Canciller cubano: es muy difícil separar el ataque a la embajada en Washington del discurso del gobierno de EEUU contra Cuba

Bruno Rodríguez afirmó que “se aprecia negligencia” en la conducta del gobierno estadounidense que, en su opinión, no fue capaz de prevenir la agresión a la embajada a pesar de recibir “señales suficientes” sobre el atacante.

El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, ofrece conferencia de prensa en La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez / Archivo.

El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, ofrece conferencia de prensa en La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez / Archivo.

El canciller cubano Bruno Rodríguez aseguró este martes que la agresión sufrida el pasado 30 de abril por la embajada de Cuba en Washington es “resultado directo” de “una política oficial de instigación al odio y a la violencia” y que es “muy difícil” de separar este hecho del discurso actual del gobierno de EE.UU. contra la Isla.

“Yo afirmo de manera directa que este ataque contra la embajada de Cuba, de naturaleza terrorista, es un resultado directo de una política oficial de instigación al odio y a la violencia contra mi país”, declaró Rodríguez acerca de la agresión perpetrada por un ciudadano de origen cubano, quien realizó una treintena de disparos con un fusil de asalto a la sede diplomática antes de ser detenido por fuerzas policiales estadounidenses.

“Quien escuche los pronunciamientos y falsedades constantes del Departamento de Estado y del propio Secretario de Estado, observará que hay constantemente una apelación al resentimiento y el odio a Cuba”, agregó en conferencia de prensa virtual realizada desde la sede de la cancillería cubana.

El ministro de Exteriores cubano deploró el “silencio cómplice” de su homólogo Mike Pompeo y del Departamento de Estado acerca de lo ocurrido, y cuestionó las motivaciones para callar ante la opinión pública y “no lanzar mensajes de disuasión de actos como este, en cumplimiento de sus obligaciones legales como país sede de la embajada”.

Además, afirmó que “se aprecia negligencia” en la conducta del gobierno estadounidense que, en su opinión, no fue capaz de prevenir la agresión a la embajada a pesar de recibir “señales suficientes” y disponer información sobre el atacante, el cubano Alexander Alazo, de 42 años, quien, según explicó Rodríguez, había denunciado ante agencias de aplicación de la ley una supuesta persecución por parte de presuntos grupos criminales cubanos y poseía permiso para portar armas de fuego a pesar de padecer de trastornos mentales.

El canciller explicó que Alazo, quien reside en EE.UU. desde 2010, hizo una exploración in situ del lugar de los hechos dos semanas antes, que en su auto fue hallada droga, y que tenía problemas económicos, por lo que afirmó que al gobierno estadounidense le corresponde realizar “una investigación a fondo” para esclarecer el origen del dinero utilizado para el ataque.

¿Qué se sabe del hombre que atentó contra la embajada cubana en EEUU?

Detalló que mientras vivió en Cuba, el agresor mantuvo “una conducta normal, con inclinaciones religiosas”, que cumplió el servicio militar sin ninguna dificultad y luego se dedicó a la labor pastoral. Aseveró que se casó con una mexicana y residió desde 2003 en México, país al que llegó con una visa religiosa y donde vivió durante varios años.

Desde allí y luego desde EE.UU. visitó Cuba en 8 ocasiones, la última vez en 2015, y mantuvo con la Isla “una relación normal como la que tienen los demás emigrados cubanos”, dijo Rodríguez, quien aseguró que Alazo “nunca tuvo ni ha tenido ningún problema en Cuba”.

Por eso, apuntó, “hay que preguntar a los EE.UU., cómo un individuo, con una conducta normal, religiosa y pacífica, se transforma en alguien con problemas mentales” y cómo con escasos recursos económicos, prepara y ejecuta un ataque contra la embajada de Cuba en Washington. 

Como una posible explicación de ello, el ministro afirmó que el atacante mantenía vínculos “con grupos e individuos dentro de los Estados Unidos, con una trayectoria conocida de odio e instigación a la violencia o incluso al terrorismo contra Cuba” y señaló que es “una obligación” de las autoridades estadounidenses investigar sobre ellos y la influencia que estas relaciones pudieron haber tenido en la conducta de Alazo.

Refirió que durante su residencia en Miami, el agresor se asoció al centro religioso Doral Jesus Worship Center, el cual es frecuentado por “personas con reconocidas conductas a favor del extremismo y la agresión contra Cuba”, y que ha sido visitado por políticos que promueven una política de línea dura contra La Habana como el senador Marco Rubio y el vicepresidente Mike Pence.

También citó evidencias, a partir de publicaciones en las redes sociales, de vínculos de Alazo con otros cubanos residentes en EE.UU. que “incitan a la violencia y el odio” contra diplomáticos y representantes del gobierno cubano e, incluso, con los autores de los actos de profanación de bustos de José Martí meses atrás.

Entrevista con el embajador José Ramón Cabañas: “Sobran razones para que hubiese existido una comunicación por parte del Departamento de Estado de EEUU”

Rodríguez afirmó que apenas horas después del ataque personas “de reconocida actitud agresiva” contra funcionarios cubanos fueron captados fotografiando la embajada de Cuba, un asunto sobre el cual, dijo, “el gobierno de EE.UU. también deberá aclarar en su momento”.

Reiteró que su gobierno espera por los resultados de “una investigación exhaustiva” de la agresión y los posibles vínculos de Alazo con los grupos y personas anteriormente señalados.

“Tenemos la esperanza que el gobierno de EE.UU. intente, por lo menos, hacer coincidir su retórica contra el terrorismo internacional, con sus responsabilidades ante un ataque terrorista que se ha producido contra una misión diplomática en el centro de Washington”, comentó.  

Además, afirmó que La Habana apelará a “todas las instancias del derecho internacional” que considere necesarias sobre este caso y aseguró que no cerrará su misión diplomática en Washington y seguirá garantizando la seguridad de la embajada de EE.UU. en la Isla. 

Salir de la versión móvil