El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, recalcó hoy las graves secuelas a largo plazo que puede tener la COVID-19 en pacientes, “con una preocupante variedad de síntomas que pueden cambiar con el tiempo y pueden afectar cualquier sistema corporal”.
“Este virus no sólo mata a gente, sino que a un importante número de personas las aboca a graves efectos a largo plazo”, advirtió el máximo responsable de la OMS en rueda de prensa.
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— World Health Organization (WHO) (@WHO) October 30, 2020
Estas secuelas pueden oscilar “desde fatiga, tos, dificultad al respirar a inflamaciones y heridas en importantes órganos, incluyendo pulmones y corazón, o incluso efectos neurológicos y psicológicos”, apuntó.
Tedros, quien invitó a participar virtualmente en la rueda de prensa a algunos de esos pacientes con secuelas de larga duración, insistió en que la recuperación de la enfermedad en muchos casos “puede ser lenta, en ocasiones cuestión de semanas o meses, y no siempre es una ruta en línea recta”.
El director general añadió que estos efectos a largo plazo en pacientes demuestran “la inviabilidad moral de la estrategia de inmunidad de rebaño”, que algunos países intentaron en los primeros meses de pandemia, consistente en no intentar frenar la transmisión para intentar que grandes partes de la población desarrollaran anticuerpos contra la COVID-19.
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Esa estrategia “no sólo llevaría a millones más de muertes innecesarias, sino que generaría un enorme número de personas abocadas a un lento camino hacia la recuperación total”.
La inmunidad de rebaño “sólo es posible con vacunas seguras y efectivas que se distribuyan equitativamente en todo el mundo”, concluyó Tedros.