Cuando apenas falta una semana para que finalice julio, el primero de los dos meses de las vacaciones escolares de verano en Cuba, los apagones siguen golpeando a la isla.
Ello, a pesar de la reiterada voluntad gubernamental de que el maltrecho sistema eléctrico del país estuviera en “mejores condiciones” durante la temporada estival y de las medidas aplicadas para que así fuera.
Aun con las paradas para mantenimientos acometidas en el primer semestre del año, las averías en las plantas generadoras siguen haciendo de las suyas.
Este jueves estaban fuera del sistema por esa causa las unidades 3 de la termoeléctrica Renté y la 5 de la termoeléctrica del Mariel, además de la 2 de Felton, de baja desde hace más de dos años por un incendio.
A ello se une la unidad 1 de la termoeléctrica de Santa Cruz del Norte, en mantenimiento desde hace semanas.
Con este escenario, este miércoles los apagones se extendieron casi todo el día en la isla, hasta la madrugada de hoy, y tuvieron su máxima afectación sobre las 8:30 de la noche, con 611 MW dejados de generar, de acuerdo con la Unión Eléctrica de Cuba (UNE).
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Afectación menor este jueves, pero…
Para hoy el pronóstico oficial prevé una afectación de 300 MW en el horario del mediodía y algo menor que ayer en el pico nocturno (495 MW), aunque para ello es necesario que las unidades 3 de Renté y 5 del Mariel se incorporen al sistema como está previsto.
De lo contrario, el déficit será mayor que el anunciado por la UNE.
En este escenario tampoco puede desconocerse el impacto del déficit de combustible, una constante en los últimos tiempos en la isla que también ha impactado en la generación eléctrica.
Este jueves, de acuerdo con la UNE, están fuera de servicio por esta causa 52 centrales de generación distribuida, “para un total de 380 MW afectados por este concepto”.
Buscando paliar un poco esta situación, para el horario pico deben entrar en funcionamiento varios motores “que están en espera de mantenimiento y se autoriza su uso con 55 MW”.
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¿En mejores condiciones?
Días atrás el ministro cubano de Energía y Minas consideró que el sistema eléctrico cubano experimentaba “una mejoría”, tras las acciones realizadas por su ministerio.
Vicente de la O Levi dijo que se había “cumplido la estrategia de cara al verano, con la realización de los mantenimientos programados a las unidades generadoras” y que se rehabilitó una parte de los sistemas de la generación distribuida “con nuestros recursos a partir de las posibilidades financieras que tiene el país”.
Sin embargo, la “salida imprevista” de varias plantas generadoras por misma fecha elevó nuevamente el déficit de generación, y otras roturas han continuando sucediendo.
Hace una semana, las afectaciones llegaron a superar incluso los 1000 MW, una cifra que supone apagones prolongados a lo largo del país, en medio de las altas temperaturas habituales en la isla en los meses de verano.
Cuba padece desde hace varios años de una crónica crisis con la generación eléctrica, provocada por la antigüedad de las plantas generadoras y la difícil situación económica, que afecta las inversiones y los mantenimientos necesarios, así como la importación de combustible.
Según explicó a Granma meses atrás Julio González Céspedes, director de Mantenimiento de la UNE, en julio y agosto las termoeléctricas cubanas debían aportar al sistema un promedio de 1200 MW, una cifra superior en 100 MW a la alcanzada en igual fecha del año pasado, pero muy inferior a los 1993 MW de potencia instalada.