El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (Minrex) convocó al Encargado de Negocios de los Estados Unidos, Benjamin Ziff, a propósito de las declaraciones estadounidenses tras las protestas ocurridas este domingo en varias localidades de la isla.
Ziff fue convocado por el viceministro Carlos Fernández de Cossío, quien “le trasladó formalmente el firme rechazo a la conducta injerencista y los mensajes calumniosos del gobierno estadounidense y su embajada en Cuba“ ante estos hechos, apunta un comunicado de la Cancillería.
La nota oficial no menciona explícitamente las protestas y critica la postura estadounidense ante lo que llama “asuntos internos de la realidad cubana“.
Según el Minrex, Fernández de Cossío entregó al diplomático norteamericano una “nota formal de protesta”, en la que, dice, se le recordó “los estándares mínimos de decencia y honestidad que se esperan de una misión diplomática en cualquier país y que la embajada de los Estados Unidos en Cuba se muestra incapaz de observar”.
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En el encuentro, prosigue la nota, “se llamó la atención sobre la responsabilidad directa del Gobierno de Estados Unidos ante la difícil situación económica por la que atraviesa Cuba en estos momentos, y, en específico, ante las carencias y dificultades que enfrenta la población de manera cotidiana, con la depresión e insuficiencia de abastecimientos y servicios esenciales, bajo el peso e impacto del bloqueo económico diseñado para destruir la capacidad económica del país”.
Además, se repudió “el empeño ostensible” del gobierno estadounidense en “limitar y obstaculizar cada esfuerzo del Estado cubano por encontrar soluciones y dar respuestas” a las necesidades de los cubanos y la crisis socioeconómica de la isla.
En este sentido, la Cancillera cubana subraya la existencia de un “plan desestabilizador” que “descansa en el reforzamiento de una guerra económica despiadada para provocar y explotar la natural irritación de la población”.
Dicho, plan, apunta, “se financia cada año con decenas de millones de dólares del presupuesto federal de Estados Unidos” y “cuenta con una poderosa infraestructura tecnológica para explotar las redes digitales desde territorio estadounidense y con propósitos agresivos”.
Finalmente, el Minrex considera que si Washington “tuviera una preocupación mínima y honesta sobre el bienestar de la población cubana”, sacaría a Cuba de “la lista arbitraria de Estados que supuestamente patrocinan el terrorismo”; “dejaría de perseguir cada transacción financiera de Cuba” y sus suministros de combustible, y cesaría otras acciones contra las inversiones, el turismo y los programas de cooperación médica que la isla mantiene en distintos países del mundo.
La convocatoria del Minrex a Ziff tuvo lugar luego de las protestas populares ocurridas este domingo en Santiago de Cuba, Bayamo y otras localidades de la isla, en momentos que el país atraviesa una severa crisis económica, que se traduce en mayores carencias de productos básicos —sobre todo de los entregados de forma racionada por el Gobierno— y prolongados apagones.
Tras estos hechos, la Embajada de Estados Unidos en La Habana confirmó en sus redes estar al tanto de lo sucedido, “con ciudadanos que protestan por la falta de alimentos y electricidad”, e instó al Gobierno de la isla a que “respete los derechos humanos de los manifestantes y atienda las necesidades legítimas del pueblo cubano”.
Por su parte, el Subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian A. Nichols, publicó este lunes en la red X que “Estados Unidos apoya al pueblo cubano mientras ejerce su derecho a reunirse pacíficamente” y estimó que “el gobierno cubano no podrá satisfacer las necesidades de su pueblo hasta que adopte la democracia y el estado de derecho”.
También se han pronunciado congresistas y otros políticos estadounidenses en apoyo a los manifestantes, al igual que artistas y activistas opositores al Gobierno cubano, que ha considerado estos pronunciamientos como parte de un plan en su contra “para calentar las calles de Cuba con mensajes injerencistas y convocatorias al caos”, según palabras del presidente Díaz-Canel.