Fue entre profesores universitarios donde surgió el tema de conversación, el mismo que también estaba en boca de otros muchos cubanos. Es que cada día los negocios privados florecen por todas partes, como semillas en tierra fértil.
Entonces una colega contaba cómo ya estaba pagando impuestos por la habitación que alquilaba y aún no había recibido ni un solo cliente. De tal suerte, estaba llena de gastos sin recibir ningún ingreso.
Entre consejos y posibles soluciones al problema de su compañera, Librada Taylor pensó que sería interesante, y hasta necesario, impartir algún tipo de curso para cuentapropistas, con el objetivo de ofrecerles herramientas básicas para el manejo de una empresa, por pequeña que sea.
Taylor es máster en Contabilidad, profesora de la Universidad de La Habana y directora adjunta de la Empresa de Gestión del Conocimiento y la Tecnología (GECYT). Tiempo después, aquella idea suya se ha materializado, pero de forma diferente.
Escribir el libro ¿Yo? ¡Cuentapropista! le tomó aproximadamente un año de investigaciones que dieron pie a un pequeño volumen de 72 páginas; un valioso material de consulta para quienes asumen un emprendimiento, muchas veces sin más guía que creerse “un bicho pa’ los negocios”.
¿Por qué una especialista de la academia se interesa por estos temas que alguien podría considerar “menores”? “La Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba (ANEC) brinda adiestramiento para los trabajadores por cuenta propia. Creo que las cuestiones económicas son muy importantes, pero también hay que tener un ABC que oriente sobre qué hacer, cómo hacerlo, investigar el mercado, ver si escogimos el lugar correcto para el establecimiento… Muchas veces los cuentapropistas no saben lo que quieren.
”Uno va caminando por la ciudad y se encuentra muchos negocios, pero si pasa al poco tiempo ve que ya cerraron, no están. Eso se debe a que no hacen estudios de factibilidad, para saber cuándo recuperarán el dinero y si el proyecto es sostenible. Son cuestiones medulares para quien se inicia en el cuentapropismo, y hay que saberlas llevar, no se trata de hacer por hacer”.
El libro propone estrategias de planificación, ideas originales para posibles emprendimientos, así como normas básicas y consejos sobre la forma de tratar a los consumidores. Aunque recomendaciones directas como: “nunca discuta con el cliente”, o “a las personas les gusta que se les trate de usted”, pudieran resultar obvias, están señalando a una realidad donde lo que parece tan elemental no es lo que abunda.
La autora comenta que este interés por la atención al cliente parte de sus propias experiencias, a partir de los servicios y el trato que ha recibido en diferentes lugares.
Insistir respecto a la higiene personal de los vendedores o el cumplimiento de los horarios no es llover sobre mojado, más aún para aquellos que comienzan en esta modalidad de trabajo no estatal y precisan todo el know how con los brazos abiertos.
¿Yo? ¡Cuentapropista!, presentado en el Pabellón Cuba durante la pasada Feria Internacional del Libro fue uno de los volúmenes más vendidos en esta sede. El dato augura que los 5 000 ejemplares editados seguramente no darán abasto.
Tal como apunta en el prólogo Lázaro Ramos, director de negocios del Grupo Innomax, esto confirma la importancia que toma actualmente la preparación teórica de propietarios y empleados, y además demuestra una avidez de conocimientos por parte del sector.
Sin pretensiones de convertirse en escritora de un bestseller, Taylor sí imaginaba que este libro tendría “pegada”, que cubriría una demanda importante, aunque tal vez no consciente, de los cuentapropistas. Para ello se propuso emplear un estilo coloquial y sencillo, incluso entretenido, que le permitiera llegar a todo el amplio público interesado, y hacerse entender por personas de diversa formación y nivel cultural.
Con un tono personal y afable, que pudiera recordar a manuales de autoayuda, (de los que “enseñan” a disfrutar la vida y quererse uno mismo), este texto aborda situaciones concretas de la vida cotidiana, con anécdotas, ejemplos y sugerencias prácticas aplicables a múltiples circunstancias.
Teniendo en cuenta que se trata de un primer acercamiento al tema, no busca ser exhaustivo, sino más bien servir como punto de partida. Entretanto, GECYT dispone, por supuesto, de una serie de títulos relacionados con el marketing, la comunicación y los sistemas de gestión empresarial en sentido más amplio y profundo.
Por su parte, la autora continúa escribiendo sobre ideas y maneras exitosas de hacer, también con respecto al sector cooperativista. De momento, ya han llegado hasta ella personas interesadas que le piden enfatizar en asuntos tributarios y contables.
Para trascender la mera intuición, lo improvisado y empírico propio de todo comienzo, sería ideal contar con más libros como este, que a su vez pudieran devenir otras iniciativas como cursos, talleres y futuras investigaciones, para “acompañar” el emprendimiento en Cuba.
El proceso de desarrollo y complejización de la actividad por cuenta propia precisará aproximaciones desde diversas perspectivas, para áreas específicas de la producción o los servicios. Un gran paso de avance constituye ya haber combinado la mercadotecnia, las finanzas y la administración en favor de orientar a los nuevos emprendedores.