Al filo de la madrugada de este viernes el vuelo 704 de Swift Air proveniente del Aeropuerto “José Martí” de La Habana aterrizó en en el aeropuerto Internacional de Miami (MIA) con una “carga” inesperada.
Se trataba de un hombre de 26 años identificado como Yunier García Duarte que viajó junto a los equipajes en la barriga de un avión que cubría como chárter la ruta Miami-Habana, según informó el canal Telemundo 51.
Al parecer se trata de un trabajador del aeropuerto de La Habana, vecino de Santiago de las Vegas, divorciado y con una niña pequeña. Ninguno de estos datos han sido confirmados oficialmente.
“Abrimos la puerta y cuando nos metimos sentimos un ruido (…) Una voz gritó ´No es un perro, soy yo, soy yo. Solo decía que le dieran agua, que estaba asustado, que llamaran a su familia”, dijo un empleado del aeropuerto de MIA que trabaja descargando las maletas y pidió anonimato.
También el canal de Miami consiguió hablar con el padre del cubano quien se mostró sorprendido y dijo que al conocer la noticia pensó que se trataba de una broma.
OnCuba contactó al abogado de inmigración de Miami Yosmani Bazán, quien consideró que García Duarte tiene que ser “bien preciso en sus declaraciones a ICE y enmarcar su decisión de subirse a ese avión como polizón por una razón política”.
“Él se considera como deportable desde el momento de su arresto. Ahora su principal objetivo debe ser demostrar que no puede regresar a Cuba porque a su regreso lo espera una condena que pone en peligro su vida”, explicó Bazán.
Al no existir ya la política de pies secos/pies mojados, la llegada de García Duarte a Miami en condiciones tan extraordinarias, no le asegura la posibilidad de quedarse en Estados Unidos.
“Él está ahora en la misma igualdad de condiciones que una persona que entre por la frontera (ilegalmente). La única diferencia que yo veo en su caso es que él sí tiene una causa creíble de que a su regreso a Cuba le espera una condena judicial, pero tendrá que justificar que la razón de esa condena, más allá del delito de subirse a ese avión de manera ilegal, es netamente política. En otras palabras, si fuera este el caso, él tendría que decir que se subió a ese avión porque no tenía más remedio, porque podía ir preso debido a su situación política en Cuba y demostrar ‘peligro para su vida'”.
OnCuba intentó contactar a las oficinas de Swift Air pero, hasta el momento, fue imposible comunicarse con algún representante.