Nuevos reportes sobre el “Síndrome de La Habana” son “propaganda política”, considera el Minrex

En opinión de la Cancillería cubana, una reciente investigación periodística sobre el tema busca reflotar “teorías conspirativas” que, en lo que respecta a Cuba, sirven para justificar las sanciones de Washington contra la isla.

Una vista de la embajada de EE.UU. en La Habana. Foto: Kaloian / Archivo.

Una vista de la embajada de EE.UU. en La Habana. Foto: Kaloian / Archivo.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (Minrex) consideró como una “operación de propaganda política” los nuevos reportes de prensa sobre el llamado “Síndrome de La Habana” difundidos en días recientes. 

Estos reportes vieron la luz a raíz de una investigación conjunta de la cadena estadounidense CBS, el medio de exiliados rusos The Insider, y la revista alemana Der Spiegel, según la cual los misteriosos incidentes de salud reportados por unos 200 funcionarios de Estados Unidos en Cuba y otros países serían resultado de ataques deliberados y detrás de ellos estaría Rusia.

“No se trata de una investigación, se trata de otra operación de propaganda política que no aporta evidencia alguna y oculta al público las conclusiones de los importantes estudios científicos que demuestran que el ‘Síndrome de La Habana’ no existe”, apuntó en X Johana Tablada, subdirectora para Estados Unidos de la Cancillería cubana.

Esta publicación apoya una nota de la agencia AP, a la cual Tablada comentó que de esta forma se busca reflotar “teorías conspirativas” que, en lo que respecta a Cuba, sirven para justificar las sanciones de Washington contra la isla.

Precisamente, las primeras noticias sobre estos incidentes —las que apuntaban directamente a la teoría de supuestos ataques— fueron esgrimidas entonces por la Administración Trump para suspender en 2017 los servicios consulares estadounidenses en La Habana, reducir al mínimo su personal diplomático en la isla y acelerar el retroceso de las relaciones bilaterales.

En sus declaraciones a AP, Tablada dijo que la reacción del gobierno cubano ante los nuevos reportes de presa es “de preocupación”.

En su opinión, los mismos tratan de presentar a la isla como “una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos; aún cuando no se ponga a Cuba como el supuesto principal actor, pone a territorio cubano como la plaza que se presta para que potencias extranjeras puedan hacer actos contra Estados Unidos”.

Rusia en la mira

En una presentación de la investigación sobre el tema en el programa “60 Minutes” de la CBS, el teniente coronel retirado del Ejército, Greg Edgreen, quien tuvo a su cargo por un tiempo la investigación del Pentágono sobre el presunto síndrome, apuntó a Rusia como responsable.

Preguntado al respecto, Edgreen señaló que, en su opinión, los llamados “incidentes anómalos de salud” son consecuencia de ataques y señaló directamente a Moscú.

“Desafortunadamente, no puedo dar los detalles, debido a la clasificación. Pero sí puedo decirle que desde muy temprano (en la investigación) yo empecé a enfocarme en Moscú”, dijo.

Rusia niega cualquier relación con el llamado “Síndrome de La Habana”

Edgreen afirmó que los funcionarios afectados se habían destacado en su desempeño “contra Rusia, enfocados en Rusia”, y que “de manera constante hubo un nexo ruso”.

También dijo que el gobierno de Estados Unidos ha dado la espalda a la —en su criterio— autoría rusa porque no desea “enfrentar algunas verdades muy duras”. Insistió en que “no hay barreras a lo que Moscú hará” y estimó que “si no encaramos esto de frente, el problema empeorará”.

Tales acusaciones ven la luz en momentos en que crecen las tensiones entre Rusia y la OTAN —liderada por Estados Unidos—, a raíz de la guerra en Ucrania y otras disputas geopolíticas. 

Además, tienen lugar a poco más de un año de que la inteligencia de Estados Unidos estimara “poco probable” que un adversario extranjero fuera el responsable de estos incidentes y afirmara que no existían evidencias en esa dirección.

Hace menos de un mes fue presentado igualmente el resultado de un estudio de casi cinco años llevado a cabo por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, según el cual las pruebas realizadas no revelaron deterioro cerebral en los pacientes estudiados, aunque no descartó posibles lesiones temporales ni desestimó la veracidad de los síntomas reportados, entre ellos mareos, náuseas, problemas auditivos y migrañas.

El “Síndrome de La Habana” no causó deterioro cerebral en quienes lo reportaron, según estudio

Luego de presentarse la investigación conjunta, este lunes trascendió que un alto cargo del Departamento de Defensa de Estados Unidos que asistió a la cumbre de la OTAN en Vilna, Lituania, el pasado año, experimentó síntomas similares a los del llamado “Síndrome de La Habana”.

De acuerdo con una portavoz del Pentágono, citada por EFE, el funcionario —cuya identidad no reveló— no formaba parte de la delegación oficial del secretario de Defensa, Lloyd Austin, pero asistió “por separado, a reuniones que formaban parte de la cumbre”.

Cuba reacciona

Las autoridades cubanas han negado reiteradamente que estos incidentes de salud sean resultado de ataques y que la isla tenga alguna responsabilidad en los mismos. 

Tras la emisión del programa de la CBS, el vicecanciller Carlos Fernández de Cossío consideró —en un tuit en inglés—, que las supuestas evidencias presentadas en el mismo no eran más que “conjeturas e historias descabelladas no confirmadas, con muchos adjetivos”.

Por su parte, Tablada señaló que lo presentado en “60 Minutes” era “una afrenta al público y la verdad”.

“No es un documental ni es periodismo, es una operación de desinformación, basura en estado puro y ni siquiera merece el OSCAR como corto de ficción”, escribió. 

Mientras, la comunidad científica de la isla, que ha realizado sus propias indagaciones sobre estos hechos —aun sin poder examinar a personas afectadas al no tener acceso a las mismas—, también se pronunció sobre los nuevos informes de prensa.

El doctor Mitchell Valdés-Sosa, director del Centro de Neurociencias de Cuba, reiteró la posición del equipo de expertos cubanos que ha investigado dichos incidentes y, en sintonía con las conclusiones de sus estudios, confirmó que los síntomas descritos “los pueden causar muchísimas enfermedades”.

“Desde la perspectiva de la ciencia no hay fundamento ninguno”, dijo a la agencia AP.

En su opinión, la nueva investigación periodística “no aporta elementos serios” ni evidencia que “haya una nueva enfermedad causada por una energía misteriosa y que además los diplomáticos, por lo menos los que estuvieron en Cuba fueron atacados”.

Valdés-Sosa recordó que al menos cinco informes de centros de investigación y organismos estadounidenses de primer nivel han concluido en los últimos tiempos que —al igual que Cuba sostiene— no existe un “Síndrome de La Habana” ni un arma misteriosa capaz de causar las dolencias descritas.

Para él, como para las autoridades cubanas, “cada vez” que el tema empieza a quedar atrás “se prepara un show” para revivirlo. Por tal motivo, lamentó a AP que ello haga que las evidencias científicas y los aprendizajes sobre estos incidentes queden opacados por el ruido mediático.

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