El próximo 23 de octubre, en Oviedo, el escritor cubano Leonardo Padura recibirá el Premio Princesa de Asturias de las Letras. Durante el sábado y domingo pasados se le dedicó un homenaje en las jornadas literarias por el aniversario de la fundación de la ciudad llamada de los Puentes, organizado por Ediciones Matanzas.
La casa editorial que dirige el poeta Alfredo Zaldívar es excepcional. El magnífico catálogo que exhibe, la excelencia en el diseño de sus libros, la manera como es respetada la belleza en la casa que le sirve de sede (todo ello debido al artista Johann Trujillo) y la coherencia del equipo de trabajo son algunos de los ingredientes que hacen posible esa excepcionalidad.
Con Padura, lo primero fue un panel sobre su obra. Estuvimos invitados la profesora de Tulane University Marilyn Miller, Francisco López Sacha y yo. Ahorro al lector de estas líneas lo que leímos o improvisamos, y paso a algunos de los comentarios con que Leonardo concluyó la primera parte de esa tarde.
Dijo, por ejemplo, que cuando escogió el tema de su tesis de licenciatura, publicada luego bajo el título Con la espada y con la pluma: comentarios al Inca Garcilaso de la Vega, lo hizo para comprender desde los orígenes qué es ser un escritor latinoamericano y, más allá, de ese individuo que es resultado de un difícil mestizaje. Esa misma necesidad de conocer los orígenes lo llevó a indagar en la obra de Alejo Carpentier (y escribir el ensayo Un camino de medio siglo: Alejo Carpentier y la narrativa de lo real maravilloso), como también en la formación y desarrollo de la salsa (que está en Los rostros de la salsa), en la vida y penurias de José María Heredia (personaje central de La novela de mi vida), o en el momento en que las ideas del socialismo se corrompieron hasta convertirse en la negación de su sentido humanista originario (lo que puede encontrarse en El hombre que amaba los perros). Su obra narrativa, entonces, hay que leerla desde esas búsquedas de las que ha ido dejando constancia sistemática en volúmenes de entrevistas y ensayos.
En alguna de las ideas que se expusieron en el panel, Padura era colocado como un escritor “trasatlántico”, a medio camino entre Cuba y Europa, como lo fue el Inca Garcilaso; de alguna manera, también como Carpentier. Fue la única afirmación que Leonardo contradijo. “Jamás estoy más de veintiún días de viaje, y cuando salgo es por necesidades de trabajo”, aseguró. “Vivo en Cuba no solo porque aquí tengo mi casa, mi familia, mis amigos. Cuba es mi lugar.”
Poco después, el mismo sábado, como parte de la presentación del libro de José Antonio Michelena A (cercando) a Padura (de Ediciones Capiro), el poeta Alex Fleites, amigo de Leonardo desde que ambos estudiaban en el preuniversitario de La Víbora, lo entrevistó ante el público que llenó la calle Santa Teresa, frente a la Casa de las Letras “Digdora Alonso” donde tiene su sede Ediciones Matanzas. Hablaron de los inicios literarios de ambos, del origen de alguna de las novelas, de Heredia y Matanzas. “A pesar de que el mundo en que vivimos no da muchas razones para ser optimista, creo que hay que confiar en que el ser humano pueda alcanzar un mundo más justo”, dijo Padura (cito de memoria, con la seguridad de que no traiciono el sentido de sus palabras): “Las utopías son imprescindibles”.
Alex quiso saber si ya su amigo tenía las palabras que leerá en Oviedo, dentro de unos días. “Casi casi. Dispongo solo cinco de minutos.” “¿Y se puede saber de qué vas a hablar?”, preguntó el poeta convertido en entrevistador. “Voy a hablar solo de cosas hermosas”, confesó Leonardo.
El domingo 11 en la mañana, en la sede del grupo teatral El Mirón Cubano, se exhibió por tercera vez en Cuba la película Regreso a Ítaca, de Laurent Cantet, con guion suyo y de Padura, a partir de uno de los núcleos narrativos de La novela de mi vida. Al finalizar la proyección se sumaron los actores Néstor Jiménez y Fernando Hechavarría, y Elisa Rabelo, asistente de dirección de Cantet, y matancera. Padura contó sobre el surgimiento de la idea, sobre su trabajo con el director francés, y los actores acerca de cómo enhebraron sus experiencias individuales en la devastadora historia de los personajes que encarnan. Hechavarría, en especial, analizó el instante climático de su personaje, y propuso una comprensión de la película donde cada uno de esos seres es capaz de dejar atrás las heridas del pasado y, cumplida la catarsis, continuar adelante, en Cuba, reconciliados consigo mismos y con sus amigos de la vida.
Luego, solo quedaba la entrega a Padura del Premio Honorífico Fundación de la Ciudad de Matanzas: una hermosa pieza de cerámica concebida por Johann Trujillo. Leonardo, agotado y feliz, agradeció el reconocimiento y declaró su afinidad con una ciudad que considera como su segunda matria, después, como ya se sabe, de su natal Mantilla.
Llegado a este punto, me doy cuenta de que lo natural sería que todo lo que llevo escrito pudiera leerse en la prensa cubana. Vivimos en un país donde, a falta de medios de información medianamente objetivos, el rumor es una fuente que al menos ofrece pistas. Y durante el sábado y domingo pasados, entre quienes participamos en el homenaje corría el rumor de que los periodistas locales habían recibido la orden (jamás se sabe de dónde procede ese tipo de mandato) de no mencionar a Leonardo Padura.
Sé también que los rumores están asociados a la paranoia, y en este caso son tantas las desatenciones y las hostilidades que, en Cuba y fuera de ella, se acumulan en torno al autor de Herejes, que no resulta extraño que, a la menor señal, se desaten lenguas y oídos tratando de leer entre líneas lo que ocurre en torno al escritor.
Pero lo cierto es que pido a Google que busque “Padura Matanzas” y encuentro lo que sé: a mediados de septiembre, la noticia de que le sería otorgado este Premio Honorífico se publicó en muchos medios cubanos. Norge Céspedes, periodista y editor, envió una nota que fue difundida por Granma, Juventud Rebelde, Prensa Latina, entre los principales órganos de prensa. Eso hace aún más extraño que, una vez sucedida la noticia, solo exista silencio.
Así, quienes no estuvieron presentes en la jornada de homenaje ignoran que el segundo cubano en recibir ese importante premio español (el anterior fue el matancero Javier Sotomayor) declaró que Cuba es su lugar, es decir, que se afirmó en un territorio, en una cultura, en una tradición, a la que todos nosotros pertenecemos, y que nos pertenece a todos.
Al menos en dos ocasiones en la historia contemporánea de esta isla, ciertas fuerzas oscuras empujaron fuera de nuestras fronteras a escritores y artistas que resultaban incómodos. La primera, a mediados de los 60, cuando varios escritores fueron destinados a embajadas, sobre todo europeas. La segunda, a fines de los 80, cuando se tendieron puentes de plata a muchos artistas de la plástica. En ambos casos, las posiciones ideológicas eran claras: por un lado, los dogmáticos, de formación estalinista. Por el otro, quienes comprendían el socialismo como un proceso para emancipar al ser humano.
Padura dijo también que recibirá ese galardón como un reconocimiento a la literatura cubana de la que es parte, y en particular a su generación.
Yo, desde aquí, doy las gracias a mi amigo de siempre.
Un premio muy merecido a este escritor cubano. Padura puede ir camino a ser nuestro primer Novel. Nos sentimos orgullo de el.
Primeramente felicitaciones por el artículo!!!!!, soy CUBANA-PADUREANA 100%, Y MÁS SI ES POSIBLE.
Son pasadas las 2 de la mañana y antes de acostarme, le echo un vistazo al correo, estoy suscrita a OnCuba y al leer Leonardo Padura, pues imposible leer la noticia.
Supe del homenaje por Radio Reloj, y me sentí feliz, porque como “padureana de ley”, lamento muchísimo la casi ninguna divulgación en la prensa, en los medios en general, pero como parafraseara una gran amiga: El rayo solo le cae a la Palma Real, nunca a la verdolaga”.
Una vez mas felicitaciones a Ediciones Matanzas, que se le haya entregado ese Título Honorífico, porque cuando oí la noticia pensé: Pues muy bien, si él es también el PADRE DEL PALACIO DEL JUNCO.,
Felicitaciones nuevamente a mi queridísimo Leo P, por el Premio Princesa de Asturias, muchos más .
llegarán, lo sabemos todos los que una vez que lo leímos, ya no podemos dejar de leerle.
Todos sabemos que eso de querer tapar el sol con un dedo, no pasa de ser una ilusión.
Ah, esperamos que sus libros sean publicados con tiradas al alcance de todos.
Felicidades por el Título, y por tu 60 cumpleaños!!!!!, Mucha salud para seguir disfrutando de tus novelas, cuentos y artículos!!!!
Somos dos de los muchos que fuimos bendecidos con la visita a Matanzas de Leonardo Padura (tambien de Arturo Arango,no podriamos dejar de decir).Ya desde el viernes escuchamos el comentario que menciona Arturo en su artículo.Emocionados en cada encuentro con Padura,siempre nos preguntamos cómo es posible que pueda obviarse de la difusión a un intelectual que resuma cubania y que en cada ocasión que le es posible reafirma el orgullo que siente por mantenerse viviendo en Cuba,recordamos que dijo que cuando le entregaran el Premio Princesa de Asturias lo recibiría en nombre de la generación de escritores cubanos de la que formaba parte.
Un gran dolor sentimos por la ausencia de los medios de difusión,así se privó a muchos cubanos de oir el verbo de un escritor comprometido con los mas puros valores de nuestra nación.
Gracias a Arturo ya no hay silencio tras la visita de Padura a Matanzas.
Felicidades Leonardo, gracias por tu obra, y por ser quien eres,xq éso es lo que no te perdonan.
ya on cuba esta entrando por el “aro revolucionario”;C on la revolucion,todo en contra,nada”Tienen la tijera alegre..fijense en Edmundo que siendo confrontativo,le va de lo mas bien en Mami!!!
Gracias, Arturo, por dejarnos saber a todos sobre la actualidad literaria en Cuba. Ningun soporte (ni la prensa, ni las revistas culturales especializadas, etc.) ha hecho eco de la noticia sobre el galardon recibido por Padura en España, hace ya bastante tiempo. Sin embargo, basta consultar el “paquete”, nuestro vilipendiado “paquete semanal”, unica posibilidad para que miles de cubanos entre en contacto con la realidad informativa y mass-medial, para ver cómo aparecen articulos de todas las partes, incluso de cubanos exiliados como Ivan de la Nuez y Wendy Guerra, haciendo la apologia el escritor cubano. A mí, en particular, hace mucho tiempo dejo de gustarme Padura. Luego, a la mayoria del publico lector cubano le funciona como escritor, y extrañan su presencia dentro de los medios de difusion periodistica y cultural. Nuestro escritor más mediático, despues de Alejo Carpentier y Guillermo Cabrera Infante, se contenta con vivir aqui y asi lo hace saber. Parece que no basta con eso. Publicar en el exterior pareciera una herejia imperdonable. Padura no es confiable, eso no es un secreto. Sencillamente no se ajusta al paradigma de creador que supone en KCHO -artista oficial de la corte-, el modelo a seguir. Una lastima; los dos mulatos harian un buen dueto…