En los últimos días, enterarme del estancamiento de mercancías en el puerto de La Habana por falta de transporte para extraerlas fue como vivir un “Deja-Vú”. De repente me sentí que había vuelto a los tiempos en que los órganos de prensa nacionales trataban de manera muy frecuente los problemas de la cadena “puerto-transporte-economía interna”.
Luego, unos días atrás, mientras asistía a una muy buena conferencia en una importante institución cubana, la lluvia provocó una falla eléctrica que nos mantuvo detenidos por varias horas. Pocas horas después comprobé que la falla afectó a varios municipios de la capital.
También por esos días, a mitad de la jornada laboral, entré en una cafetería privada a comprar alimentos, pero una avería en la tubería del gas había provocado que tuvieran que suspender el servicio.
Si pudiéramos calcular cuánto han significado en términos de pérdidas de ingresos esos servicios dejados de prestar y labores productivas interrumpidas, tendríamos a la mano un recurso muy ilustrativo para entender lo importante que es contar con una buena, moderna y eficiente “infraestructura”.
Traigo hoy aquí el tema porque en los documentos aprobados en el 7mo Congreso del Partido Comunista y cuya discusión, para todos los que quieran participar y vivan en la Isla, ya ha comenzado; se describen un grupo de “ejes estratégicos” para alcanzar el Desarrollo entre los cuales está la infraestructura.
¿Qué es la infraestructura, económicamente hablando?
Son un grupo de sectores y actividades, que proveen servicios o garantizan el acceso a servicios que facilitan la vida cotidiana de las personas, tanto en su función productiva como cuando están tranquilamente mirando la televisión.
Un ejemplo sencillo de sectores de infraestructura son los de energía, transporte, telecomunicaciones, agua y saneamiento.
Obviamente, si queremos transformar productivamente el país e insertarnos con ganancias reales en la economía internacional, la infraestructura es decisiva. Pero también si queremos lograr un desarrollo sustentable, si queremos realmente ser prósperos, si aspiramos a mejorar la equidad, incluso, si queremos ser un país más democrático, la infraestructura es esencial.
Un buen servicio de trenes suburbanos que faciliten el traslado de las personas de forma rápida y puntual, desde y hacia sus trabajos y hogares, impacta de forma decisiva en la “productividad y eficiencia a escala de todo el país”, pero también en la equidad y en la percepción de la prosperidad de esas personas.
No es lo mismo demorar tres horas para ir de la casa al trabajo y del trabajo a la casa, siempre con la incertidumbre de “¿y cuándo pasará el “P”?” que hacerlo en una hora y saber que todos los martes del año a las 7.10 am y a las 5.15 pm hay un “P” en la parada.
En términos teóricos las investigaciones y estudios demuestran hoy que los servicios que se brindan a partir de las infraestructuras son una condición necesaria para la calidad de vida y la inclusión social, en especial en las regiones y localidades aisladas.
El crecimiento de la economía y la competitividad de las empresas (de todas, grandes y pequeñas, estatales o no estatales) depende de una buena infraestructura, la cual además puede hacer más cohesionado al territorio nacional (¿se imaginan un tren que en una hora y media nos permita ir de La Habana a Santa Clara?) y también diversificar el sistema productivo.
Pero tener una buena infraestructura genera costos y tendríamos que saber los precios a los que habría que vender los servicios si se pretende recuperar lo invertido en crearlos.
La primera gran tarea es obtener recursos para invertir en infraestructura. Una parte proviene de los propios recursos del Estado, casi siempre insuficientes. Otra parte podría provenir del sector privado, que por lo general busca tasas de rentabilidad seguras, y una tercera son las instituciones financieras internacionales, que ofrecen a los Estados, en ocasiones, préstamos con condiciones “blandas”.
En el mundo son los Estados quienes realizan el esfuerzo mayor. Así por ejemplo en América Latina el 70{bb302c39ef77509544c7d3ea992cb94710211e0fa5985a4a3940706d9b0380de} de toda la inversión se realiza por el Estado (en Cuba, debe ser mucho más) Una parte de esos servicios se consideran “bienes públicos”, garantes de niveles de equidad, y por lo tanto son subsidiados por el propio Estado; por ejemplo, en Cuba, el precio de los primeros 100 kilowatts de electricidad, el consumo de agua, el precio del transporte, etc…
Disminuir los subsidios es siempre un gran problema político, pues afecta uno de los órganos más sensibles del cuerpo humano, el bolsillo, e impacta, por lo general, de forma negativa en la equidad.
Desde la perspectiva de la Demanda, lograr un mejor aprovechamiento de la infraestructura requiere de políticas de sintonía fina con el mercado y los consumidores, como por ejemplo, poner tarifas diferenciadas al consumo eléctrico en dependencia del horario, proveer educación y propaganda sobre consumo racional de la energía, transitar hacia tecnologías ahorradoras, poner tarifas diferenciadas para el uso del agua, mejorar las tecnologías y equipos domésticos e industriales, los sistemas de riego, etc. Con esto solo quiero llamar la atención sobre el hecho de que una parte de la mejora de los servicios de infraestructura tiene un componente alto de consumo y uso responsable de esos servicios.
Miremos a Cuba y sus aspiraciones de alcanzar una visión de la cual la prosperidad, la equidad y la justicia social son elementos esenciales y definitorios de nuestro concepto de desarrollo.
Somos un país turístico y probablemente los seremos cada vez más. Ha sido anunciado ya que para finales de año varias aerolíneas norteamericanas podrán hacer vuelos regulares a Cuba, y también se sabe que una enmienda para liberar los viajes de ciudadanos norteamericanos ha ido ganado fuerza en la clase política norteamericana. Llegado ese punto necesitamos aeropuertos de verdad, comparables con los del mundo, y eso significa mucho más que simplemente mejorar los que tenemos.
Cuba puede convertirse en un “hub” de conexiones aéreas y eso solo es posible con tecnologías de calidad mundial.
También debemos terminar de aprender que somos un archipiélago, que una parte importante de los habitantes de nuestro país vive muy cerca o casi junto al mar, sin embargo nuestro transporte marítimo de pasajeros es casi inexistente y sus equipos son… bueno, todos sabemos cómo son.
De las telecomunicaciones ¿para qué hablar? Han aparecido ostensibles mejoras, los puntos WI-FI han permitido a muchos cubanos acceder al mundo, es innegable cuánto se ha multiplicado el acceso si nos comparamos con como estábamos hace apenas cuatro años; pero la pregunta sigue siendo la misma, ¿con qué debemos compararnos? ¿Únicamente con cómo estábamos? ¿O también y fundamentalmente con por dónde anda el mundo?
Si nos comparamos con nosotros mismos (lo que los economistas llaman brecha interna o dimensión vertical) entonces casi podemos darnos por satisfechos. Pero si nos comparamos con el mundo exterior, que es lo se denomina brecha externa o dimensión horizontal, entonces todo cambia.
Enfrentamos todavía una fuerte sequía. Cuba tiene solo 39 kilómetros cúbicos de agua, la mayoría superficial, la mayoría gracias el esfuerzo en INFRAESTRUCTURA hecho por el gobierno cubano después de 1959. De esa agua, la mitad es aprovechable, de esa que es aprovechable, alrededor del 50{bb302c39ef77509544c7d3ea992cb94710211e0fa5985a4a3940706d9b0380de} se usa en la agricultura y de ella, una parte significativa se pierde, entre otras cosas por tener sistemas de riego que en buena medida son tecnologías preindustriales (riego por aniego).
Todavía se hace un esfuerzo considerable de infraestructura en el Canal del Trasvase de las región oriental del país, una inversión cuantiosa que podría aprovecharse más si al lado de esa obra gigante ponemos tecnologías de riego que permitan aprovechar el 90{bb302c39ef77509544c7d3ea992cb94710211e0fa5985a4a3940706d9b0380de} del agua y no solamente el 50{bb302c39ef77509544c7d3ea992cb94710211e0fa5985a4a3940706d9b0380de}. De eso se trata.
Sin infraestructura no habrá desarrollo, no será sustentable, no seremos prósperos y no lograremos mejores condiciones de equidad y justicia social, pero tampoco podremos ser competitivos. La infraestructura cuesta, hay que pagar por ella, y hay que cobrarla adecuadamente.
Que viva la infraestructura!!
Estimado Dr. Triana, todo eso lo tendremos contemplado en el plan de desarrollo hasta el 2050, porque en el del 2030 que se está discutiendo ya tenemos previsto incluir el análisis de esos temas para el 2050. Por ejemplo, eso de que los cubanos tengan Internet en sus casas que les cueste no más del 5% del salario para el 2020, lo estamos revaluando porque, en definitiva ¿para qué les hace falta?, para que estén entrando a facebook y demás redes sociales y mandando fotos y mensajitos al exterior, y entonces que las compañías que manejan la red se apropien de los metadatos, además de leer cierta prensa imperialista, no, no, ,no, negativo, como dicen en el MININT, si hasta ahora han estado sin Internet que sigan sin Internet.
Siempre leo los textos del Dr Triana, no deja de impresionarme su optimismo y su buena fe, lo imagino buscando, investigando, tratando de descubrir por donde le entra el agua al coco, como pocos se atreve a cuestionar y enfrentar conceptos arcaicos que, probada ya su ineficiencia, todavia corroen el desenvolvimiento de la economia cubana.
No se ufane Dr, llevan 57 años, cuantos años mas necesitan para descubrir que la monarquía absoluta no funciona, mucho menos el sistema de Tainos y Siboneyes.
Quizas en los próximos 60 años entiendan que Internet no es solo para entertenerse con Facebook o leer articulos y tratados contrarevolucionarios que abundan en la red, sino que en el mundo de hoy y del futuro, cualquier esfuerzo individual y social comienza con un click.
Agua estancada no mueve molino se debe aprovechar todos los pasos que se estan dando ahora si se decea que haiga infraestructura frustifera en la isla paso a paso se van abriendos caminos
Triana es como el niño que dijo lo que todos sabian: “El rey anda en cueros!”
Señor “Sin prisa pero sin pausa”, su forma de pensar es la tipica, que tiene un pais con 57 años de retraso, y lo peor es que se creen que saben y dicen los disparetes, como el que usted acaba de mencionar, que internet, solo se usaria para entrar en facebook, cuando internet es una fuente inagotable de conocimientos, si usted no sabe como hacer un nudo para una corbata, lo puede buscar en youtube, como hacer un dulce, como hacer helados, internet hace falta que los jovenes encuentren en cuba su espacio para estudiar, para programar para esta actualizados, da pena que personas como usted sean las que toman las decisiones en cuba. Ah y la justificaci[on el Minint es porque no quieren tener más trabajo.
Para sin prisa, quizas tendrías que valorar, que internet es una forma tambien de mantener a las familias comunicadas ya que el sistema a creado muchos demasiados emigrantes economicos y que nunca se fueron por gusto, demasiadas familias rotas y separadas, internet es una vocanada de aire fresco.
A mí me parece que “Sin prisa pero sin pausa” está siendo sarcástico. Igual a veces eso no se nota, pero en este caso me parece bastante obvio. No sé.
El Dr. Triana, como siempre, acertado. Yo adicionaria el tema de infraestructura existente, pero en malas condiciones. Aunque se ha hablado del proposito “estrategico” de la amplitud de la Autopista Nacional, me pregunto porque un pais como Cuba necesita una autopista de 8 carriles (teniendo en cuenta el volume de trafico automotor que ha tenido, tiene y tendra ) que no fue concluida, por una parte y es sumamente costosa mantener. Da pena pasar y ver los puentes que construyeron y que nunca fueron conectados. El unico beneficio que tienen es que sirve para que los que piden “botella” no esten expuestos al sol o la lluvia. No hubiera sido mas sensate construir una de 6 carriles (o incluso de 4 con carriles de Adelanto en algunas seccciones) que fuera de PR hasta Guantanamo?. O invertir en una mejor infraestructura ferroviaria, con trenes mas rapidos, eficientes y comodos? Aquellos polvos trajeron estos lodos.
Je, je, je, !qué poca imaginación la de ciertos foristas!, igual que la imaginación del gobierno cubano, en fin ahí está el post, interpreten lo que les parezca.
Gracias Dr. Triana por este y todos sus análisis en Cuba. Leyendo su comentario me surge una pregunta. ¿cuál cree que sería la opción más viable para la inversión en infraestructura? porque el sector privado cubano aún es muy débil para hacerlo y el Estado evidentemente no tiene con que hacerlo. eso no nos deja sin opciones???
Sin prisa hablo bien claro. Es raro que algunos no entiendan el sarcasmo
¿Por que disminuir los subsidios impacta, por lo general, de forma negativa en la equidad?
¿Son los subsidios a los productos y servicios o a las personas?
¿No es conveniente avanzar en la eliminacion de los subsidios a los productos y servicios y subsidiar a las personas para no impactar de forma negativa en la equidad?
El problema radica en que la poca infraestructura que queda está en niveles elevados de deterioro por su envejecimiento y falta de mantenimiento. El sistema económico cubano está montado sobre una infraestructura que pasa las 6 décadas de creación, pues para nadie es noticia que las instalaciones hidráulicas, eléctricas, de gas, de comunicaciones, viales, tanto ferroviarios como automotriz, de nuestras ciudades son mayoritariamente heredadas de gobiernos anteriores al actual y el actual lleva 60 años. Todavía recorren nuestras calles y un gran número de ciudadanos se trasladan en ellos a diario, los llamados revolucionariamente almendrónes (autos norteamericanos de las décadas 40 y 50 mayoritariamente). Así no se puede desarrollar un país. Con un parque automotor anticuado, deteriorado, contaminador del medio ambiente, altamente consumidor, como segunda opción de transporte público, no se puede pensar en desarrollo, ni sostenible ni de ninguna clase. Eso no hay dios que lo sostenga. Nuestro país está montado sobre una infraestructura anticuada y obsoleta. Eso de tratar de hacer más con menos y además “viejo” no es efectivo. La actualización del modelo económico tiene que empezar por la actualización y modernización de las infraestructuras existentes. Un país moderno, actual, eficiente no se puede permitir el lujo de NO tener una red de vías ferroviarias que permitan que el mayor porciento de las mercancías y pasajeros nacionales sean transportados por esa vía, que es la menos contaminadora del medio ambiente. Que todavía, para recorrer la isla de punta a cabo no tengamos una autopista decente es insólito. Hay que desarrollar los viales son las venas por las que corre la sangre del desarrollo de un país. De otra manera es imposible. Hay mucho por hacer urgente y hay que buscar las maneras de hacerlo ya. Cuba debe abrirse a las inversiones de capital foráneo y de nuevas tecnologías buscando alternativas más efectivas e inmediatas. No hay más tiempo para perder. La ciudad se está cayendo literalmente, por solo citar un ejemplo.
Interesante artículo sobre nuestra realidad económica.
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Muy de acuerdo con los puntos expuestos en este foro quisiera agregar que la voluntad del cubano de apie va a influir mucho en el proceso de construccion ,mantenimiento y cuidado de estas infraestructuras ya que no estamos educados en la manera que es para todos y para el bien de todos.
no todos somos duchos en materias económicas pero tampoco ilusos para no darnos cuentas de las cosas, nosotros los cubanos llevamos casi 6 décadas de decadencias porque a decir verdad quien compara los datos económicos y de infraextructura de cuba desde el colonialismo español hasta ahora se dará cuenta que estamos peor que haiti, gracias Dr, triana por ayudarnos a reflexionar sobre temas que si es verdad lo analizamos dia a dia es tanto el pesar que a veces fallan las fuerzas, que será de cuba y los cubanos , solo dios pudiera responder esa pregunta,son tantos los criticones y aduladores que se necesitarian rastras de optimistas y emprendedores y casi todos ya se han ido,muertos o silenciados y los que hay deben pasar un pasillo más estrecho y peligroso que el de las termopilas y al final solo los recibe de brazos abiertos la guillotina dispuesta acabar con el sufrimiento