“El primer bate y jardinero izquierdo Irait Chirino solicitó baja de la preselección del equipo de Industriales en momentos que su escuadra juega, junto a otros siete conjuntos, la XXI Copa beisbolera Antillana de Acero, preparatoria para la LIII Serie Nacional de Béisbol”.
El 18 de octubre de 2013, el sitio digital Jit se hacía eco así de la salida de la novena azul de uno de los mejores peloteros que han vestido esa casaca en la última década. La partida de Irait Chirino Arroyo era, junto a otras partidas previas y posteriores, una (otra) matadura más en el lomo del viejo león en horas bajas.
Apenas se ha sabido del pequeño y productivo outfielder a lo largo de estos años, como no fuera el hecho de que jugó con los colores de Brasil la clasificatoria del Clásico Mundial 2017 en un equipo donde también militó otro ex industrialista, Juan Carlos Muñiz.
De ahí en fuera, el presente de Irait Chirino ha sido poco menos que un enigma. Sin embargo, quiso el azar que las redes sociales –ese buscapersonas increíble– lo regresaran al colimador, y después de cruzar unas palabras ya estábamos armando esta entrevista para los fanáticos de Oncuba.
¿Cuándo saliste de Cuba y para dónde?
Salí el 22 de octubre de 2013 con destino a Brasil, un día muy especial para mí porque es el del cumpleaños de mi madre.
¿Te incorporaste de inmediato a la práctica del béisbol?
Sí, en ese país me vinculé enseguida con su movimiento beisbolero, que es amateur, y participé en las distintas ligas que allí se organizan. Luego en 2014 me conseguí un contrato de trabajo con un club para poder vivir en Brasil, porque necesitaba trabajar, y estuve en el Atibaia un año y medio con las categorías de 15 hasta 18 años.
Posteriormente, a fines de 2015 me contrataron para jugar en la Liga de Panamá con los Caballos de Coclé; esa fue mi primera experiencia profesional y tuve un buen rendimiento con average de .290”.
Al volver de Panamá, en enero de 2016 seguí preparándome y en septiembre de ese año participé en el pre-Clásico, donde como se sabe Brasil no pudo obtener el boleto. Por fortuna, más tarde conocí una liga en Chile cuyo presidente y patrocinador es un cubano llamado Mario Fernández”.
¿Se juega béisbol en Chile?
Eso mismo me pregunté yo al principio. Fui de visita allá y vi una posibilidad de irme a vivir a esa tierra. Ya llevaba mucho tiempo en Brasil y el país me parecía demasiado peligroso para establecerme en él con mi familia. De manera que en febrero de 2017 vine a vivir a Chile, un país tranquilo y de muchas oportunidades.
¿Qué haces actualmente?
Trabajo con Mario Fernández en un gran proyecto que se inicia con niños de seis años en adelante para que el béisbol crezca en este lugar del mundo,
¿Qué edad tienes hoy? ¿Cuáles son tus planes a corto plazo?
Cumpliré 33 el primero de agosto. Mis planes inminentes son afianzarme con mi familia aquí y aportar toda mi experiencia en el béisbol. Además seguiré jugando en Chile en un equipo llamado Industriales.
¿Por qué te fuiste de Cuba? ¿Te sentiste subestimado?
Porque ya tenía 28 años y no se me habían dado las oportunidades que me merecía por mi rendimiento. No fui el mejor pero consideré que mis resultados podían haber sido más recompensados. Merecí más por mi entrega y rendimiento. Me iban a coger los 30 años e iba ser un estorbo en el equipo como he visto que le ha sucedido a compañeros míos que los han omitido como si su historia no existiera. Me quedaba mucho por jugar allá pero creo que tomé la decisión correcta. Salí de Cuba para ayudar a mi familia y tener lo que me merezco, jugando pelota o no.
¿Qué fue Industriales para ti?
Desde el 27 de noviembre de 2004 jugué nueve Series Nacionales: cinco con Metropolitanos, equipo al que le agradezco muchísimo, y cuatro con Industriales, que fue un sueño hecho realidad. Industriales fue lo mejor que me pasó en la vida deportiva porque desde niño siempre soñé con jugar en el Latino; vivía cerca de él y por eso respiraba béisbol. Además, mi difunto padre siempre soñó en que yo jugará con los Azules y se lo cumplí después de su fallecimiento.
Te caracterizaste siempre por ‘exprimir’ muy bien a los pitchers…
La discriminación de lanzamientos en home la fui adquiriendo a través de los años jugados y la experiencia. A mí me gustaba jugar todos los juegos aunque fuera a la chapa, hasta el cansancio, y creo que el día a día me dio la paciencia.
Sin embargo, fuiste un primer bate sin habilidades para el robo de bases…
Nada en la vida es perfecto y en el béisbol es igual; salvo los fenómenos, no se pueden tener todas las herramientas. Pero creo que fui un buen primer bate, mis números lo dicen. No robaba pero anotaba muchas carreras por mi alto porcentaje de embasado.
¿Cuál fue el momento cumbre de tu carrera?
El campeonato que ganamos en 2010, que nadie lo esperaba. En el juego 89 di un hit contra Yoani Yera y decidí el partido que nos dio la clasificación. Aunque el año consagratorio mío en el béisbol fue el siguiente, porque entonces logré estabilizar mi rendimiento en un equipo tan difícil como industriales. En Metros ya había bateado .314 y .352 en los últimos dos años, pero sabía que me faltaba por probarme y eso llegó al pasar a los Industriales, exigentes en todos los sentidos.
¿A qué peloteros admiraste más?
De niño, a Javier Méndez y a Tony González. Me gustaban mucho sus sistemas de juego. Luego a Yasser Gómez y Enrique Díaz, que siempre me ayudó y sirvió de ejemplo. E incluyo a Pedro Luis Lazo, por su valentía y coraje. A cada uno de ellos le hice saber de mi admiración en su momento.
¿Cuál fue tu manager favorito?
Es difícil hablar de managers porque jugué con varios, pero pienso que el que más me impresionó fue uno que nunca me tuvo bajo su mando, Rey Vicente Anglada. Gran director, como lo reflejan los resultados. Los atletas que jugaron con él tuvieron tremenda opinión de Anglada, y yo hubiese querido vivir esa experiencia.
¿Qué saldo esperas que deje el paso de Víctor Mesa por los Industriales?
Va a hacer un gran trabajo, como lo hizo ya en otras provincias. Puede lograr volver a llenar el estadio. Quiera Dios que gane ese campeonato que la afición espera hace siete años. Su paso será positivo y les enseñará mucho béisbol a los muchachos nuevos.
¿Cómo ves la pelota cubana de hoy?
Ha perdido mucho terreno. Para fortalecerse debe crear bases, porque un edificio sin cimientos se viene abajo. Se está fallando en ese aspecto, de ahí que estén jugando hasta peloteros que ya se habían retirado.
¿A quién debe parecerse el jugador perfecto?
A Ken Griffey Jr., que lo tenía todo.
¿Has regresado a Cuba después de la partida?
Dos veces. Una en diciembre de 2014, y otra en noviembre del año pasado. Se extraña mucho a la familia, los amigos, las costumbres… El cubano es muy diferente a todo el mundo: somos transparentes, sociables, cariñosos, sinceros, y por encima de todo muy pero que muy familiares.
¿Dónde está ahora tu hermano gemelo, Iraklis?
En Cuba, entrenando niños de la categoría 11-12 años en las áreas del Pontón.
¿Te gustaría volver a jugar un día en Series Nacionales?
No sé si pudiese, no porque no me dejaran sino porque (te repito) nunca me dieron lo que merecía. Pero eso sí, si algún día pudiese jugar béisbol en Cuba solo lo haría con Industriales.
El periodista como Hudini,sacándola debajo de la manga,gracias por la entrevista,siempre es agradable saber de antiguos industrialistas.
aunque industriales los desechó a los dos él quiere jugar en ese equipo.
….excelente persona y beisbolista, dejo un probado alto y estabe rendimiento en trayectoria deportiva. ….lamentable perdida, víctima del caduco sistema….
Roberto Ramos, para ti todo es “víctima del caduco sistema”..me pregunto si en otras ligas beisboleras no pasara lo mismo..
A Irait le hicieron tremenda maric…. Le metieron delante a la sarta de los Gurriel completa de los cuales solo Yulieski era superior a él y para colmo no jugaba jardines. Y todo porque los niñitos no dieran los viajes a provincia. De esta forma destruyeron a Sancti Spiritus y a Industriales. Bien merecido el desastre de resultado por los EEUU de todos los Gurriel, ninguno dio lo que se esperaba que dieran. Claro, las uñas allá no se pintan a la hora de jugar pelota.