Ya sé que la invitación para degustar un Daiquirí sin azúcar pudiera resultar un tanto inverosímil, pero nada en exceso es dañino y el buen “arte joven” mucho menos.
Galería Habana acoge durante todo este mes una exposición curada por el crítico y coleccionista norteamericano Gilbert Brownstone, -uno de esos hombres enamorados de Cuba y de su cultura, quien donó recientemente al fondo del Museo Nacional de Bellas Artes una excelente colección de arte contemporáneo que incluye obras de Joan Miró, Picasso, Andy Warhol, Marcel Duchamp, André Masson, Camille Pisarro- en la que concurren expresiones de jóvenes artistas y otros con algunos años más.
Tanto color, tanta figuración y metáfora, hacen de los muchos mensajes una vocación a nuestra realidad más allá de los problemas socio-políticos y económicos, todo desde un tono sarcástico e irónico. Técnicas mixtas, óleo sobre lienzo, cartel, forman una mezcla de sentidos que seducen al entendimiento de hasta el más neófito de los espectadores.
Con esta visión de arte fresco, propositivo, iconoclasta, la muestra incluye los trabajos de consagrados como Lázaro Saavedra, Roberto Fabelo y Reynerio Tamayo; pasando por Humberto Díaz, Douglas Arguelles, Reinier Leyva Novo Niels Reyes y Michel Pérez (El Pollo); hasta una hornada de otros más jóvenes como Tai Ma Campos, Stainless, Alberto Lago o Lancelot Alonso.
El caleidoscopio del arte cubano más actual no pudo quedar enteramente representado. Como se lamenta el propio Brownstone en las palabras del catálogo: "El arte no es una tarea fácil, está en evolución continua e innovadora. Para alguien como yo, con los ojos adaptados más a los artistas de las generaciones anteriores, hacer esta curaduría ha sido un nuevo y agradable desafío pero a la vez no estoy muy contento porque de antemano sabía que no podría incluir todos los artistas que quería y lo merecían".
Con esta bebida contra el calor, basada en una receta bien sencilla que usted fácilmente puede preparar con media onza de jugo de limón, hielo picado y una onza y media de ron carta blanca, quienes visiten la galería antes del 31 de julio llevarán a casa un Daiquirí sin azúcar sui géneris. Una ocasión para seguirle la pista a aquellos creadores cubanos que se han comprometido con el arte de pensamiento joven.