Alejandro Gil: “Estamos preparados para aprovechar cualquier apertura económica con EEUU, pero no depende de nosotros”

El viceprimer ministro y titular de Economía de la Isla también aseguró en conferencia de prensa que el proceso de ordenamiento monetario “no ha sido un fracaso” y dijo que a pesar del complejo escenario que atraviesa la Isla su gobierno no renuncia a un crecimiento económico en el entorno del 6% en el actual año.

El viceprimer ministro cubano y titular de Economía de Cuba, Alejandro Gil. Foto: Otmaro Rodríguez.

El viceprimer ministro cubano y titular de Economía de Cuba, Alejandro Gil. Foto: Otmaro Rodríguez / Archivo OnCuba.

Cuba está preparada para “aprovechar cualquier apertura económica que pueda existir con Estados Unidos”. Así lo aseguró este jueves en conferencia de prensa el viceprimer ministro y titular de Economía de la Isla, Alejandro Gil Fernández.

“Si se da ese contexto, lo aprovechamos”, afirmó Gil Fernández, quien, no obstante, aclaró que el que ello ocurra no depende del gobierno cubano, sino de Washington.

“La eliminación del bloqueo, de las medidas impuestas por Trump, propiciaría un escenario más favorable para Cuba y los Estados Unidos, pero no depende de nosotros. Nosotros lo que exigimos es que se levanten todas las restricciones absurdas que pesan sobre nuestro país y que privan a nuestro pueblo de una relación normal con el pueblo norteamericano”, comentó el viceprimer ministro, que reafirmó las posibilidades de intercambio entre ambas naciones.

“Tenemos posibilidades de exportar a Estados Unidos. El gobierno estadounidense está privando a sus propios ciudadanos de productos cubanos que son de alta demanda en el mundo, como el tabaco y el ron, y que nosotros estaríamos en capacidad de proveer. Y también estamos en capacidad de adquirir allá insumos y productos para nuestra economía. Sería un comercio bilateral en favor de ambos pueblos”, apuntó.

Sin embargo, Gil Fernández lamentó que, aun con la llegada de una nueva Administración a la Casa Blanca “el bloqueo no se ha movido ni un milímetro” y se mantienen en vigor todas las restricciones y medidas de tomadas por el gobierno anterior, incluso durante la pandemia de la COVID-19, lo que calificó como “cruel” e “inhumano”.

“Hasta este minuto, en más de cuatro meses de 2021, seguimos trabajando sin ninguna modificación del bloqueo. Ojalá no sea así en el futuro, pero si sigue siendo así, también estamos listos para ese escenario”, precisó, y dijo que en ese caso la economía cubana “seguirá enfrentando este embate, siempre con una visión de justicia social y atención a los más vulnerables. Ese espíritu tampoco se moverá ni un milímetro en ninguno de los escenarios que tengamos que enfrentar en el presente o en el futuro”.

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Además, el ministro de Economía aseveró que Cuba seguiría “resistiendo, trabajando por nuestro desarrollo, explotando todas nuestras reservas”, y que no renunciaría a crecer económicamente “aun cuando no se mueva el bloqueo”.

Aun así, insistió en que esa política de cerco económico —contra la que Cuba volverá a presentar el próximo mes una resolución en la Asamblea General de la ONU respaldada mayoritariamente por la comunidad internacional— “es el principal obstáculo al desarrollo de la economía cubana”.

Señaló que la Isla “sería otra” si no estuviera enfrentada a “esta criminal presión” que, de acuerdo a La Habana ha provocado una afectación superior a los 5.500 millones de dólares en el último año calculado y de 17.000 millones en los últimos cuatro años, “un promedio entre 12 y 15 millones de dólares diarios de afectación económica por distintas vías”, entre las que enumeró encarecimientos de los fletes, de los precios, por primas de riesgo, y la imposibilidad de importar productos con más de un 10% de componente estadounidense y de exportar al país norteño, así como la persecución financiera y el desestímulo a las inversiones de capital foráneo.

“Incluso, hemos tenido mercancías en puertos y le hemos pagado a los proveedores, y después de 15 o 20 los bancos nos virado el dinero para atrás, porque es de Cuba, y no quieren buscarse problemas”, ejemplificó el ministro, quien recalcó que la Isla no está aspirando a otra cosa que no sea “trabajar en condiciones normales, que nuestra economía se pueda desempeñar como en casi todo el mundo”.

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Un escenario complejo con previsiones de crecimiento

Además del impacto del bloqueo estadounidense, Gil Fernández comentó a la prensa sobre otras particularidades y tensiones del escenario económico actual de Cuba, marcado también por la pandemia, que ha obligado, según dijo, a destinar alrededor de 2.000 millones de pesos cubanos del presupuesto del Estado para respaldar gastos vinculados con la misma, y unos 300 millones para la adquisición de pruebas de PCR y el funcionamiento de los laboratorios de biología molecular.

Además, señaló que la COVID-19 ha impactado negativamente de manera general en la actividad económica y el sistema productivo de la Isla, ha forzado la paralización de fábricas y construcciones, ha afectado la producción de alimentos y ha incidido también en el déficit de ofertas y las importaciones de productos, como las medicinas. En particular, destacó las afectaciones al sector turístico —incluyendo a los negocios privados asociados al mismo—, golpeado por los cierres de fronteras y restricciones de viaje en todo el mundo.

No obstante, el viceprimer ministro apuntó que pese a ese complejo panorama, su gobierno no renuncia a la meta de un crecimiento económico en el entorno del 6% en el actual año, aunque acotó que ese incremento se produciría a partir de la caída del año anterior, que estuvo en el orden 11 %.

Sería “un crecimiento que no implica un aumento considerable de niveles de actividades y ofertas, porque estaríamos por debajo del nivel de actividad económica del 2019”, detalló Gil, quien explicó que con el 6% previsto en 2021 y otro tanto en 2022, para el cierre del próximo año se estaría recuperando el PIB de Cuba en 2019, unos 56.900 millones de pesos a precios constantes.

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Para sustentar esta previsión, se refirió a un favorable comportamiento de las exportaciones, entre las que mencionó las del níquel y los servicios de telecomunicaciones, con dinámicas superiores a las planificadas, y también a una recuperación parcial del turismo, aun cuando en lo que va de año no ha logrado reactivarse como se esperaba por la pandemia. El pronóstico de este sector se sitúa entre los 2 y los 2,2 millones de visitantes en 2021, un objetivo sin dudas ambicioso teniendo en cuenta el actual contexto, pero el titular de Economía confió en que, aunque no pudiera llegarse a esas cifras, el país cuenta con otras reservas y potencialidades para crecer. 

Entre estas, mencionó las medidas tomadas para impulsar a la empresa estatal —como “actor fundamental del modelo económico cubano”— y su encadenamiento con el sector no estatal, como parte del actual proceso de reformas económicas y de ordenamiento monetario en marcha en la Isla.

Gil Fernández recordó el paquete de medidas aprobadas para el gobierno para el “fortalecimiento” de la empresa estatal, que busca, dijo “una mayor autonomía de gestión, que cada vez la dirija más el director, con menos intervención de los ministerios”, y aseguró que “ya se comienza a apreciar en los empresarios una mayor audacia en la búsqueda de soluciones” y el fomento de una “mentalidad exportadora”. 

Apuntó que tras el cierre de marzo, tres meses después del comienzo de la llamada Tarea Ordenamiento, unas 500 empresas estatales reportaban todavía pérdidas, pero más 1.300 generaban ya utilidades, y que la tendencia era positiva en esta dirección. 

Sobre el propio ordenamiento monetario, defendió la importancia de su establecimiento, tras el cual, dijo, se han incorporado más de 150 mil personas a trabajar, y aseveró que este proceso “no ha sido un fracaso”, a pesar de las críticas y preocupaciones recibidas. Gil aseguró que, contrario a lo que sostienen sus críticos, problemas como la escasez de oferta —y las consecuentes colas y el incremento de precios en el mercado informal— que sufre el país estarían presentes aunque no se hubiese implementado el ordenamiento, y señaló como causa principal de estos problemas al impacto de otros factores como el embargo y la pandemia.

Aun así, reconoció que han existido deficiencias internas y dificultades en el diseño de este proceso, pero precisó que estas se han venido rectificando sobre la marcha “para bien”, a partir de los criterios de los productores y la población. En este sentido, se refirió a las recientes medidas tomadas por su gobierno para impulsar la producción agropecuaria que buscan, dijo, “eliminar trabas” y “generar incentivos” para incrementar la oferta de alimentos, a la que reconoció como el desafío más complejo y urgente de la economía cubana. 

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Finalmente, el viceprimer ministro adelantó que en 2021 se darán “pasos concretos en la diversificación de los actores económicos“ de la Isla, “a partir de que hemos avanzando en la creación de las condiciones”. Al respecto, aseveró que La Habana no ha renunciado al desarrollo del sector privado ni a su mayor inserción en la economía de la Isla, incluyendo la esperada aprobación de las micro, pequeñas y medianas empresas, de las que, no obstante, comentó que no serían “una solución mágica, sino un actor más” del entramado económico. 

Además, reiteró que la prioridad gubernamental es dinamizar las empresas estatales y crear condiciones más favorables y coherentes para su despegue, competitividad y encadenamientos productivos entre sí y también con el sector privado, y confió en que con la estrategia aprobada ello podría lograrse sin apresuramientos ni improvisación.

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