Con un bullicio amanece la urbe. El ir venir de sus habitantes, santiguados todos bajo el sello de los Orichas, denota un municipio alegre, costumbrista y sobre todo alborozado de las mejores leyendas de las raíces africanas.
En una calle se oye un toque de tambor. Los silbatos de las comparsas amenizan el ambiente. Justo frente a la iglesia Parroquial se reúne el pueblo, para junto a los guaracheros mantener el compás arrollador de la conga. Se siente el 1, 2, 3 y 1, 2, 3. Muchos no entienden por qué, sin embargo no pueden detener el ritmo que cada vez se hace más intenso y caliente, bajo los fuertes rayos de sol que por el mes de junio llegan a Cuba.
Por encima de todo se oye una voz que anuncia los festejos por el aniversario 458 de la fundación de la Villa de Pepe Antonio. Toda una semana de celebración, del 12 al 17, homenajeando el surgimiento de una localidad que a lo largo de los años se ha convertido en mito y realidad de las historias de las ciudades habaneras.
La Villa de Nuestra Señora de la Asunción de Guanabacoa fue fundada el 12 de junio de 1554 por acuerdo del Cabildo de San Cristóbal de La Habana. Guanabacoa, como se conoce actualmente, en el idioma taíno significa "tierra de ríos y lomas". La legendaria localidad debe su nombre a los indios que vivían agrupados en este territorio. Basta entonces con recorrer sus calles estrechas, ausentes de adoquines por el paso del tiempo, para percatarnos de las disímiles formas y tamaños que conservan sus pequeños fluviales. Las colinas se presentan en cada barrio cuando al movernos de un lugar a otro, sentimos en nuestras piernas el peso de las elevaciones terrestres.
“Tierra de culto y santería”, sería el epíteto con que caracterizarían muchos cubanos a Guanabacoa. Y es que la religión y la cultura, aun en la actualidad, van de la mano en esta región habanera. Una mezcla de cultos africanos con creencias cristinas occidentales persiste en nuestros días en los pobladores de la Villa. Se presenta, entre otras, la cultura yoruba y su práctica de la santería como las principales creencias religiosas afrocubanas de los locales. Van de la mano el conjuro, la danza y el mito haciendo únicas estas costumbres en Cuba. Por ello, y debido también a que es el municipio de la capital cubana donde más templos abakuá existen, cada año, Guanabacoa es sede Nacional del festival Wemilere enfocado a las raíces afrocubanas.
Tras la toma de La Habana por los ingleses José Antonio Gómez, oriundo de Guanabacoa, reúne alrededor de 300 hombres para hacer frente a la intervención militar. Aunque los británicos, luego de largas batallas, lograron pisar suelo cubano, el heroísmo de aquel guerrero sería merecedor de reconocimiento por los pobladores de su localidad, para que años después se conociera popularmente como La Villa de Pepe Antonio.
La historia de la cultura guanabacoense, está llena de nombres que enaltecen la tradición artística cubana. Bastaría solo con mencionar los nombres de Ernesto Lecuona, Rita Montaner e Ignacio Villa (Bola de Nieve), para considerar que la Villa es cuna de grandes artistas del patio.
Tal vez parezca recurrente la frase de "Meter la Habana en Guanabacoa", y es que realmente tiene su fundamento en la historia de la ciudad. Fue para los años 1555, cuando San Cristóbal de La Habana sufrió el ataque el corsario francés Jacques de Sores, y todos los capitalinos decidieron reagruparse en la Villa de Guanabacoa que para entonces se convirtió en la capital transitoria de Cuba, por ello se instauró allí el Gobierno Colonial. De ahí surge el refrán, pues para los pobladores de entonces resultó inaudita la eventualidad.
Tradicional y hospitalaria se muestra la Villa. Sentimental, hermosa y sigilosa, para sus habitantes. Encantadora, asombrosa e interesante para los visitadores. Lo cierto es que actualmente y tras cumplirse 458 años de su fundación, Guanabacoa continúa tan mítica y legendaria como sus pobladores. No resulta extraño escuchar cada tarde y por diferentes zonas, toques de tambores que anuncian la llegada de un nuevo devoto de la santería africana. Como tampoco llama la atención mirar en las manos de muchos de los pobladores, pulsos de Orula como evidencia de que viven y creen en lo que los ancestros legaron.
Es esta entonces una jornada para festejar desde otro rincón de la geografía cubana, Guanabacoa. Varios artistas de la cultura cubana, como la cantautora Osdalgia, estarán presentes en el Anfiteatro de la localidad durante esta semana, para celebrar junto al pueblo, un año más de convivencia en la Villa de Pepe Antonio, al este de la capital cubana.