El mensaje del presidente Donald Trump al público cubano usando la efeméride del 20 de mayo expresa la falta de creatividad e improvisación de su administración hacia la Isla. En acto de suprema ironía, algún funcionario farfulló a nombre de la Casa Blanca cuatro frases sobre derechos humanos para Cuba mientras el primer mandatario estadounidense viajaba a besar los anillos de la monarquía saudita en el corazón de Oriente Medio. Allí las mujeres tienen prohibido conducir automóviles.
La parquedad del mensaje sirve para posponer la anunciada reevaluación de la política hacia Cuba, en línea con las escasas alusiones a la Isla y la muy poca prioridad otorgada a la relación bilateral en los meses posteriores a la inauguración presidencial.
Cada día que pasa refuerza la visión de una nueva normalidad post-Obama en las relaciones Cuba-EE.UU. Una parte sustantiva de los cambios operados por el team Obama-John Kerry llegaron para quedarse. A diferencia de lo ocurrido en tiempos de la administración Bush, los congresistas del cabildeo pro-aislamiento y hostilidad hacia Cuba no se han atrevido a pedir una restauración de las limitaciones de viajes. Hay que recordar que en el discurso de esos congresistas, en particular el Senador Marco Rubio, el control de los viajes debía empezar por limitar a la comunidad cubanoamericana, pues solo así se tendría la fuerza moral a largo plazo para exigir la prohibición de viajar a los demás ciudadanos estadounidenses.
Los viajes y remesas cubanoamericanos siguen siendo el núcleo de los contactos económicos y sociales entre las sociedades cubana y estadounidense. Hoy, el volumen que de esos viajes ha alcanzado una masa crítica. La tranquilidad con que esos viajeros se comporta en el aeropuerto de Miami, cargando televisoras y paquetes enormes al país que supuestamente la propia comunidad pide bloquear, expresa la derrota recibida por la derecha pro-embargo en su bastión fundamental. Allí tienen su trampa 22, para abogar por mayores restricciones a los viajes tienen que empezar por casa, y si lo hacen corren el riesgo de perder uno o hasta dos escaños congresionales ahora que la diputada Ileana Ros-Lehtinen se retira.
Otras esferas donde los opuestos a mayores contactos parecen resignarse a los avances de distensión en el estrecho de Florida son los contactos entre entidades de seguridad nacional y orden interno, el tema migratorio y la posible expansión de las ventas de alimentos. Trump tuvo la oportunidad en caliente de revertir el fin de la política de pies secos / pies mojados por Obama y no lo hizo. En los otros temas, los secretarios Kelly de seguridad interna y Pardue, de Agricultura han expresado su posición a favor de proseguir los avances de la era Obama poniendo los intereses nacionales de EE.UU. en términos de seguridad y comercio por delante de los negociados electoreros con los representantes electos de la comunidad cubana del sur de la Florida. Cada vez que el grupo de cabildeo pro-embargo ha chocado con una opinión firme de las agencias de seguridad y defensa –como es en el caso de los contactos en Guantánamo o con los grupos agrícolas– ha terminado tomando las de Villadiego. No son fuertes en el sistema norteamericano los grupos pro-embargo, su relativo éxito manteniendo esa política se debe más al despilfarro de recursos, el mal manejo político, y la soberbia de los que dirigen los grupos de cabildeo en contra de tal política.
Nada de esto significa que la supuesta reevaluación de la política hacia Cuba por la administración Trump no vaya a resultar en retrocesos para la relación bilateral. A diferencia del enfoque del presidente Obama, concentrado en avanzar los intereses y valores estadounidenses en Cuba, Trump tiene un enfoque transaccional centrado en obtener concesiones de sus interlocutores. Es un mal punto de partida para la relación con Cuba y el tratamiento de relaciones asimétricas por un gran poder con un país pequeño en su vecindad, pero es la esencia de cómo mira el mundo el actual presidente de los Estados Unidos. Trump y su secretario de Estado Tillerson son empresarios negociantes por esencia y eso los hace diferentes del enfoque rígido que generó la ley Helms-Burton y sus camisas de fuerza. Lo más probable es que no pongan relaciones con terceros a riesgo por presionar en el tema Cuba como lo hicieron los dos Bush, pero hay también afinidades entre las soberbias supremacistas de Trump y Helms y su visión hacia Cuba y América Latina en general.
En política puede ayudar engañar a los demás, pero no engañarse uno mismo. Al margen de las vueltas que le den los intelectuales del mareo en Washington, Miami y la propia Cuba, la victoria de Donald Trump en noviembre fue una derrota para las fuerzas a favor de la normalización de relaciones entre Cuba y EE.UU. Es cierto que su relación con la derecha pro-embargo es circunstancial y no de principios, que hubo una historia de conflicto con Marco Rubio cuyas heridas no están sanadas, y que crecen las comunidades republicanas a favor de un mejoramiento de relaciones con Cuba. Pero al final, nadie que tuviese como primer motivo del voto la relación con Cuba se fue con el millonario de propiedad inmobiliaria. Probablemente, Trump va a usar el tema cubano como moneda de cambio en sus regateos con los congresistas republicanos de origen cubanoamericano. Es evidente que tiene socios para ese juego. Demostrando que politiquería es su verdadero apellido, el congresista Mario Diaz-Balart ya trató de vender su apoyo a la eliminación del plan de salud nacional a cambio de apoyo por la Casa Blanca a sus propuestas anticubanas.
El 20 de Mayo
La propia selección de la efeméride del 20 de mayo para mandar el mensaje es expresión de continuidad con toda una política record de fracasos y desconocimiento de Cuba. Fue una concesión a las presiones desde la derecha pro-embargo para que dijera algo, por lo menos a última hora. Tal acto expresa una falta de prioridad y creatividad. Toda la fatuidad de levantar el perfil del 20 de mayo de 1902 contra el 1ro de enero de 1959 como fecha de celebración en Cuba carece de un análisis serio de la visión de esa fecha en la historia de Cuba y su interpretación, incluso antes del triunfo revolucionario del 1959. Dicho en otras palabras, la narrativa de levantar el 20 de mayo como el momento idílico cubano de realización martiana está llena de vacíos. Cae perfectamente dentro de la dicotomía fidelista que divide en campos contrapuestos los que abogan por cambios en Cuba asociados a la agenda norteamericana de imposición y el bloque nacionalista que se le resiste. Dentro de esa estructura, Fidel Castro les ganó todas las batallas a Estados Unidos y a los cubanos que apostaron por la Casa Blanca como el cuartel general de la promoción de aperturas en Cuba.
El 20 de mayo de 1902 no es fecha triste en la historia de Cuba. “Hemos llegado” –se le oyó suspirar al general en jefe del Ejército Libertador Máximo Gómez. Pero la fecha tiene también su sabor amarguísimo para las ansias martianas de un país democrático y soberano. La Constitución de esa república nació amarrada por la enmienda Platt –“la cuentecita” la llamaba Gómez– impuesta en condiciones humillantes, desiguales y de ocupación militar, luego de que Cuba hubiese sido excluida de la negociación del Tratado de París. De esa fecha salió coja la república que no incluía a la entonces Isla de Pinos, con tratados onerosos que limitaban su libertad comercial, y con bases militares impuestas a la brava en el territorio cubano. De allí salió la república que reprimió a sangre y fuego las legítimas demandas de equidad racial propuestas por el partido Independientes de Color en 1912 bajo el pretexto de evitar el desorden y así prevenir la intervención foránea que estaba autorizada por el apéndice constitucional.
Los cubanos antes de 1959 celebraron el 20 de mayo, y deberían seguir celebrándolo desde una perspectiva moderada por el análisis histórico de matices, sin perspectivas teleológicas que procuran siempre concebir “la historia como arma”, ya sea como lo quiso Moreno Fraginals para defender la revolución cuando escribió el ensayo o como lo hacen hoy varios de aquellos a los cuales se sumó al final de su vida, para desmontar las bases del nacionalismo revolucionario. El 20 de mayo hay que celebrarlo desde una perspectiva cubana pero no como el destino final de la república, ni la realización del ideal martiano porque no lo fue. Fue un punto de partida que brindó las oportunidades para que se asentaran –a diferencia de Puerto Rico, Guam y las Filipinas– con relativa rapidez las plataformas para ejercer la soberanía y zafarse del lazo neocolonial. El 20 de mayo nació una república plattista lastrada pero en su seno contenía la posible superación de sus fallas. Gran parte de la cultura patriótica y cívica que llevó a la revolución del 30, a la constitución del 40 y a la revolución misma de 1959 se hizo desde el sistema republicano, no contra este.
Desde la sociedad y también desde el Estado (Manuel Sanguily era el Secretario de Estado del presidente José Miguel Gómez ) se agitaron las demandas para la devolución de Isla de Pinos, se redujo el número de bases militares a consentir en el territorio nacional de cuatro a una y se erigió un sistema de educación pública y enseñanza de la historia y la cívica con principios republicanos y nacionalistas como núcleo central. Todo eso hubiese sido más difícil sin la negociación y el compromiso al que tuvieron que llegar los independentistas cubanos en las duras condiciones de la intervención. Gómez, Sanguily y el Marqués de Santa Lucía negociaron con las cartas que tenían, no con las ideales, pues el proyecto de un Ayacucho cubano y de lograr la independencia cubana de modo tal que fuese posible presentarla al mundo como un hecho consumado, tomando de sorpresa a Washington y el resto del continente, no se pudo consumar desde el fracaso de la Fernandina.
Nada de eso lo saben ni les preocupa a Trump ni el funcionario que escribió el insulso mensaje atribuyéndole a José Martí haber creado una nación “económicamente competitiva”. El análisis de lo que Cuba es y cómo ha llegado a serlo les corresponde a los cubanos de la isla y la diáspora para aprender las lecciones de la historia. El discurso dominante en el exilio cubano de derecha le hace a la Revolución lo mismo que critica que la Revolución le hizo a la república. Afortunadamente, esos no son los únicos discursos, y cada día emergen con mayor vigor lecturas matizadas de la república y la Revolución en Cuba y la diáspora celebrando las efemérides del 20 de mayo de 1902 y el 1ro de enero de 1959, no como destinos finales sino como las estaciones en el camino que son. Si de algo sirve el “mensaje de Trump” y algunas de las respuestas ideologizadas a este, es para incitarnos con su mal ejemplo a buscar lo que deberían ser nuestras alternativas.
Muy buen comentario,magnifico…
Aprendí hace algunos años de un monje muy cuidadoso, que la historia siempre la miraremos desde un determinado crisol.
Lopez-Levy destila su frustración por los actuales acontecimientos, por la dirección que ha tomado la política de Trump, y no es para menos, el fue de los que el gobierno cubano envió a para venderle a los norteamericanos el cuento de la apertura fraude y ahora tiene que rendir cuenta por los resultados de esta. Lamentablemente la culpa no es de el, a perros viejos no se les enseñan trucos nuevos, sino de los octogenarios que no supieron aprovechar a Obama y dieron por sentado que Hillary iba a ganar estos la cogido fuera de base, y no saben que hacer. Se mantuvieron quietos en base mientras Putin les aseguraba que intercedería ante ellos, pero ahora que Trump develo su juego no pueden quedarse callados o quedarían en ridículo. A pesar de esto se aprecia en el lenguaje mesurado de Raul, como aquel que aun no se conforma de como han ido las cosas. Terminos como: ..¨seria recomendable que el señor Trump…¨ o suavizando la palabra ¨ridículo¨ con ¨polemico¨ se alejan mucho de las diatribas ofensivas del difunto es claro que todavía tienen la esperanza de que las cosas se arreglen. Sin embargo dada la situación un poco frágil de Trump dudo que Putin quiera interceder si tiene sus propios problemas.
Muy buen articulo, y cuanto desconocimiento de algunos de los que lo comentaron. El señor Trump y sus asesores deberían intresarse mas por conocer la historia de Cuba, si es que la pretenden utilizar en sus fines politicos. Solo quisiera recomenrales a todos el excelente ensayo de la Dra. y profesora de la Universidad de La Hbana, Ana Cairo, que ya tiene varios años pero resulta aun de mucha actualidad se títula: 20 de mayo fecha gloriosa o tambien otro suyo titulado ¿Republica?. Lo que si es cierto es que esa fecha no debería pasar por alto en nuestras escuelas y en nuetras aulas, no solo porque se nos enseñe que no fue la Republica que soñó Martí sino para saber los motivos de porque si fue para la mayoría de los combatientes del 95 la Republica ologarquica que soñaron. Recomeindo leer el libro del Dr Antonio Alvarez Pitaluga: Revolución, hegemonía y poder: Cuba 1895-1898 y de Joel James Figuerola: La Republica dividida contra si misma, quizas sean algunas claves para que desde la investigación y la academia tengamos una vision mas clara de que fue la Republica que surgió en 1902 y por que debemos estudiarla mas y conmemorar esa fecha como conmemoramos el 10 de octubre, que a veces resulta mas que todo un imaginario colectivo, o el primero de enero. Tambien en mi crieterio para entender porque a veces los politicos y sus asesores-tanto en Cuba como fuera- utlizan la Historia y la identidad de un pais, como lo hizo el señor Trump con toda intención, pero con toda tergiversación tambien. Lo unico que no admitiría nunca ningun cubano de esta orilla o de la otra, es que se utilice y se tergiverse la figura de Jose Martí.
“20 de mayo de 1902 y el 1ro de enero de 1959, no como destinos finales sino como las estaciones en el camino que son”..solo que la estación del 1ero de enero parió una vía mas beneficiosa que la del 20 de mayo. Entre el 20.5.02 y el 1.1.59, 60 años de pluripartidismo y neocoloniaje que solo trajeron miseria.
Y creo que Gómez suspiró porque de los dos males..el menor..
Mientras se le llame gusano, vendepatria, lumpen, escoria, excubano, lacra, traidor y toda una larga lista de otros adjetivos degradantes a todos los cubanos que pensamos politicamente diferente, mientras no se permita la libertad de expresion, libertad de prensa, libertad de reunion, libertad de asociacion y elecciones libres, mientras en franca violacion de los derechos humanos se le niegue la entrada a Cuba por 8 años a decenas de miles de medicos, enfermeros, deportistas, artistas, profesionales y muchos otros que optaron por una balsa para emigrar , mientras que persista la politica intolerante, hostil, discriminante, violatoria de los derechos humanos del gobierno cubano para todos los cubanos que no compartimos su ideologia ni queremos aparentar compartirla creo que no hay otro modo de llamar al gobierno cubano por lo que es: Un gobierno dictatorial .
Señor Yoan Samir, por favor ilustrenos usted cual es la república que soñaba Marti. Pero le puedo adelantar algo, ESTO que tenemos ahora no es para nada lo que quería Martí. Una perla para muestra: ¨Dos peligros tiene la idea socialista, como tantas otras: -el de las lecturas extranjerizas, confusas e incompletas: – y el de la soberbia y rabia disimulada de los ambiciosos, que para ir levantándose en el mundo empiezan por fingirse, para tener hombros en que alzarse, frenéticos defensores de los desamparados¨
Entonces para que sirven esos autores que usted menciona si lo primero lo mas grave es que caímos en aquello contra lo que Marti nos advirtió. Pudiéramos decir …¨Marti te lo ADVIRTIOOO y Fidel te la aplicoo…Para que necesitamos mas de 20 catedras martinas si ninguna es capaz de hablar con sinceridad por que puede costarle su trabajo, para que dorar tanto la píldora si lo que dijo y pensaba esta mas que claro delante de nuestros ojos.
La frase preferida de estos, la frase lapidaria que usan para utilizar a Marti para justificar nuestra adhesión aun sistema que nos ha llevado a la ruina es la de la famosa carta Manuel Mercado, cuya intension real es atraves de manuel mercado convencer a Porfirio Diaz de que Cuba lo apoyaria si USA en aquel tiempo muy enemiga de Mexico lo atacaba, esto con el objetivo de lograr el apoyo monetario de Porfirio a la causa Cubana.
Pero también nos advirtió no quería que hicieran de Cuba un campamento que es lo que hoy donde sobrevivimos detrás de eternas tricheras esperando el ataque de fantasma que al final NUNCA nos quiso como colonia, la practica demostró que dan mas problemas que beneficios, sino dígame en que otros países de latinoamerica cayo con esa fuerza mas. Solo hay que mirar a Puerto Rico 60 % voto por la anexión en la ultima consulta y es el congreso americano quien no los quiere mas ahora que están en bancarrota.
¨Y creo que Gómez suspiró porque de los dos males..el menor.. Leer para creer…. solo hay que ver todos los indicadores de Cuba con respecto a los demás países en el 59 para ver que este actual sistema ha llevado a la Ruina a Cuba, La emigracion es uno de los mejores indicadores del nivel de vida de un pais, en esa epoca a Cuba llevaban emigrantes de toda europa, ahora ni los tiburones detienen a los cubanos queriendo escapar.
Errores históricos a raudales como puede hablar de algo que no conoce…Falta de rigorrrrrrrrrrrrrrrr