Dentro de los productos de la imaginación humana, los impuestos han resultado uno de los más perdurables y también de los que más generan discrepancias y controversias.
Desde el Imperio Chino hasta los Panama Papers, pasando por Robin Hood y Al Capone, este ingenio humano ha sido causa y muchas veces hasta protagonista de episodios importantes de la historia de humanidad.
La expansión del Imperio Romano estuvo soportada en buena parte en un sistema eficiente de colectar impuestos. El diezmo de la Iglesia Católica fue uno de los instrumentos que le permitió amasar riquezas incalculables y facilitó la consolidación de esa religión. Los impuestos han permitido a muchos gobiernos financiar monumentos fastuosos, guerras interminables, programas de espionaje masivo.
Pero no todo es gris. Eficazmente utilizados han servido también para financiar programas de investigación en diferentes áreas de la ciencia, desarrollar obras de infraestructura impresionantes para mejorar la calidad de vida de los pueblos, ayudar a fomentar programas de educación y salud, garantizar servicios de saneamiento, etc. En otras palabras, los impuestos pueden ser un instrumento de redistribución de la riqueza, de mejora de la equidad, de promoción de la prosperidad y el bienestar.
La forma y la cuantía en que se recaudan y los destinos o usos que se les da, son decisivos en la percepción sobre su legitimidad tanto de los ciudadanos como también de las empresas. Pero también existen otros factores fuera del “sistema fiscal” que influyen en esa percepción. Dos de ellos son decisivos, el ingreso es uno de ellos, el otro son los precios.
El ingreso disponible, el dinero que permite acceder a bienes y servicios, no es más que la diferencia resultante del ingreso nominal menos los impuestos. El otro factor que decide la capacidad de compra de las personas, es el nivel de precios. La mejor de las combinaciones –bajos impuestos, altos ingresos nominales y bajos precios– está por lograrse aún. La peor de las combinaciones es, sin dudas, bajos salarios nominales, altos impuestos y altos niveles de precios y se ha repetido muchas veces en la historia de la humanidad.
Todavía peor si los destinos de esos impuestos no se conocen bien, o resultan no ser los pactados, o la decisión sobre su utilización es tomada a espaldas de los que los producen y deben ser beneficiarios directos.
Es interesante que las democracias logren/admitan/promuevan la votación libre, directa, hasta de los Presidentes de un país, pero, cosa rara, los gobiernos si acaso llevan los presupuestos a votación en los parlamentos, y los ciudadanos casi nunca tienen derecho ni mecanismos para expresar su opinión sobre el destino de los ingresos que les han sido sustraídos para engrosar las arcas de los gobiernos. Existen muy pocas experiencias de construcción de presupuestos participativos en el mundo.
La historia reciente de la fiscalidad en Cuba (y por extensión de los impuestos) puede dividirse en varias etapas: desde 1959 una parte del sistema fiscal y de los impuestos heredados del régimen anterior fueron desapareciendo, hasta que en 1967 se abolió el sistema tributario (Ley 1213 de 1967) y se dejó de elaborar el presupuesto del Estado.
Después de mediados de los años setenta y producto de la adopción del Sistema de Dirección y Planificación de la Economía y de la nueva institucionalización, se vuelve a elaborar el Presupuesto del Estado y renace, de forma paulatina, el sistema tributario (Ley 29 de 1980) y ya en los años noventa, bajo la presión de los cambios introducidos para ajustar la economía cubana a los nuevas condiciones derivadas de la crisis de los noventa, se realiza una reforma integral del sistema tributario (Ley 73 de 1994).
Así pues, la cultura tributaria de la población y de las empresas (estatales) desapareció durante mucho tiempo y se empezó a recuperar paulatinamente a inicios de los años noventa. El nacimiento del sector privado cubano tuvo un rol protagónico en esa recuperación.
Hasta ahora el impuesto a los ingresos personales constituye una fuente marginal de los ingresos del presupuesto del Estado cubano con apenas significación en el PIB (no más del 1{bb302c39ef77509544c7d3ea992cb94710211e0fa5985a4a3940706d9b0380de}).
En el 2015 (¡los datos aún no son públicos!) la situación no debe haber variado sustancialmente. Ese pequeño por ciento proviene fundamentalmente del sector no estatal.
Nuestro sistema tributario tendrá que avanzar mucho más al igual que la cultura tributaria. No se trata de recuperar la que tuvimos hasta 1967, sino crear una cultura nueva, donde el contribuyente pueda “tocar” de una manera clara y relativamente simple, los beneficios que genera a él y a la sociedad su contribución. Se ha hecho un esfuerzo grande, pero no es suficiente.
Distorsiones macroeconómicas
El fisco cubano, como otros en el mundo, padece hoy de sus propios problemas, parte importante de los cuales no se deben al sistema tributario en sí mismo. Entre aquellos generales a cualquier sistema tributario hay dos muy comunes: la subdeclaración y la evasión de impuestos. En ambos casos se pueden explicar según los incentivos que tengan los ciudadanos y las empresas para pagar impuestos.
Pero en el caso de Cuba existen además otras distorsiones (macroeconómicas) que influyen negativamente en las actitudes hacia los impuestos. Varias de ellas escapan al propio ámbito del sistema tributario. Varios trabajos de académicos cubanos han puesto de manifiesto estos problemas desde hace ya muchos años.
El primero de todos es la dualidad cambiaria y monetaria, pero hay otros: la existencia de una contabilidad en la llamada “moneda única” que impide ver no solo los árboles sino incluso el bosque, porque no permite detectar correctamente la eficiencia, la productividad real y su verdadero impacto en la economía del país.
Pero también debe contarse entre las distorsiones macroeconómicas a la desconexión entre salarios y precios, el retardo significativo del ajuste de los salarios a los niveles de precios existentes en el país, la persistencia de mercados segmentados por tipos de moneda, el uso de “instrumentos monetarios” como los convertidores (empleados para pagar salarios en las empresas mixtas y en la Zona Especial de Desarrollo del Mariel) que se aplican sobre los salarios de esos trabajadores y que en realidad cumplen funciones fiscales.
La relativa desconexión que existe entre los ingresos fiscales y la calidad de un grupo importante de servicios que deberían tener en la recaudación fiscal un soporte decisivo (recolección de desechos sólidos, cuidado de parques y plazas, reparación de calles y aceras, alumbrado público, etc.) es, junto al bajo impacto directo de la recaudación fiscal a escala local, otra distorsión que contribuye a generar actitudes negativas hacia el pago de impuestos.
Sacando cuentas hipotéticas
Pongo un ejemplo hipotético solo para ilustrar las distorsiones que en el manejo fiscal introduce, digamos, la dualidad monetaria y cambiaria. Advierto que es muy hipotético y solo con fines didácticos:
Una empresa extranjera que crea una empresa mixta, paga a la agencia empleadora del sector 500 dólares mensuales de salario por cada uno de sus trabajadores.
La agencia empleadora ingresa 500 dólares equivalentes a 500 pesos cubanos en su cuenta y paga al trabajador la cantidad estipulada por la reglamentación cubana.
Si el impuesto sobre los ingresos que la agencia empleadora debe pagar es en pesos cubanos, digamos 10 por ciento, entonces el fisco recibe ¡50 pesos cubanos!, pero como la tasa de cambio oficial está muy sobrevalorada, esos cincuenta pesos cubanos son mucho menos que los cincuenta dólares que debía pagar o su verdadera equivalencia en pesos cubanos. Claro que el Estado no pierde, pues los dólares se quedan en Cuba, pero los ingresos fiscales sí. Si suponemos una tasa de 10 a 1, entonces el fisco ha dejado de recibir 450 pesos cubanos.
Imaginemos que haya 40 000 trabajadores en esas condiciones, entonces nuestro presupuesto ha dejado de ingresar 18 millones de pesos cubanos, o lo que es lo mismo el equivalente a 30 000 salarios promedio si este fuera de 600 pesos cubanos. En otras palabras, nuestro sistema fiscal ha perdido la capacidad de pagarle 600 pesos a 30 000 personas.
Reitero que es un ejemplo hipotético, imagino que haya mecanismos o instrumentos que eviten o compensen esta situación.
Mirémoslo ahora desde la perspectiva del trabajador de esa empresa mixta que por lo general son empresas que juegan un rol importante en las exportaciones o en la sustitución de importaciones del país. Según lo establecido en las reglamentaciones el cálculo es el siguiente:
La agencia empleadora deduce y se apropia de un 20 por ciento de los dólares, el 80 por ciento restante se convierte a una tasa de 2 pesos cubanos por dólar y a esa cantidad se le aplica lo reglamentado para el pago de impuestos. Hagamos cuentas:
Supongamos otra vez que se paga 500 dólares por trabajador, entonces:
La agencia empleadora se apropia de 100 dólares.
Los 400 restantes se convierten en 800 pesos cubanos que se pagan al trabajador, sobre los que se aplica un 5 por ciento de impuesto (40 pesos cubanos que el trabajador aporta de sus 800)
Al trabajador cubano le queda de ingreso disponible para sobrevivir el mes un total de 760 pesos, con los cuales debe enfrentar el reto de CADECA, las TRD y el mercado agropecuario; todos funcionando a una tasa de 25 pesos cubanos por un CUC.
Como previamente le habían sido descontados 100 dólares de su salario, que a la tasa de 2 a 1 serían 200 pesos más, el trabajador de la empresa mixta está aportando en realidad 240 pesos cubanos, o sea, 24 por ciento de impuesto sobre el ingreso personal.
Si la empresa empleadora tiene que pagar impuestos sobre los 100 dólares de los cuales se apropia y los paga sobre la base de la tasa de cambio oficial para el sector empresarial, entonces esos 100 dólares equivalen a 100 pesos cubanos y si el impuesto es del 30 por ciento sobre los ingresos de la empresa, pagaría 30 pesos por cada 100 dólares que se apropia, o sea, el precio del dólar más barato del mundo.
Reitero una vez más que todos son ejemplos hipotéticos, y espero además que existan mecanismos que eviten/corrijan/compensen estas distorsiones y que solo los he usado con el fin didáctico de ilustrar una parte del impacto negativo que puede tener la distorsión cambiaria sobre el sistema fiscal y sobre los incentivos a la contribución de los ciudadanos.
La academia cubana ha realizado varios estudios sobre el sistema fiscal cubano (conozco los de la Facultad de Economía y desde el Centro de Estudio de la Economía Cubana), ha identificado varios de sus problemas mas importantes y ha recomendado también medidas para corregirlos.
Pero lo cierto es que es un tema sensible y decisivo, que se reactiva cada vez que las personas (aunque no sean muchas) sienten que tendrán que pagar más dinero, cuando aún, a una buena parte de ellos, su salario apenas les alcanza para cubrir las necesidades básicas de comer, vestirse y transportarse, en la Cuba de 2016.
Por eso creo que el asunto impositivo requerirá más tiempo para alcanzar las condiciones necesarias y la cultura imprescindible para que sus efectos positivos se conviertan en el mayor incentivo para que ciudadanos y empresas contribuyan al fisco y no lo evadan.
Sigue usted ofreciendo la más clara imagen desde la profesionalidad y el sentido común que tenemos los no especialistas del tema, del dilema económico Cubano en que ha devenido aquella “solución temporal” de la dualidad monetaria que ya cumplió la mayoría de edad, su reiterado llamado “y espero además que existan mecanismos que eviten/corrijan/compensen estas distorsiones” viniendo de un profundo conocedor del sistema económico Cubano me sugiere que no existe nada, que son puros deseos suyos que tampoco logra entender cómo se logra hacer economía dentro de todo este disparate. Personalmente pague impuesto entre el 94 y el 98 en la ONAT como trabajador por cuenta propia, completaba el formulario de atrás hacia adelante invirtiendo las funciones matemáticas que me decía en las instrucciones, así lograba fijar primeramente el impuesto a pagar y el resultado era las ganancias que reportaba en la primera pregunta, porque además inclusive hoy no existe record bancario que pudiese mostrar lo contrario, todo se basaba en puras especulaciones y cálculos locos como este que ni usted entiende y sugiere mecanismos extras ocultos para hacer sentido. El banco sigue siendo y viéndose por la población para guardar dinero y no parte del entramado empresarial que ordena, fiscaliza y controla la actividad económica del país, esto es otra cosa que debe corregirse y muy pocas veces el tema es tratado. Gracias por alertar el próximo fiasco cree usted que alguien lo corrija a tiempo.
“Recolección de desechos sólidos”, menciona el profesor Triana entre los servicios vinculados directamente al ingreso de gravámenes a las arcas del Estado…Si se juzga el calamitosos estado de la recogida de basura en Cojímar, Alamar, Diez de Octubre y otras zonas de la capital, habría que concluir que nuestro fisco sufre un importante “salidero”…(El misterio es a dónde van a parar esos recursos).
y donde se ven las sugerencias de los academicos?????
Sí, los impuestos son en pesos cubanos y luego te dicen que no hay divisas para comprar lo que se necesita para reparar una calle u otras cosas.
excelente artículo. le faltó poner la cuenta de los impuestos a los trabajadores de ACOREC, a los de ANTEX, y los porcentajes a médicos internacionalistas, o mucho más a los profesores universitarios que van a dar clases a otra parte, y ellos mismos tienen en realidad que correr con todos los trámites. El Estado se sienta a esperar, “allá ellos que ¿son los interesados?” Luego viene la fuga (no robo) de cerebros.
El impuesto como herramienta es imprescindible para el desarrollo de Cuba. Pero le falta mucho por andar, tanto al Estado cubano, como a las personas en temas de cultura tributaria. Pero las personas pueden tener alto o bajo nivel cultural, buenas o malas intenciones… el Estado se supone esté asesorado por especialistas capaces y con el objetivo de elevar las condiciones de vida de la sociedad.
Lo cierto es que no tengo claras las cifras que muestran sobre aumento de gastos en seguridad social, versus la cantidad real de beneficiados en estos años y lo que realmente reciben. Si el Estado es responsable de la emigración y baja natalidad en algún porciento, no entiendo por qué el ciudadano individual debe pagarlo, cuando no fue quien lo causó. Sería bueno que el Estado fuera más austero en temas de protocolo, cenas oficiales, viajes vacacionales de dirigentes o familiares de dirigentes (creo que hay un Gulliver turco por ahí), reanalice sus programas de obstetricia primero y ginecología después (que no es lo mismo, aunque parece algunos funcionarios no se enteran), analice por qué la gente no tiene hijos y como promoverlo. Y piense qué hará con los que no tributan pero reciben mucho más que los obreros.
No pueden crearse injusticias y desigualdades, en nombre de la equidad y la justicia. Si ud. corta mil arrobas de caña, no puede recibir lo mismo que el vago de la esquina, que vela tu casa para robar. A quienes dicen que ambos son seres humanos y etc., les recuerdo que ése es el mismo falso humanismo que ponía en un mismo plano al que lanzaba el napalm y al que se quemaba con él. También aquellos dos eran seres humanos.
Un punto muy importante, relacionado con los ingresos, es el poco uso de los créditos por los cubanos. Esto debe mover a reflexión a la banca cubana. En la misma prensa oficial, las cifras mostradas son muy pequeñas. Por qué la gente no pide créditos?
Puedieramos tambien agregar a su ejemplo el caso de las Firmas, los trabajadores de dichas empresas ya desde hace algun tiempo se le aplica la Ley 113 por concepto de gratificaciones, la empresa extranjera debe pagarle a la agencia empleadora un monto por el trabajador que se contrata, pero ademas el trabajador debe pagarle a la ONAT impuesto por gratificaciones obtenidas.
Esao sin contar los impuestos que se pagan por MTT, CDR, FMC etc
Muchos no lo quieren reconocer,pero el capitalismo llego para quedarse y cada ves se hace más evidente,solo falta el visto bueno a los inversores cubanos recidentes en el extranjero.
Por supuesto que los impuestos son importantes. ¡Son importantisimos! Tal es así que fue una de las causas principales de la Revolución Americana. “No taxation without representation” (“No hay Tributación sin Representación”). Algo mas basado en el Sentido Común que en conceptos democráticos, ya que en aquella época , finales del siglo 18, el propósito de los revolucionarios americanos no era tanto establecer una Democracia, si no una República. Lo de la Democracia vino después con el tiempo y como resultado de unas de sus mayores contribuciones a la Filosofía Política, “Common Sense”: El Sentido Común.
Estimado Dr. Triana: Al leer sus artículos intuyo que es usted un economista muy cualificado. Siempre he tenido una duda ¿Forma o no usted parte del equipo de economistas que trabajan con el gobierno cubano en la nueva política económica del país? Quiero pensar que sí por el contendio de sus artículos y los análisis que en él hace, tan certeros, tan con los pies en la tierra (no excento de equivocaciones, claro está porque es humano). De no participar directamente en el futuro de nuestra economía ¿pudiera explicarme por qué, siempre y cuando no sea un secreto?
Gracias
Excelente artículo!! Solo hay algo que no me quedó claro: A la agencia empleadora se le paga 500 dólares por trabajador, de esos 500 dólares que le entran salen 760 pesos cubanos para el trabajador y 30 pesos cubanos para el fisco. Mi pregunta es: ¿Qué pasa con el resto del dinero? Entran 500 dólares y salen 790 pesos cubanos!!!!! ¿Qué hace la agencia empleadora con el resto del dinero?
estudiante,en todos esos cambios el trabajador sale muy desfavorecido,si usted lo mira bien vera que es una gran estafa.
Interesante reflexion, pero el problema de base mas importante es el salario nominal!, es una miseriaaaaaaaa!!!!, los precios de todoooo estan desproporcionados!, lo cual hace q el nivel de vida de los trabajadores cubanos sean los mas miserables del mundo, cuando se analiza en % del salario medio del trabajador cubano lo q representan necesidades basicas cmo alimentarse!, alumbrarse y vestirse (en q pais 1 litro de aceite equivale a 2 dias de salario medio de un trabajador!, la leche un lujo, y mal comer sancorcho es un lujo q arrebata el 80% y hasta el 150% del salario medio cubano, usar un aire acondicionado un lujo q consume en electricidad 500-1000 cup mensuales!!!!, casi el doble del salario medio!, un trapo cuesta 20-40 cuc, o sea 1-2 veces el salario, y asi…)!, el cuento de salud y educacion gratuita es mentira!, con la plusvalia producida x los trabajadores cubanos y las miserias pagadas de 1 USD diario!, se pagan 4-10 veces la salud y educacion “grauita” y siguen debiendo salario! Como van a poner impuestos sobre ingresos personales a quien cobre 100 cuc/USD al mes!!!!, es una burla, o es que hay q ser mas miserables!
Impuestos sobre los salariosss mas bajossss del mundoooooooo????, Bueno dijeron en el recien concluido plenario del PCC q no se permitiria la acumulacion de propiedades y riquezas!…, supongo q un salario o ingreso de 100 cuc o USD mensuales significa ser millonario en Cuba y por eso hay q gravarlo y reducirlo a los nominales 20 cuc o USD mensuales, asi todos somos proletariamente pobres!. Mientras se siga persiguiendo con ojeriza la creatividad y prosperidad, pasaran otros 60 anyos y pronto regresamos a la Edad de Piedra! Acaso no da verguenza el atraso tecnologico e infraestructura destruida y en ruinas por doquier??? q tal parece Hiroshima despues del 6/agosto/1945!, aunque en Hiroshima no habian tantos basureros desbordados en cada esquina, ni arroyuelos de aguas negras retozando por todas las callejuelas.
Hace un año leí este interesante artículo y vuelvo aún más dolida a leerlo. El año pasado en “un ataque de entusiasmo” me personé en las Oficinas Atención al Contribuyente, cito en Cuba y Obispo, allí maltratada primero por la recepcionista en aquel bello edificio de mármoles logré hablar en mi segunda visita con algún “burócrata decisor” porque quería saber personalmente dónde iba a parar los altos tributos que como “cuentapropista” abono cada mes al Estado, y de paso solicitar que “gestionaran al menos” que la Empresa Eléctrica tapara la zanja que había abierto hacía un mes frente al edificio donde tengo un departamento para la renta a extranjeros (no lo habia logrado antes con la empresa), quería saber quién y para qué usan el dinero que aporto cada mes, muy superior al Dinero que paga el Estado a unos 20 médicos cubanos cada mes (teniendo en cuenta que aporto unos 350 cuc, eso por 24 pesos son 8400, que si lo divido entre 20 profesionales son 420 pesos la media que gana un profesional en Cuba. Es decir una barbaridad de dinero si lo multiplicamos por los aportes de todas las habitaciones y casas de renta solo en el municipio Habana Vieja. Ninguno de nosotros sabe donde va ese dinero. Pudieran informar al menos? Allí en la Oficina del contribuyente me revisaron todos mis papeles y negocios para saber si los tenía en orden (ya terminé medio acusada y acosada) más supe que tengo Deberes, pero No Derechos. Este artículo es muy ilustrativo, pero hay otros ejemplos muchos más simples y a la vez (no hay término en español que no sea una palabrota). ¿Sabremos un día dónde va a parar el dinero que ganamos con tanto sacrificio? ¿tendremos un día derecho a que esa información sea pública y opinar acerca del destino que se le debe dar a ese dinero? solo quiero que una ínfima parte de lo que se recaude lo usen en la limpieza de la propia localidad dónde tengo enclavado los negocios que es un asco, y no es culpa de los americanos. En ese vídeo que circula hace un rato por internet Díaz Canel se refiere a los llamados “cuentapropistas” y después de algunas reflexiones concluye: “Riquismo es igual a Neoliberalismo” (porque además ahora somos los enemigos y los malos de la película). Triana ¿usted volvería sobre el tema? ¿tendríamos oportunidad de conocer quien resguarda este dinero? ¿cuánto hay? ¿podría ayudarnos a entender a Díaz Canel? Gracias