Paseo marítimo de 1ra y 70, otro litoral es posible

Se inauguró en 2019 y consta de restaurantes y bares privados, un parque con atracciones infantiles, sombrillas en la costa y un escenario para conciertos y espectáculos.

Dos parejas conversan en uno de los restaurantes del paseo marítimo de 3ra y 70. Foto: Alejandro Ernesto.

Un cubano vende mazorca de maíz y tamales en un carrito improvisado del que cuelgan varios pomos de salsas. Debe ser la comida más barata que se venda en el paseo marítimo de 1ra y 70, en La Habana.

Lo que antes era un simple tramo de costa en la ciudad, con bancos de concreto y algunas plataformas de acceso al agua, hoy es un paseo marítimo, un lugar que ha mejorado con los años.

Oferta gastronómica local, mezcla de cocina tradicional cubana y aportes idiomáticos. Foto: Alejandro Ernesto.
Mar, sol y unas sombrillas, más que suficiente para una tarde agradable. Foto: Alejandro Ernesto.

La playita de 1ra y 70 siempre estuvo ahí. Era el paraíso dominguero para la gente de barrios cercanos en Playa o Marianao, que preferían caminar hasta la costa y darse un buen chapuzón cerca de casa antes que aventurarse en un eterno y azaroso viaje hasta las no tan lejanas Playas del Este de La Habana.

Mar, diente de perro y concreto. Lo único que había hace unos años en la playita de 1ra y 70. Foto: Alejandro Ernesto.

La zona comenzó a valorizarse con la construcción de nuevos hoteles, como el Grand Muthu Habana Hotel, el Marealta, o el Panorama o el cercano Meliá Habana, algunos años antes. Un turista puede escapar de su hotel para darse un baño de pueblo y cubaneo en plena costa; sin embargo, para un cubano que viva de un salario es imposible lanzarse a la piscina de cualquiera de esas instalaciones y mucho menos hospedarse en una de sus habitaciones.

De izquierda a derecha, hoteles como el Grand Muthu, el Panorama o los históricos Tritón y Neptuno, contrastan con la rusticidad de las instalaciones del paseo marítimo de 1ra y 70. Foto: Alejandro Ernesto.
Contrastes del paseo marítimo de 1ra y 70. Foto: Alejandro Ernesto.
Un Lada azul y el mar de La Habana. Una dupla que me trae muy buenos recuerdos. Foto: Alejandro Ernesto.

El paseo marítimo de 1ra y 70 se inauguró en 2019. Consta de varios restaurantes y bares privados, un parque con atracciones infantiles, sombrillas en la costa y un escenario para conciertos y espectáculos. Suficiente para pasar allí un buen rato.

Un pato Donald anima las áreas de juegos infantiles. Foto: Alejandro Ernesto.
El choteo cubano, siempre presente. Foto: Alejandro Ernesto.

Ya no hay que venir a la costa cargando bebidas y comida, como beduinos en busca de oasis. Todo está ahí, al alcance de la mano; aunque, como todo en estos tiempos, un poco caro para el bolsillo mayoritario. Como opción más económica siempre está algún vendedor ambulante con chucherías más baratas.

Una anciana vende chiviricos y palomitas de maíz para los que no puedan costearse los restaurantes del paseo marítimo de 1ra y 70. Foto: Alejandro Ernesto.

Pero, se gaste mucho o poco, el lugar es agradable y está mejor equipado que hace unos años. Hasta él llegan grupos de jóvenes, parejas, familias. Gentes de todos colores y estratos sociales, que a la playita de 70 siempre fue gente muy variopinta y así sigue siendo; ojalá así sea por los siglos de los siglos.

Dos hermanos se refrescan con las olas que rompen contra el diente de perro. Foto: Alejandro Ernesto.

Después de conocer Río de Janeiro, Miami Beach, Barcelona, Valencia o Tel Aviv, siempre he pensado que los cubanos, sobre todo los habaneros, no aprovechamos lo suficiente nuestra cercanía con el mar. Más allá del muro del malecón, donde no hay un quiosco, son pocos los espacios de ocio cerca de la costa.

Una pareja conversa en la costa al atardecer. Foto: Alejandro Ernesto.

Con sus diversos locales y el océano a pocos pasos, este paseo marítimo en el barrio de Miramar debería clonarse en otras zonas de la ciudad, que costa y mar nos sobran, y más las ganas de un chapuzón y una buena cerveza; que siempre faltarán las guaguas para irnos hasta Santa María o Guanabo.

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