Investigadores de la Universidad de Harvard analizaron los datos de las tasas de mortalidad por COVID-19 en esos dos estados hasta septiembre de 2020 y encontraron que las mujeres negras murieron a una tasa 3,8 veces mayor que la de los hombres blancos de Michigan y 1,6 veces la tasa de los hombres blancos de Georgia.
Si bien otros estudios habían encontrado que los hombres, en general, mueren por COVID-19 a tasas más altas que las mujeres, y las personas negras mueren a tasas más altas que las blancas, este estudio analizó cómo se cruzan la raza y el género para crear más disparidades.
Sus hallazgos fueron “consistentes con lo que esperaríamos, aunque siempre es devastador ver esos resultados. Es lamentable que esto sea lo que esperamos”, dijo una de las coautoras del estudio, Tamara Rushovich. “Así que no fue sorprendente ver que estas altas tasas entre las mujeres negras se vuelven más visibles”.
El estudio se basó en solo dos estados porque otros no tenían en ese momento datos completos de las muertes por COVID-19 desglosados por raza, sexo y edad. Ni Michigan ni Georgia tenían datos de muertes por coronavirus desglosados por etnia, por lo que el estudio no pudo incluir hallazgos sobre latinos, que como grupo en todo el país, como las personas negras, están siendo hospitalizados a una tasa tres veces mayor que la de los blancos, y que mueren el doble.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades solo han publicado algunos datos sobre la raza y el origen étnico de las personas infectadas y muertas por el coronavirus después de un impulso de los legisladores demócratas el año pasado. Pero los datos no se desglosan por raza, etnia, género y edad en todos los estados de una manera que permita el mismo tipo de análisis en todo el país, como lo hicieron estos investigadores en Georgia y Michigan.
Rushovich dijo que “no le sorprendería ver patrones similares” de mujeres negras que mueren en tasas mucho más altas que los hombres blancos en todo el país, aunque desconfía de generalizar demasiado, ya que cada estado tuvo diferentes oleadas de casos y respuestas políticas distintas, como mandatos de nasobucos y cierres. “Debido a la larga historia de racismo, no me sorprendería ver patrones similares en todo el país, pero podría haber diferentes grados de magnitud”, dijo la investigadora.
Más de 558 000 personas han muerto hasta ahora por el coronavirus en Estados Unidos. Parte de los factores que explican que las mujeres negras mueran a tasas más altas que los hombres blancos es lo que los investigadores llamaron “exposición ocupacional” o los trabajos de las personas más expuestas al virus.
Las mujeres negras están representadas de manera desproporcionada en el trabajo esencial, desde asistentes de salud en el hogares de ancianos hasta enfermeras. Tener datos sobre las disparidades en las muertes por la COVID-19, sobre todo en torno a las intersecciones de raza y género, como los de este estudio, es importante en términos de cómo responde el gobierno en el diseño de la ayuda, distribución de vacunas y otros temas, dijo Rushovich.
Los legisladores demócratas han estado pidiendo que los CDC publiquen datos sobre la raza y el origen étnico de los vacunados para poder rastrear las disparidades y abordar mejor las desigualdades. “La recopilación de datos y la presentación de informes es un paso.No resuelve el problema, pero permite saber dónde se encuentran las desigualdades”, dijo Rushovich. “Es un primer paso para al menos hacer visibles a los grupos vulnerables y ver qué recursos se les deben dedicar”.