Los proyectos de leyes de la Salud Pública, de la Fiscalía Militar y del Sistema de Atención a las Quejas y Peticiones de las personas, entre otros, serán asuntos medulares en la agenda de la sesión invernal del Parlamento cubano, que comienza el próximo 20 de diciembre.
Pero el grueso de la mirada pública irá a parar de plano sobre la situación económica de la isla en boca del ministro del sector, Alejandro Gil Fernández.
Será “una información sobre la marcha de la economía, sus resultados y desafíos en cuanto a los indicadores fundamentales, en medio de la compleja situación que enfrenta el país en la actualidad”, adelantó Homero Acosta, secretario del órgano supremo del poder del Estado, en declaraciones recogidas por el sitio Cubadebate.
Los objetivos y las metas económicas para 2024, que serán expuestos por Gil Fernández, “estarán entre los temas cardinales que serán analizados”, subrayó el medio oficial en su nota en torno al cercano Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, que se extenderá hasta el viernes 22.
El pasado 6 de diciembre, el Consejo de Ministros aprobó el informe sobre la ejecución estimada de la economía al cierre de 2023 y la propuesta de Plan de la Economía para el año próximo, así como el Anteproyecto de Presupuesto del Estado para el nuevo año, temas que serán examinados en las sesiones parlamentarias.
Una foto de CEPAL
En un reciente informe, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), estimó que el crecimiento del PIB en Cuba este año sería de 1,5 %, frente al 1,8 % conseguido en 2022.
“Prevalece en el país una situación de lenta recuperación económica, en un contexto inflacionario en el que los sectores agropecuario e industrial no han logrado reactivarse ante el debilitamiento de la capacidad importadora y la complicada situación energética, que ha provocado cortes de energía eléctrica tanto en la actividad productiva como en los hogares”, se lee en la fotografía d la economía cubana hecha por los expertos cepalinos.
En sus pronósticos, el organismo de la ONU para la región calcula que el déficit fiscal cubano de 2023 continuará enroscado al 10 % del PIB y que el embargo(bloqueo estadounidense, oficialmente activo desde 1963, continuará “dañando significativamente la economía cubana”.
Igualmente CEPAL habla de que un escenario de baja exportaciones de bienes, así como “una insuficiente recuperación del turismo y de las remesas”, apuntalará una cuenta corriente de signo negativo, verificada ya en 2022, pero que no ocurría desde 2008.
Inversión extranjera
Otro de los temas más interesantes para la ciudadanía que serán analizados por la Asamblea Nacional es el informe del Ministerio del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera (Mincex) sobre el cumplimiento de la Ley No. 118 de la Inversión Extranjera.
Se trata de una asignatura pendiente, cuya aplicación marcha a cuentagotas por una tormenta perfecta de inconvenientes, entre ellos la no muy seductora legislación sobre inversiones foráneas, la propia estructura centralizada, y el virtual ostracismo financiero de la isla.
Al incluir a Cuba en la lista negra de países que supuestamente colaboran con el terrorismo, Washington ha convertido cualquier oportunidad de negocios en la isla en un peligro o una desgracia para quienes quieran conectar con la banca cubana.
En noviembre, el director general de Inversión Extranjera del Mincex, Carlos Luis Jorge, anunció que Cuba aprobó en el presente año 30 nuevos negocios de inversión extranjera en áreas como el turismo, la producción de alimentos, sectores industriales y servicios profesionales.
El funcionario resaltó el hecho de que, por vez primera, se concertó un negocio de inversión extranjera en el que el socio es un cubano residente en el exterior. “Este paso puede servir como referencia para más acuerdos de este tipo”, ponderó de cara a un futuro con mayor involucramiento de la diáspora en los intereses económicos de la isla.
Cuba cuenta actualmente en operación con 334 negocios de inversión extranjera de más de 40 países, 52 de ellos ubicados en la Zona Especial de Desarrollo Mariel, un enclave ubicado a 45 kilómetros al oeste de La Habana, cuyo despegue se ha quedado en las potencialidades del proyecto.
Zona Especial de Desarrollo Mariel muestra discreto crecimiento en su primera década
Atrasos legislativos
La crisis energética de la isla impidió la celebración en octubre de una sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional, en la que se discutirían proyectos de ley que llegarán ahora a la sesión decembrina. Entre ellos se cuentan los ya citados y relativos a las quejas ciudadanas, la salud pública y la fiscalía militar.
Otro de los borradores que se quedaron en el tintero entonces y que, sin embargo, no será discutido este año es el proyecto de Ley de Posesión y Uso de la Tierra.
Tampoco lo serán las esperadas leyes de Empresas, de Extranjería y de Migración y Pasaporte, que estaban previstas para diciembre y que presumiblemente serán abordadas por el Parlamento en 2024.
Una cascada de adversidades derivadas de la pandemia y la crisis económica ha ralentizado el trabajo legislativo en Cuba en los últimos años. Ello ha obligado a ajustes y actualizaciones del cronograma de leyes a aprobar como resultado de la aprobación en 2019 de la nueva Carta Magna de la isla.
Ahora, en las sesiones de la Asamblea los diputados deberán aprobar una nueva versión del cronograma, que deberá regir el debate y aprobación de nuevas leyes el año venidero.
Habrá que esperar entonces a las sesiones parlamentarias de la próxima semana para saber finalmente cuáles normas serán discutidas en 2024 y en qué momento del año deberán aprobarse.
Aquí esta el problema “aprobaron un negocio de inversión extranjera en el que el socio es un cubano residente en el exterior. “, es Cubano y por residir en el exterior entonces “es extranjero” solo porque las autoridades les conviene.