“Obama va ayudar a Biden, no lo va a dejar solo. Tiene que hacerlo”. Así lo dice Daniel con firme convicción. Este cubano, ya mayor, que sobrevive en Miami haciendo pequeñas reparaciones en casas que las necesitan, es lo que se llama un “handyman”. También es un fiel seguidor de la política estadounidense. Aunque no revela por quién votó en las pasadas elecciones, durante la campaña se le veía preocupado por el posible desenlace.
Ahora, le preocupa cómo el nuevo presidente, Joe Biden, va a poder implementar todas sus ideas. “Los trumpistas va a tratar de fastidiar su trabajo. Hay que ayudarlo porque podemos tener otros cuatro años de convulsiones”, opina.
Es cierto que Biden y Obama son muy amigos. El actual presidente fue durante ocho años el vicepresidente y fiel escudero del primer afroamericano en llegar a la Casa Blanca. Ambos estuvieron tan compenetrados que raramente se les veía separados. Biden estuvo al lado de Omaba en los momentos más emblemáticos del mandato de este, quien lo honró al finalizar su presidencia con la más alta condecoración civil de Estados Unidos: la Medalla Presidencial de la Libertad.
El 20 de enero, al tomar posesión Biden en el Capitolio, los dos hombres se prodigaron un fuerte abrazo. Se notaban los ojos aguados en ellos. Ninguno, sin embargo, comentó al respecto, porque existe la costumbre entre los presidentes y sus antecesores de no comentar públicamente sus actos.
“Esta tradición se rompió con Donald Trump, porque la actuación del exmandatario fue tan desatinada que la gente no pudo contenerse”, comentó a OnCuba el historiador y analista, Marcos Olivera.
De hecho, con Trump todos los expresidentes vivos, de algún modo, metieron su cuchara. Desde Jimmy Carter, pasando por Bill Clinton y George W. Bush hasta Obama, que se destacó particularmente. La preocupación de los cuatro resultó un asunto tan importante como el peligro en que, desde su perspectiva y la de muchos otros estadounidenses, se encontraba la democracia bajo el liderazgo del magnate neoyorkino.
Obama, incluso, aunque se mantuvo discreto durante la mayor parte de la campaña electoral, en el último mes se incorporó activamente en ella.
Según Daniel, quien tiene la percepción de que Obama es más político que Biden, el actual presidente necesita un “profesional” de la política detrás de sí. “Ese hombre (Obama) sabe mucho, y habla bonito. La gente lo entiende, tuvo buenas intenciones”, argumenta.
La postura de este cubano contrasta con la de muchos de sus compatriotas que critican a Biden, al expresidente y a todo el que contradiga el “discurso oficial” de muchos de los medios del sur de Florida, de algunos de sus representantes y, definitivamente, del Partido Republicano. Hubo emisoras de radio en Miami que durante todo el mandato de Obama permitieron que los oyentes, en los programas de micrófono abierto, se refirieran al entonces presidente como “el negro ese”.
“Eso tiene que ver con determinada generación, porque Obama, en las dos elecciones que ganó, fue bien respaldado por los cubanos más jóvenes. Pero de ahí a que Biden le pida ayuda, lo dudo porque el actual presidente tiene detrás de si 47 años de experiencia política. Es posible que ellos consulten cosas entre sí, después de todo son muy amigos. Pero eso nunca será público. Biden tendría que pasar por una crisis muy grande para que Obama acudiera en su ayuda públicamente”, enfatizó Olivera.
Sin embargo, “es interesante que haya quienes piensen que deberían seguir colaborando. Eso quiere decir que tienen buena memoria del mandato de Obama”, agregó el analista.
Pero no todos tienen buenos recuerdos de aquellos años.
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“Para mi Obama fue la época de perjudicar a los cubanos y favorecer la dictadura de los Castro. Acabó con la ley de pies ‘secos-pies mojados’, abrió la embajada sin nada a cambio, le cedió todo al gobierno cubano, comenzó a darle visas a todo el mundo allá y nos llenó esto (EE.UU.) de comunistas. Permitió que millones de dólares fueran a alimentar la represión enviados desde acá. Apoyó el régimen de Maduro y al castro-chavismo en la región. Y Biden fue su cómplice en todo eso, claro, porque es un socialista”, explica sin miramientos otro cubano, Eduardo Fonseca, un enfermero que llegó a Miami el 2010, cuando la política de ‘pies secos-pies mojados’ todavía estaba vigente.
La acusación a Biden de ser socialista es un argumento que comenzó a ser esgrimido por los republicanos trumpistas a mediados del verano y pegó con bastante fuerza, en particular entre los latinos de Florida. “Fue un éxito de la campaña de Trump, no había que demostrarlo mucho y jugó con la emoción de la gente”, confirma Olivera.
En la recta final de la campaña presidencial de Biden, el expresidente Obama viajó tres veces a Florida. En el penúltimo día se presentó en Miami y Tampa, y Daniel asistió a una de sus presentaciones. Venció el miedo al coronavirus, pero se mantuvo todo el tiempo dentro de su auto, escuchando un discurso que apenas entendió porque su inglés no es muy sofisticado.
“Ahí me di cuenta de que ‘el negro’ –se le escapa con naturalidad el término, sin ánimo de ofender– no grita. Pero quería verlo de todos modos. Porque Trump, ¡cómo gritaba ese hombre!”, afirma.
que artículo tan sin gracia….Cuál es la idea? Mostrarnos el bajo nivel de la discusión política del cubano-americano promedio?
Aqui hay uno de mal humor.. je jee… Debe ser un fan del Trumpy loqui de los que aparecían por aqui , que si Trump 2020…je je.. Esperando debe estar al 2024 pa formarla otra vez. Pa tratar de acabar de joder a America de una vez y por todas… M.A.G.A dicen…Manera de haber loco suelto.