El congresista estadounidense Jim McGovern manifestó su desconcierto y enojo por la lentitud del presidente Joe Biden respecto a un cambio de la política hacia Cuba.
“No solo estoy desconcertado, sino también enojado”, escribió McGovern, miembro de la Cámara de Representantes del Congreso de Estados Unidos por Massachusetts, en su cuenta en la red social X.
“I’m not only puzzled, but I’m pissed” at Biden’s slow motion on Cuba, says Representative Jim McGovern of Massachusetts. “This policy, which is a continuation of the Trump policy, is just stupid. It’s counterproductive. It’s hurting the very people that we claim we care about.” https://t.co/xuQmAW8Lny
— Rep. Jim McGovern (@RepMcGovern) May 16, 2024
Esta política, dijo, “es simplemente estúpida. Y contraproducente. Está perjudicando a las mismas personas que decimos que nos importan”, afirmó el presidente del Comité de Reglas de la Cámara y de la Comisión Ejecutiva del Congreso sobre China.
McGovern, quien también es el copresidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara Baja, es uno de los congresistas más activos del Capitolio en la búsqueda del camino para la normalización de las relaciones bilaterales, describió la agencia Prensa Latina.
Profundo conocedor de la realidad cubana por sus numerosos viajes a la isla, el legislador demócrata también ha sido un baluarte en la conservación del patrimonio dejado a los cubanos por el célebre escritor estadounidense y premio Nobel Ernest Hemingway.
Abren centro de conservación en Finca Vigía, la casa de Hemingway
Otras voces por un cambio hacia Cuba
En la propia plataforma X, la representante por el estado de Washington, Pramila Jayapa,l expresó por su parte que aplaudía al presidente Biden al dar el importante “primer paso”.
Dijo que de esa manera se está “reconociendo nuestra cooperación en materia de seguridad con Cuba”, al referirse al anuncio de este miércoles de la eliminación de la isla de una lista de los que “no cooperan plenamente” con Washington en la lucha antiterrorista.
Japayal subrayó que ahora lo que se debe lograr es eliminar la designación de Cuba en la lista de Estado patrocinador del terrorismo.
I applaud @POTUS for taking this important first step, recognizing our security cooperation with Cuba. Now, we must remove Trump's listing of Cuba as a state sponsor of terrorism to further our security, humanitarian, and hemispheric goals. https://t.co/7gebef9yCj
— Rep. Pramila Jayapal (@RepJayapal) May 15, 2024
En ese sentido, el canciller cubano Bruno Rodríguez agradeció los esfuerzos de congresistas estadounidenses, que han exhortado a Biden a retirar a Cuba de esa lista.
En paralelo, más de una veintena de organizaciones religiosas e instituciones basadas en la fe de Estados Unidos pidieron un cambio en la política de la administración Biden hacia Cuba.
El texto, que circula en medios digitales, subrayó la “profunda preocupación por la difícil situación del pueblo cubano” y demandó la eliminación de Cuba de la lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo, así como la facilitación expedita de la asistencia de organizaciones humanitarias.
Rep. Jim McGovern is pissed! @RepMcGovern takes aim at Biden’s Cuba policy.
Catch him, @IlhanMN , @ryangrim , @LizOlivaFdez & @RepBarbaraLee at the virtual premiere and Q&A for our new doc UPHILL ON THE HILL Monday May 20.
RSVP: https://t.co/h4Vyp9bTqf https://t.co/pQxbxidSK6 pic.twitter.com/5ls9icXYCI— Belly of the Beast (@bellybeastcuba) May 16, 2024
Las consecuencias de un listado
Cuba fue incluida por primera vez en la lista de patrocinadores del terrorismo del Departamento de Estado durante la administración del presidente Ronald Reagan en 1982, pero en 2015, el entonces mandatario Barack Obama dijo que esa designación no tenía mérito y la retiró.
Sin embargo, el 12 de enero de 2021, días antes de abandonar el cargo, el entonces presidente Donald readmitió a La Habana en el index, una realidad que hasta hoy no ha sido modificada por la administración Biden, pese a los reclamos internos y externos de rectificación.
Las consecuencias para Cuba de ser estigmatiza por Washington son profundamente onerosas, pues perturban, de manera radical, sus relaciones financieras, bancarias, comerciales, turísticas y de inversión, entre otros sectores sensibles, con buena parte del mundo.