El “Síndrome de La Habana” no causó deterioro cerebral en quienes lo reportaron, según estudio

Una investigación de casi un lustro, llevada a cabo por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, no pudo develar las causas del conjunto de malestares en funcionarios estadounidenses que nunca se sometieron al escrutinio de expertos cubanos.

Embajada de Estados Unidos de América, en La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez.

Embajada de Estados Unidos de América, en La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez / Archivo OnCuba.

Una serie de pruebas avanzadas no reveló traumatismo ni deterioro cerebral en diplomáticos u otros funcionarios estadounidenses que sufrieron los, hasta hoy inexplicables, problemas de salud conocidos como el “Síndrome de La Habana”.  

El caso sirvió para envenenar las entonces retomadas conexiones diplomáticas durante la administración Obama y el gobierno de Cuba y reducirlas al mínimo bajo la era Trump en 2017.

El estudio de casi cinco años fue llevado a cabo por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos y no ofrece explicación alguna para el cuadro de padecimientos narrados por el personal estadounidense en la capital cubana, refiriere una nota de la agencia estadounidense AP

Los síntomas referidos fueron, entre otros, dolores de cabeza, pérdida de equilibrio o dificultades para pensar o dormir, los cuales fueron reportados inicialmente en Cuba desde 2016 y luego por cientos de funcionarios estadounidenses en diversos países, entre ellos China, Colombia y Austria.

La nueva pesquisa, que fue publicada en el Journal of the American Medical Association, contradice estudios previos que mencionaron la posibilidad de lesiones cerebrales en personas que experimentaron lo que el Departamento de Estado ahora denomina “incidentes anómalos de salud”, superando la etiqueta de “Síndrome de La Habana”.

Sin embargo, el médico Leighton Chan, director de medicina de rehabilitación de los Institutos y quien ayudó a guiar la investigación, concedió legitimidad a las referencias de los involucrados.

Para el experto, los pacientes que refieren el cuadro de daños “están pasando por momentos muy difíciles”, porque “los  síntomas pueden ser bastante profundos, discapacitantes y difíciles de tratar”.

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Sin rastro de deterioro o traumatismo cerebrales

Pese a tal condición, las sofisticadas resonancias magnéticas no detectaron diferencias apreciables en cuanto al volumen o estructura del cerebro o a la presencia de materia blanca, que hubieran indicado traumatismo o deterioro cerebral en los pacientes.

Tampoco hubo discrepancias en pruebas cognitivas y otras, según el estudio.

Si bien eso no descarta alguna lesión temporal sufrida cuando comenzaron los síntomas, los investigadores consideraron como buenas noticias que no pudieron detectar indicadores a largo plazo de trauma o infarto, agrega el despacho de AP.

Alrededor de 28 % de los que padecieron el “Síndrome de La Habana” fueron diagnosticados con un problema de equilibrio llamado mareo postular-perceptual persistente, apunta la nota.

El problema, vinculado a problemas del canal interno del oído y a un estrés severo, ocurre cuando ciertas redes cerebrales no tienen traumatismo, pero no se comunican apropiadamente, declaró uno de los coautores del estudio, Louis French.

Neuropsicólogo en el Centro Médico Nacional Militar Walter Reed, el experto llamó a este hecho “respuesta de mala adaptación”, comparable a cuando alguien que se dobla por sufrir dolor de espalda sigue doblándose después que ha desaparecido el dolor.

La CIA revela que no cree que un adversario de Estados Unidos esté detrás del “Síndrome de La Habana”

Habla la CIA

En enero de 2002, un informe de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA, por sus siglas en ingles), indicó que el síndrome podría estar relacionado con el estrés y otras causas naturales.

Algunos funcionarios sugirieron previamente que la enfermedad podría ser causada por ataques de microondas, alimentando la especulación de que se trataba de un arma de un actor extranjero.

Sin embargo, la agencia estadounidense de espionaje concluyó que la mayoría de lo que se conoce formalmente como incidentes de salud anómalos, podrían explicarse por otras condiciones médicas como enfermedades no diagnosticadas o por factores ambientales.

“Es poco probable que un actor extranjero, incluido Rusia, esté realizando una campaña mundial sostenida, que afecte al personal estadounidense con un arma u otro mecanismo”, acuñó entonces la CIA.

Informe cubano

En septiembre de 2021, un panel de más de una veintena de científicos cubanos hizo público un informe multidisciplinario en el que aseguró que no hay pruebas para considerar como producto de un ataque o un atentado al conjunto de síntomas descritos por diplomáticos estadounidenses.

De acuerdo con el informe oficial cubano, redactado por expertos de la Academia de Ciencias de Cuba (ACC), la narrativa que sustenta el “síndrome misterioso” no es científicamente aceptable en ninguno de sus componentes.

Además, esa narrativa ha sobrevivido debido a un uso sesgado de la ciencia, por parte de políticos y medios de prensa, en la que se han suprimido los puntos de vista discrepantes, argumentaron los especialistas de la isla.

Ni “ataques sónicos” ni “Síndrome de La Habana”: la refutación científica de Cuba

Los científicos cubanos —que han pedido infructuosamente examinar directamente a los pacientes—, dijeron que muchas enfermedades que afectan a la población general pueden explicar la mayoría de los síntomas observados. Por lo tanto, concluyeron, no existe un síndrome novedoso.

Solo una minoría de personas ha presentado una disfunción cerebral detectable, y esto podría deberse, en su opinión, a experiencias anteriores o condiciones médicas bien conocidas.

Igualmente, señalaron que ninguna forma de energía conocida puede causar selectivamente daños cerebrales con una precisión espacial similar a un haz de láser, como se ha descrito en estos casos.

El doctor Mitchell Valdés-Sosa, director general del Centro de Neurociencias de Cuba (CNEURO) y responsable del comité de expertos, afirmó que esa evaluación es el primer documento en el que los investigadores cubanos examinaron  todos los ángulos del problema.

No obstante, no era la primera vez que Cuba, que ha negado reiteradamente estar detrás de estas dolencias, sostenía que las mismas no tenían un sustento científico y que su manejo público estaba políticamente condicionado.

En resumen, la investigación cubana sugirió que los incidentes de salud no se deben a un único síndrome causado por ataques específicos, sino más bien a una variedad de condiciones médicas.

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