Estados Unidos nombró encargado de negocios en Cuba a Philip Goldberg, un diplomático que cuando era embajador en Bolivia en 2008 fue expulsado por el presidente Evo Morales con acusaciones de conspirar en contra del Gobierno.
“Está programado que Goldberg asuma sus funciones como encargado de negocios interino en la Embajada en La Habana”, informó a Efe una portavoz de la oficina de Latinoamérica del Departamento de Estado que requirió el anonimato.
El Gobierno de EEUU ha negado siempre las acusaciones de Morales a Goldberg, pero respondió a su salida y declaración de persona non grata con la expulsión del entonces embajador boliviano, Gustavo Guzmán.
Las dos naciones no han vuelto a tener embajadores pese a que firmaron en 2011 un acuerdo para normalizar las relaciones, por lo que su máximo nivel de representación diplomática son sus encargados de negocios.
Goldberg fue embajador en La Paz desde 2006 a 2008; entre 2010 y 2013 ejerció como subsecretario de Estado adjunto para Inteligencia e investigación y entre 2013 y 2016 se desempeñó como embajador en Filipinas.
En agosto de 2016, dos meses antes de dejar ese cargo, estuvo en el centro de una polémica con el presidente filipino, Rodrigo Duterte, quien le llamó “hijo de puta” y “gay” porque el diplomático había criticado las bromas del mandatario sobre la violación y asesinato de una misionera australiana en una cárcel del país.
“Designar al embajador Goldberg para encabezar la Embajada de Estados Unidos en Cuba es bastante provocativo desde que fue expulsado de Bolivia”, comentó a Reuters el profesor de gobierno de la American University William LeoGrande, un experto en Cuba.
“Pero el embajador Goldberg es un profesional del servicio exterior y representará hábilmente las políticas del Gobierno de Trump. El tiempo dirá si se le ha ordenado seguir los pasos de su predecesor (…) o llevar a cabo una política más hostil”, agregó.
Con su designación es ya la tercera vez que Estados Unidos cambia a su encargado de negocios en La Habana desde la reapertura de la embajada estadounidense en Cuba en julio de 2015.
Estados Unidos no ha llegado a tener embajador en La Habana desde la normalización de las relaciones bilaterales porque el Congreso no sometió a voto al nominado por el expresidente Barack Obama para el cargo, Jeffrey DeLaurentis, el primer encargado de negocios.
Obama lo nominó como embajador en Cuba en septiembre de 2016, pero la oposición republicana, que controlaba igual que ahora ambas Cámaras del Congreso, no quiso someter ese nombramiento a voto, y DeLaurentis no llegó a ser confirmado.
En julio del año pasado, el Gobierno de Donald Trump reemplazó a DeLaurentis por Scott Hamilton como encargado de negocios interino y la misión de aplicar el endurecimiento de las políticas hacia la isla.
Hamilton abandonó La Habana junto a su familia poco después debido a las medidas adoptadas por Estados Unidos en respuesta a los supuestos ataques que afectaron a 24 diplomáticos (y familiares de diplomáticos) en la isla entre noviembre de 2016 y agosto de 2017.
En septiembre del año pasado, Washington emitió una alerta pidiendo a sus ciudadanos no viajar a Cuba y ordenó la salida del personal no esencial de la embajada debido a esa crisis.
A finales de octubre envió a un nuevo encargado de negocios interino, Lawrence J. Gumbiner, un diplomático con experiencia en Perú, Colombia, Costa Rica y Nicaragua al que ahora reemplazará Goldberg por un tiempo no determinado.
EFE / OnCuba
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