En el artículo publicado en OnCuba la semana anterior, tuve la necesidad de explicar con ciertos detalles las características físicas de los rayos. Lo hice preparando el camino para este de hoy donde trataré la muerte por rayo, también llamada muerte por fulguración. Se trata del fenómeno meteorológico que más muertes ocasiona, y con más frecuencia, incluso más que los huracanes y tifones, más que los tornados, más que cualquier otro evento meteorológico dañino. Esto, a pesar de que existen formas sencillas de evitar ser uno más en las fatídicas estadísticas de los muertos o dañados por rayos.
Donde más rayos ocurren –junto a las tormentas eléctricas que los producen– es en las áreas tropicales del planeta, entre 30º de latitud Norte y 30º de latitud Sur, donde se encuentran Cuba y La Florida. Y en ellas, las estadísticas de muertes por rayo son bastante parecidas.
Hace unos años, las muertes por rayos eran de alrededor de 73 anuales en los EE.UU. y 65 en Cuba. Estadísticas recientes en los EE.UU., del 2006 al 2013, señalan una disminución de las muertes por fulguración o rayos en ese país, posiblemente debido a una mayor divulgación, que en Cuba debemos incrementar.
En el archipiélago, estadísticas de hace unos años, indicaban además que la mayor parte de las muertes por descargas eléctricas se producen en personas de 16 a 30 años de edad, en zonas rurales. Son más comunes en el mes de julio, el 30 por ciento de los casos son mortales y el 70 por ciento de las personas que sobreviven quedan con severas secuelas permanentes.
Sin embargo, hay que decir que, en general, el cálculo del número de muertes ocurridas en el mundo por rayos es difícil, pues las estadísticas en general no son del todo confiables, o completas.
Por ejemplo, al número mundial de muertes anuales producidas por rayos en el mundo se les da un rango entre las 6 000 y 24 000, bastante amplio en dependencia de las fuentes consultadas. Pero lo que resulta evidente es que éste es un gran problema mundial.
La zona de más incidencia de rayos en los Estados Unidos, y de posibilidad de muerte por ellos, es la zona central de La Florida. En Cuba, es la región interior del país. La causa es la misma, la confluencia de las brisas que originan áreas de tormentas eléctricas en las tardes de verano: en Cuba en zonas del interior, por la confluencia de las brisas de las costa norte y sur; y en La Florida, por la confluencia de las brisas de la costa oriental atlántica y la costa oeste, que da al Golfo de México.
Pero las estadísticas muestran otros detalles interesantes. Por ejemplo, es seis veces más probable que un rayo mate a un hombre que a una mujer. El misterio radica en que los hombres probablemente realizan más actividades al aire libre. Es el caso de los campesinos. Pero también hay muertes en niños y jóvenes, principalmente por actividades recreativas en espacios abiertos.
Cuántas veces he visto, con gran preocupación, en la playa que hay una tormenta eléctrica cercana, donde ya se escucha el trueno (no ya a distancias de 25 kilómetros, las que también son peligrosas; recuerden lo que les dije en el artículo anterior acerca de los rayos en cielo despejado), y los muchachos no salen del agua, incluso con la lluvia presente. O en los estanques y en las presas; o jugando pelota o fútbol. Esas son actividades que hay que suspender de inmediato, pues son altamente riesgosas.
Hay que decir que los rayos no sólo se producen en verano, sino también en la etapa invernal, en los frentes fríos, en líneas pre-frontales de actividad, y en fin, en cualquier sistema meteorológico en la cual haya producción de tormentas eléctricas.
(El video muestra el momento en que un rayo impacta la superficie del mar en Daytona Beach, en la Florida, en junio de este año)
¿Cómo un rayo afecta a las personas?
Hay varias formas en las que una descarga eléctrica o rayo puede causar daños a un ser humano: impacto directo, indirecto o daños secundarios o resultantes.
La primera es el impacto directo. En él, la persona es parte del canal producido por la chispa eléctrica. Una enorme cantidad de energía pasa rápidamente a través del cuerpo, resultando en graves quemaduras internas y daños irreversibles a los órganos vitales; la carne y los huesos pueden estallar, y se produce un daño al sistema nervioso. La muerte puede ser instantánea, en dependencia de si es el rayo principal o uno de sus afluentes, con diferentes energías. Si la persona sobrevive, se presentarán daños permanentes de diferente grado.
También puede producirse un impacto directo, si una persona toca un objeto, generalmente conductor, que se electrifica por un rayo en un punto distante. Estamos hablando de una cerca en el campo, donde en un punto distante la electrifica un rayo, o un conductor de línea telefónica, etc.
Puede darse el caso de que el rayo no impacte directamente a la persona, sino que sea por la fuerza que la onda de choque lance. En ese caso, los traumas se producen por los golpes al caer o por la onda de choque, si le cae el rayo muy cerca de la persona. También daños en la audición por el intensidad sonora del trueno. Es el caso de que haya personas que sobrevivan y se crea que haya sido el rayo lo que lo impactó directamente, aunque no es así.
Hay un impacto, que aunque no puede llamársele directo, es altamente peligroso. Ocurre cuando la persona es impactada por las corrientes en la superficie de la tierra que se dirigen al canal de descarga directa del rayo. Como la tierra tiene una gran resistencia al paso de la corriente, ésta busca un mejor conductor, que usualmente son las piernas de una persona. Entonces la enorme corriente eléctrica pasa por el cuerpo. La diferencia de potencial puede ser de varios miles de Voltios por cada 30 centímetros lineales. Este impacto es el que ocasiona más muertes por rayos.
También estás los impactos secundarios o resultantes, como son los fuegos, explosiones o accidentes derivados que se producen.
Primer consejo: no intente ser Ud. un pararrayos
La primera cosa que se debe tener presente es que el rayo cae en el punto más alto, y si Ud. está en un descampado, o en la playa o en un terreno, el punto más alto es Ud. mismo. No sea el punto más alto.
Por ello, no esté ni ejecute actividades al aire libre durante una tormenta eléctrica y con una tormenta eléctrica cercana. Hay una sencilla regla empírica para calcular el riesgo. Cuando Ud. vea el relámpago (recuerde que la luz del relámpago o chispa viaja a una velocidad mucho mayor que el sonido del trueno) cuente los segundos que tarda en escuchar el trueno… Si es de más de 30 segundos, el riesgo es mínimo. Pero si es menor, vaya hacia un lugar seguro bajo techo… y no salga hasta pasados 30 minutos después de escuchar el último trueno.
Más de la mitad de las muertes han sido registradas después de que la tormenta eléctrica ha pasado. Siempre que una tormenta eléctrica esté visible en el horizonte el peligro está presente, por los rayos en cielo claro de los que ya les he comentado.
El lugar seguro bajo techo puede ser un edificio sólido o una casa, no una tienda de campaña o algo improvisado. Un vehículo es también un magnífico refugio, siempre que Ud. no saque un brazo o una pierna al exterior. Aunque caiga un rayo sobre el vehículo, éste no lo matará, pues la corriente irá por el exterior del metal y no hacia el interior. Las ventanas y puertas del vehículo deben permanecer cerradas, a pesar del calor que pueda haber.
Nunca esté debajo de un árbol. Tampoco vaya a pie, a caballo, sobre un tractor, sobre una moto, u otro vehículo abierto en una tormenta eléctrica.
Dentro de una edificación, evite los conductores eléctricos. Es buen consejo desconectar todos los equipos eléctricos que estén conectados. Es bueno también alejarse de las ventanas y puertas, máxime si tienen algún metal.
¿Existen hombres pararrayos?
Se cuenta de personas que les ha caído un rayo varias veces y que han sobrevivido.
El comandante inglés James Summerford en febrero de 1918, peleaba junto a sus hombres en Flandes, durante la I Guerra Mundial, cuando un rayo lo derribó de su cabalgadura. Sobrevivió, aunque sus piernas no volvieron jamás a ser las mismas. Ya retirado por ese motivo, se radicó en la ciudad de Vancouver. Y una tarde de 1924, mientras pescaba en la orilla de un río, un rayo despedazó el árbol bajo cuya sombra había buscado refugio. La descarga eléctrica le paralizó el lado derecho del cuerpo. Seis años después, andaba una mañana paseándose con su bastón, y un rayo le cayó cerca, lo dejó con vida, pero lo puso en una silla de ruedas. Y se dice que cuatro años después de morir, un rayo cayó sobre el cementerio e ¡hizo trizas el lugar de descanso del comandante Summerford!
También se cuenta de que a Cleveland Sullivan, guardabosque estadounidense, lo conocieron con el seudónimo de “El Pararrayos Humano”, por haber sido alcanzado siete veces en 36 años por esos fenómenos atmosféricos.
Y en Cuba, Jorge Márquez, un campesino de la provincia de Las Tunas cuenta que ha sobrevivido a seis rayos.
¿Es posible el impacto de un rayo a un ser humano sin que pierda la vida? Me es extremadamente difícil creer que puedan sobrevivir las personas a las que les alcance directamente la chispa de un rayo, atravesando el cuerpo directamente, o incluso con un impacto indirecto. En los casos de impacto directo hablamos de temperaturas de 6000 grados Celsius, y en todo caso hay miles de Voltios de diferencia de potencial. Eso no hay cuerpo que lo resista.
El impacto por un afluente con menor potencia, o al ser lanzado a un lado por el rayo principal u otra causa no directa, puede ser confundida con el impacto directo, pero no es lo mismo.
Con todo, una persona a la que le ocurra cualquiera de estas cosas, aunque en realidad no sea impactada directamente por el rayo, aunque sea una sola vez, puede darse con un canto en el pecho ¿Y qué decir de aquellos a los que les ocurra dos o más veces?
Hace poco cayo un rayo dentro de mi oficina. Entro a traves de una antena de radio abandonada y cuyo cable todavia bajaba hasta la oficina y terminaba colgando junto a una columna de metal. La brillante luz y el ruido fueron solo segundos como para ni asustarse. Nadie fue herido y todos los equipos siguieron trabajando pero el susto fue grande