Sutherland coprotagonizaron la película del director Jon Cassar, Forsaken, la primera vez que padre e hijo aparecieron juntos en pantalla.
“Voy a avergonzarlo ahora mismo, pero siempre he sentido que mi padre no solo es uno de los actores más prolíficos de la lengua inglesa, sino también uno de los más importantes”, añadió.