Carlos Celdrán lleva de la mano hace 15 años a su grupo Argos Teatro, toda una institución en las artes escénicas de la Cuba de hoy. Con más de 10 espectáculos, la Distinción por la Cultura Nacional y otros tantos lauros que certifican su talento y el de sus muchachos, este joven director habla de su profundo amor por la pieza virgiliana Aire Frío y su presentación en los Estados Unidos.
“Virgilio es uno de los grandes escritores cubanos junto a Lezama, Cabrera Infante, Carpentier, puntales de la literatura del siglo XX. Él tuvo una visión muy problematizadora, existencial, agónica, descarnada, deconstructora de la realidad y sus mitos, y todo eso vivido en carne propia, con un destino. Es un hombre que tiene un sentido del humor, una visión cáustica de los problemas del ser humano, lo cual lo hace interesante y hará que cada vez sea más entendido y leído.
“En su teatro está toda esa fuerza conceptual, porque intenta hacer una operación de desmontaje o de la tradición sentimental, del poder, del fanatismo, de las relaciones individuo-sociedad, y creo que en Aire frío logra un equilibro muy fuerte porque lo mezcla con su propia vida.
“Siempre quise hacer esta obra, desde que la leí por primera vez cuando estudiaba en el Instituto Superior de Arte (ISA). Pero sucede que ahora llegó el momento, no solo por la celebración de su centenario sino que ya la tenía pensada desde el año pasado, mas no pudo ser y por coincidencia cayó en una fecha que redobló el interés por ella.
“Aire Frío es la obra más grande del teatro cubano, por tanto, la más compleja porque tiene una mucha expectativa alrededor de ella. Si te pones a pensar en todo eso no la haces; pero piensas en lo que quieres realmente, en lo oportuna que es para este momento que la vuelves a descubrir, y todo eso te empeña tu energía. Y empiezas a construir aquello como si fuera un juego apasionado y un buen día, no sabes cómo, tienes una montaña creada delante de ti, ladrillo a ladrillo.
“La percibo como un cierre de todos estos años cuando salí buscando un tipo de teatro, de actor, de comunicación con el público y ahora es como si esta obra llegara a la madurez que ya siento. Lo que se inicia de ahora en lo adelante, es la continuación, pero bien lo siento como que llegamos hasta aquí y que tenemos que seguir ahondando en el mismo camino o cambiarlo porque algo se cuajó ahora y en eso influyó ella. Ha servido para que todo el mundo nos vea de verdad y sepa lo importante que puede ser lo que estamos haciendo.
“Y tenía que ser una obra de Virgilio, de esa altura, porque si no tienes una obra de esa importancia para la cultura de este país no ocurre esta reacción.
“Gracias a la pieza, la temporada ha sido de las más intensas en los últimos15 años por el efecto catártico del público, pues cuando las personas salen de la obra lo hacen realmente transformadas, por lo menos en esos minutos siguientes, y eso no es común cuando has trabajado tanto en el teatro. La gente dice si le gustó o no, pero en este caso salían muy conmocionados y ese testimonio que te llega noche a noche también te impacta, te transforma, te conmueve y yo creo que eso ha dejado en Argos Teatro una huella interesante.
“¿Cómo sé que voy por el buen camino? En un inicio nunca lo sabes. Tú eliges una historia, apuestas por ello y corres un riesgo porque puede o no funcionar, pero tienes una certeza: a ti te gusta y te gusta por algo, porque te conmueve, porque tiene que ver con lo que vives, con las experiencias que has padecido tú y tus congéneres, y eso te alienta a seguir, porque te mueve algo que es más fuerte. Entonces, tú avanzas en esa intuición y creas el espectáculo y ya después empiezas a constatar si estuvo cierto o no, pero no lo sabes hasta el final cuando el público te devuelve una sonrisa, una palabra. Tú te guías por ese aliento que ha penetrado en ti y eso te hace avanzar. Lo que importa es la pasión, que te hace ir hacia delante y no temer al fracaso que puede estar en el camino.
“Por primera vez nos presentaremos en la ciudad de Miami a partir del 4 y hasta el 6 de agosto con 5 puestas dedicadas al teatro de Virgilio, como parte de las celebraciones por sus 100 años. Aire Frío se exhibirá tal cual se hizo en La Habana y los ajustes se realizarán según el espacio del teatro.
“Pero mi gran expectativa es enfrentar a esa comunidad cubana que vive allá, porque de todos modos esta es una obra que de alguna manera puede superar y cicatrizar heridas, porque da una visión muy profunda de la familia cubana, la cual está más allá de los posicionamientos políticos e ideológicos que pueden estar marcando estos tiempos.
“Esta es una obra que puede hablarle directamente a ellos como le habló al público de la Isla, desde una herida más profunda que nos puede estar dividiendo. Es lo que más me interesa. Esa reacción en ellos, cómo pueden recibir este texto leído por nosotros, con toda la honestidad que lo hemos hecho. Eso es lo que más me gustaría que pasara, que se pudiera ver la obra limpiamente desde el corazón de los cubanos”.