A veces, cuando quiero alardear de lo viejo que me estoy poniendo, le confieso a mis amigos más jóvenes que yo tuve carnet de identidad de librito. También usé pañoleta en la Secundaria y recuerdo a Tía Tata Cuenta Cuentos, pero eso no asombra tanto como que tuve un “personal e intransferible” de 16 páginas, verdeazul y con un forro plástico que era un batazo para guardar papeles, billetes y fotos de cualquier bobería…
Además de ser constancia legal de nuestra existencia, este documento tenía un sinfín de utilidades y aplicaciones. Comer hamburguesas, por ejemplo. En 1993, en mi Santa Clara natal, para comprar una hamburguesa había que llevar el carnét, te anotaban en unos libracos inmensos, y tras verificar que no habías comprado ese día, te daban unos tickets que hacían de salvoconducto final para consumir nuestras macdonals de soya.
Después llegó el carné plasticado, estilo tarjeta, que lo mismo servía para abrir un llavín endeble que para, a falta de cubiertos, comerse una cajita de comida. El kitch nacional perdió un importante soporte cuando nos despedimos de los forros plásticos, pero los nuevos carnets se imponían a fuerza de diseño y flexibilidad.
Pero… y siempre hay un pero…
La prensa acaba de anunciar que Cuba implementará a partir del segundo semestre de 2013, de forma gradual y dirigida, un nuevo documento de identidad, desarrollado por la Dirección de Identificación y Registro del Ministerio del Interior (MININT).
Según el coronel Mario Méndez, el cambio busca una mayor protección de los datos personales, que evite falsos levantamientos de identidad. Una tarjeta plástica de lectura mecánica, similar a las de crédito, sustituirá al carné actual, azulito y flexible.
La nueva tarjeta llevará grabados -de manera visible- número de identificación, dirección de residencia, foto facial, firma y huella dactilar, además de incluirse estos datos en un código de barra. Solo tras identificar a la persona en las bases de datos del MININT, y registrar su foto, huellas dactilares y firma, se podrá emitir el documento en el Centro de Personalización de Documentos de Identidad y Viajes.
Los expertos consideran que no resulta económico ni práctico continuar empleando varios tipos de documentos de identificación, como la tarjeta de menor o el carné actual, confeccionados, por demás, de forma manual. El nuevo documento será más eficiente, seguro y expedito que el anterior, aseguran los funcionarios del MININT.
Esta noticia llega apenas una semana después de anunciarse un cambio en las chapas de los vehículos, que por Resolución ministerial pasarán todas a ser blancas a partir del segundo trimestre de 2013. Se acabó la policromía, quizás ahora todos los carros sean iguales ante la ley, y ante los pedidores de botellas.
Aún está por ver cómo recibirá el pueblo a su nuevo documento de identificación, qué chistes le inventará y si los compañeros oriundos del levante cubano nos lo pedirán llamándolo como llamaban a sus venerables ancestros: “Arné Idá”.