La Asamblea Nacional de Cuba rechazó una reciente resolución del Congreso de EE.UU. en apoyo a las protestas antigubernamentales de julio pasado en la Isla.
La Comisión de Relaciones Internacionales del parlamento cubano calificó la iniciativa aprobada por la Cámara de Representantes como “injerencista” y “lesiva a la soberanía” de la nación caribeña, y afirmó que está encaminada “a sustentar la guerra no convencional que su gobierno lleva a cabo contra nuestro país”.
La declaración del órgano legislativo cubano reitera una denuncia previa dada a conocer a fines de octubre, durante su primer período ordinario de sesiones del año, según la cual “el gobierno estadounidense continúa reforzando el bloqueo genocida”, con la intención de “estrangular la economía nacional y asfixiar a nuestro pueblo, a la vez que incrementa las acciones subversivas”.
También acusó a Washington de la “creación y promoción de campañas político-comunicacionales con las que inundan las redes digitales para tergiversar nuestra realidad, tratar de provocar desestabilización, aparentar ingobernabilidad, promover el caos e imponer un golpe suave que ponga fin a la Revolución Socialista y sus conquistas”.
En su nuevo pronunciamiento, el parlamento de la Isla condenó “este nuevo engendro anticubano” y alertó “una vez más a los legisladores de todo el mundo acerca de estos planes y sobre el incremento de la retórica agresiva y amenazante utilizada por funcionarios del gobierno y miembros del legislativo estadounidense, destinada a justificar una posible nueva escalada en la política de confrontación de Estados Unidos” contra la Isla.
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La Asamblea convocó al “amplio y diverso movimiento de solidaridad con la Revolución Cubana” y a las asociaciones de cubanos residentes en el exterior “a alzar nuevamente sus voces para exigir que se respete el inalienable derecho del pueblo cubano a construir soberanamente el tipo de sociedad que libremente ha elegido”.
Además, dijo a los gobernantes y legisladores de EE.UU. que “no les asiste ningún derecho para interferir en los asuntos internos” de la Isla y los llamó a “a escuchar a los amplios sectores de su población que abogan por el fin del bloqueo y la política agresiva contra Cuba, por establecer canales de diálogo y respeto entre ambos países que contribuyan al desarrollo de intercambios y colaboración en áreas de mutuo interés y beneficio bilateral”.
“Cuba nunca se pondrá de rodillas, ni aceptará órdenes de amo extranjero alguno”, aseguró la comunicación parlamentaria, que cierre citando una frase del presidente cubano, según la cual “tenemos Patria y defendemos la Vida! Y seguimos siendo de ¡Patria o Muerte!”.
La resolución del Congreso estadounidense fue aprobada con el respaldo de 382 legisladores y el rechazo de 40 de la Cámara de Representantes, y debe pasar al Senado para luego ser enviada a la Casa Blanca. El presidente estadounidense, Joe Biden, debe firmarla para que se convierta en ley.
Impulsada por la legisladora demócrata Debbie Wasserman-Schultz y apoyada por el republicano Mario Díaz-Balart –ambos representantes del estado de la Florida–, la iniciativa expresa la “solidaridad” de Washington con las protestas antigubernamentales de julio pasado y condena los “actos de represión” del gobierno de cubano, además de pedir la “inmediata liberación de quienes fueron detenidos arbitrariamente” durante los hechos.