En el año que recién comienza Cuba debe contar finalmente con una legislación específica sobre bienestar animal. Según el cronograma legislativo actualizado a fines de 2020 por la Asamblea Nacional, el Consejo de Estado, órgano colegiado permanente del parlamento de la Isla, debe aprobar en febrero un decreto ley sobre el tema, que sería luego ratificado por la Asamblea en su próximo período de sesiones.
Además, el gobierno cubano debe aprobar también una política estatal, de la que el decreto ley será la instrumentación jurídica, con lo que ambos documentos unificarían, ampliarían y actualizarían lo regulado hasta hoy sobre este particular en el país y darían respuesta a los hasta ahora postergados deseos y peticiones de muchas personas y grupos animalistas que han ganado visibilidad y multiplicado su accionar en Cuba en los últimos años.
El Ministerio de la Agricultura (MINAG), entre cuyas funciones se cuenta la atención a la sanidad animal en la Isla, ha sido el responsable de coordinar la elaboración de la política y la norma legislativa, con el respaldo de otras entidades estatales y asociaciones relacionadas con las mismas. Para ello fue creado un amplio grupo de trabajo, que se mantuvo activo a lo largo de todo el 2020 y cuya labor se ha basado en los problemas y temas identificados en un diagnóstico realizado al respecto, en directrices y legislaciones internacionales, y en las opiniones y sugerencias recibidas de la población, según explicaron a OnCuba Yobani Gutiérrez Ravelo, Director de Sanidad Animal del MINAG, y Orlando Díaz Rodríguez, Director Jurídico del propio ministerio.
A partir del intercambio sostenido con ambos funcionarios, en una primera parte de este trabajo abordamos aspectos relacionados con la naturaleza de ambos documentos, sus antecedentes y proceso de construcción, y ahora les proponemos conocer con mayor profundidad acerca de objetivos y temas contenidos en los mismos, y otros tópicos vinculados con el bienestar animal en la Isla, como el desempeño, desde la perspectiva estatal, de los grupos animalistas. Con ello cerramos este diálogo sobre un tema de indiscutible actualidad en Cuba, que preocupa y ocupa a muchos en el país y que, según lo previsto, tendrá ya sus esperadas normas específicas en 2021.
Componente educativo, comunicacional y contravencional
Orlando Díaz Rodríguez (ODR): El decreto ley va a marcar pautas desde el punto de vista institucional en abogar por que las nuevas generaciones se eduquen bajo el principio de amor y respeto a los animales. Este es un proceso progresivo. La norma va a marcar un hito importante, pero ir lográndolo en la práctica necesita una progresividad en el tiempo. Lo que sí está claro es que va a quedar la responsabilidad de nuestras instituciones educativas. Por ejemplo, se ha pensado incluir en la enseñanza general materias afines al bienestar animal. No obstante, este trabajo educativo es de todos, no solo de la escuela; también de las familias, de las comunidades, de las asociaciones. Es un deber social. Entonces, en ese sentido apuntamos al futuro, porque en la medida en que se eduque a las nuevas generaciones en el tema del respeto, del amor hacia los animales, estamos formando valores, y en la medida en que el tema se aborde en las escuelas, como una asignatura, estamos trabajando en lo cognoscitivo, en tener una sociedad más sensible y educada. Además, puede verse también desde un enfoque preventivo, porque si educamos a las nuevas generaciones o coadyuvamos a eso, ello nos evitaría después otros problemas desde el punto de vista contravencional, porque se supone que una persona que está educada en el bienestar animal sea incapaz de cometer maltratos y no tenga que ser multada o sancionada por ello.
La norma también está previendo un orden contravencional, porque el ordenamiento jurídico tiene que brindar una respuesta a aquellas acciones u omisiones lesivas al bienestar animal. Y tiene que haber una respuesta en el orden de las multas, de las obligaciones de hacer, y en esa dirección la convocatoria a legislar ha sido muy interesante porque la población nos ha puesto hasta ejemplos concretos, como el de los cocheros que maltratan a sus caballos y otras conductas que deben ser erradicadas. Pero lo primero es educar. Es mejor educar, formar, que tener luego que aplicar medidas contravencionales, multas, sanciones y algunas otras que entren ya en el terreno del derecho penal. También la labor comunicacional es muy importante, porque a través de la comunicación se divulgan mensajes educativos sobre el tema, se transmiten valores, y es necesario seguir trabajando en eso también.
Yobani Gutiérrez Ravelo (YGR): Los documentos llevan un componente comunicacional muy fuerte, sistemático y sostenido en el tiempo. Nosotros hemos hecho análisis de cuáles son los puntos más críticos que tenemos que atender en ese sentido y que tributan al bienestar animal. Todo eso se interrelaciona con el componente educacional, que es muy importante y así está fijado en la norma. Con ella se prevé que las personas conozcan desde edades tempranas la importancia del bienestar y el respeto a los animales, porque al final los animales son seres sensibles, capaces de experimentar dolor y placer igual que un ser humano, como está científicamente probado. Es un reto inmenso y hay que trabajar en esa dirección. Hay países que tienen otra formación, otro contexto, y han logrado avanzar mucho en ese sentido y uno lo aprecia. Y hay que seguir los mejores ejemplos, los mejores patrones que hemos visto a nivel internacional. Ello lleva un trabajo muy sistemático, de mucha integración entre todos los actores que intervienen en el tema. Nosotros, Salud Pública, Educación, las universidades, las asociaciones, todos en función de que se cumpla lo que vamos a aprobar.
Abordaje de algunos temas, zoonosis
YGR: Desde que iniciamos el trabajo, pretendimos no solo sentarnos a ver lo que se hace en el mundo, sino también atender el contexto y la realidad nacional. A partir de lo que habíamos hecho ya en el diagnóstico de problemas, fuimos teniendo en cuenta cada uno de esos aspectos en la redacción tanto de la política como de la norma y el reglamento, y cómo los proyectábamos para irlos cumpliendo. Por ejemplo, en el tema de la zoonosis ―que ha sido recurrente en redes y que cuando se dan situaciones como las sucedidas cuando la visita de los reyes de España a La Habana estas provocan un lógico malestar en las personas, no solo en los ambientalistas, sino en cualquier ciudadano al que le incomoda lo mal hecho― hemos dejado claro cuáles son los problemas detectados y qué es lo que se debe hacer.
Hay que explicar que Salud Pública desempeña un papel fundamental en este tema. Hoy en el mundo todos los años, según los datos de organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud, en los humanos aparecen un promedio de cinco nuevas enfermedades, y de ellas tres tienen su origen en los animales. Más del 60% de las enfermedades que padecemos las personas provienen de los animales, de allí la importancia de prestar una atención muy diferenciada a los programas de salud y vigilancia de las enfermedades llamadas zoonóticas, como la rabia, la brucelosis, la tuberculosis, la leptospirosis, y necesariamente si hay una tenencia no responsable y un abandono de los animales en la calle, hay que hacer un procedimiento de recogida de esos animales en un centro de observación. En ese lugar, si el animal tiene dueño este lo puede reclamar, o puede ser adoptado incluso, o finalmente, si no hay una solución, son sacrificados. Este es un trabajo que internacionalmente todos los países hacen por razones de salud, pero hay que perfeccionar los métodos, desde la captura, el traslado, el cuidado que se realiza en los centros de observación, e incluso el sacrificio, que es algo que está muy bien definido, incluso con qué fármaco debe realizarse, cuál debe ser su principio activo siguiendo las normas internacionales. Todos esos son problemas que salieron en el diagnóstico.
Protección animal: ¿aprendimos algo de lo ocurrido en Mayarí?
Lo de Salud Pública entonces queda claro. Ellos tienen que mejorar desde el punto de vista organizativo, asegurar en su plan de la economía los recursos que necesiten, la formación del personal en cómo hacer su trabajo de la mejor forma, cómo se prepara a sus trabajadores para ello, cómo se le da un tratamiento adecuado a los animales, tener en cuenta los métodos que se aplican internacionalmente en estos centros de observación, incluyendo hasta el tema de la eutanasia, cuáles son las personas que se van a facultar para hacer esos procedimientos, que al final se deben hacer como un último recurso por si necesariamente hay que sacrificar a un animal. Y eso, como lo hemos escrito en los documentos, son cuestiones que se pueden aplicar perfectamente.
Enfrentamiento de animales, uso en la religión
YGR: Las peleas de gallos es un tema complejo, por la idiosincrasia del cubano. Hay documentos históricos que hemos consultado en estos días según los que en 1700 y tantos ya se había introducido el gallo en Cuba. Entonces, no es algo que se pueda decir de momento esto se acabó y ya, porque al final tú lo pones en la política y en el decreto ley y después no lo puedes cumplimentar. Al respecto, lo que sí hemos dejado claro es que los enfrentamientos entre animales inducidos por las personas son prohibidos, y solo se permitirán aquellos que sean regulados por las autoridades competentes, o sea, bajo determinadas regulaciones. Eso también crea conflictos, porque alguien puede decir: “bueno, se va a aplicar el bienestar animal, por ejemplo, para el privado, para el guajiro que está allá y no puede pelear, y entonces aquí en un club gallístico de Flora y Fauna, sí”. ¿Cómo tú manejas esas cosas? Pero bueno, lo hemos evaluado de esta forma. Eso lleva también revisión de las normas legales que hoy rigen esos procedimientos y hemos hecho un proceso de consulta con el Tribunal Supremo, una solicitud de revisar en el Código Penal el abordaje de estas conductas, porque es un reclamo de la sociedad, sobre todo con el tema de las peleas de perros, que son muy cruentas, de que conductas de ese tipo hay que penalizarlas. Por eso, en la política todo lo que tiene que ver con el tema de enfrentamiento de los animales está muy bien definido y va a llevar contravenciones y también penalizaciones a los infractores, sobre todo cuando hay juego ilícito asociado, cuando hay participación de niños, jóvenes, menores, también en ese contexto.
El tema de los animales en la religión también es muy complejo, porque en nuestro país está reconocido el ejercicio de la fe religiosa como un derecho fundamental y ese derecho debe respetarse. La norma respeta la Constitución. Además, no todos los religiosos de Cuba pertenecen a asociaciones u organizaciones reconocidas. En el caso de la Asociación Yoruba de Cuba, por ejemplo, no todos los que practican esa religión en el país son miembros de la asociación y, sin embargo, sí hacen cultos religiosos en los que se utilizan animales. Y así puede suceder con otros casos. Entonces, lo que hemos hecho es un abordaje de la actualización de los métodos, de las formas del sacrificio, del hecho de que en el acto religioso se tiren los restos de los animales sacrificados a la calle, que es algo que tiene que ver entonces con la higiene comunal, con la posible afectación a la salud de las personas. Y en sentido general, en los documentos se ha hecho un abordaje detallado del tema, que ha sido muy recurrente en los planteamientos de la población.
Estos son ejemplos de la complejidad que ha tenido elaborar la política y el decreto ley, porque hay que considerar la realidad cubana, la cultura y la idiosincrasia, el contexto actual, que incluye también la situación económica, que no es la misma de otros países, y todo eso ha sido observado y tenido en cuenta en la redacción.
Explotación de las especies productivas
YGR: El caso de los animales productivos no es tan complejo, pero también tenemos algunas dificultades. Este tema está hoy normado en la legislación veterinaria, que, por demás, ha sido actualizada, porque todo esto no parte de cero, sino que forma parte de un proceso de perfeccionamiento en el que se encuentra nuestro ministerio desde 2011, y ya en 2018 se aprobó una política de perfeccionamiento de la sanidad animal en Cuba. Sobre las especies productivas hay normas ramales del MINAG que hay que cumplir, tanto sobre las condiciones de bioseguridad de las unidades, es decir, normas de traslado, de manejo, de tecnología, de producción, de alimentación adecuada de los animales, sus horarios, de la profilaxis específica en los tratamientos, del espacio vital, de lo concerniente a que no haya sobrexplotación, que se garantice un descanso reparador, en resumen, de que el animal productivamente pueda expresar su potencial genético. Todo eso ha llevado a una actualización de las normas jurídicas de sanidad animal, y ahí lo que corresponde es que el Estado aplique lo que tiene que aplicarse según lo que está establecido. Y las tecnologías de producción que, a partir los programas de desarrollo que tienen los grupos empresariales, hoy se adquieren en el país están muy a tono con las diferentes especies productivas, con los diseños de instalaciones y todo lo demás que tiene que ver con este campo para garantizar el bienestar animal y que no exista maltrato de las especies productivas.
Está, por ejemplo, lo relacionado con el sacrificio de los animales productivos. Lo que pasa es que no siempre podemos estar a tono con todo el mundo. Por ejemplo, Inglaterra aprobó en su parlamento hace un tiempo que usted puede acceder por vía digital a un matadero donde están sacrificando animales y ver con qué método los están insensibilizando; todo el proceso productivo se puede visualizar. Nosotros no tenemos la infraestructura tecnológica para hacer algo así. Entonces, aunque no podamos llegar a ese punto, sí tenemos regulaciones dentro de un matadero, de la industria nuestra, que se pueden perfeccionar y cumplir siguiendo las normas internacionales. ¿Por qué tenemos que permitir que para insensibilizar un animal haya que darle un mandarriazo, si hay métodos de insensibilización bien probados con los que el animal sufre lo menos posible, hay una pérdida irreversible de la conciencia y se puede provocar una muerte rápida, a través de lo que se conoce como un “sacrificio humanitario”, un término que mucha gente discute porque al final conduce a la muerte, pero que es menos dolorosa para el animal? ¿Qué tenemos que hacer? Ahí entra entonces a jugar un papel importante otro organismo de la Administración Central del Estado, el Ministerio de la Industria Alimentaria (MINAL), que debe revisar su industria, los métodos de sacrificio que se emplean, cómo se pueden aplicar de la mejor manera, y nosotros, desde la dirección de Sanidad Animal, tenemos que regular bien esos procesos, en particular para las especies productivas.
ODR: El tema de los animales productivos se ha valorado en toda su amplitud, no solo el caso de los animales de tracción, por ejemplo, de los cocheros, que es algo en lo que insiste la población, sino de todas las especies en general, porque la norma regula con un carácter de generalidad desde el punto de vista conceptual, aunque desde el punto de vista contravencional sí tiene conductas específicas. Y estamos previendo que en el orden contravencional existan medidas concretas para proteger el bienestar animal también en estas especies, en el ganado bovino, en los équidos, como en el resto de los animales.
Agresión a la fauna, minizoológicos, comercialización
YGR: Se hizo una revisión con los compañeros de la Empresa de Flora y Fauna, del Cuerpo de Guardabosques, de todo lo asociado a los fenómenos que se nos dan de agresión a la fauna. Lo relacionado con la captura, la comercialización, el tráfico de animales, incluso de muchas especies protegidas, de animales que están en la lista de especies amenazadas. Eso también va a tener penalizaciones por la ley según la gravedad del hecho, y así fuimos analizando tema por tema. Con Flora y Fauna también vimos, por ejemplo, lo concerniente a pequeños zoológicos que existen en el país, a nivel de municipios, en algunas provincias, y no están integrados a la empresa de zoológicos, que es la entidad especializada en el tema. Ellos están ahora en un programa de recuperación para que la empresa de zoológicos se haga cargo de los animales que están en esos lugares, de los que muchos son de especies autóctonas, pero otros son exóticos.
De igual forma, está el tema de la comercialización de los animales en la calle, que es una actividad que prácticamente no tiene control. Y en los documentos que se han venido elaborando se define que, a la hora de tomar una decisión, incluso para el trabajo por cuenta propia en las modalidades que tienen que ver con animales, además del Ministerio de Trabajo, también intervenimos nosotros junto a otras entidades rectoras que tienen que ver con el tema, para definir cómo se van a comercializar, dónde se va a hacer, la entrega de una licencia que avale que se cumplen las condiciones para esa actividad, qué animales se van a comercializar, porque hoy lo mismo te venden un perro que te venden un hámster, que lo sacan de una unidad experimental, de un laboratorio, de una universidad, de un centro de investigación, y te lo comercializan en la calle. Y eso también, dentro del marco de la política y la norma que deben aprobarse tendrá sus regulaciones y sus contravenciones. Es decir, cómo se regula y, si no se cumple, cómo se aplica entonces la legislación y quién la aplica. Todo eso está definido también, porque no solo son los inspectores de medicina veterinaria; también los de Salud Pública, los de los gobiernos locales, que tienen que desempeñar un papel preponderante en esta tarea, porque el escenario de todo esto son las comunidades, las calles. Es allí donde se dan todos esos fenómenos. Se trata de algo bien complejo, pero al menos está bien definido cómo debe hacerse.
ODR: Hay otra arista muy importante también que es la interrelación bienestar animal-medioambiente, la cual responde al artículo 75 del texto constitucional. O sea, en la medida en que promulguemos y apliquemos la norma de bienestar animal, también estaremos protegiendo el medioambiente, por lo que este trabajo tiene sin duda un impacto medioambiental y también educativo, que es un concepto en el que nos interesa insistir.
Intercambio y valoraciones sobre la comunidad animalista
ODR: Yo no diferenciaría, con todo respeto, a la comunidad ambientalista del resto de la población cubana que legítimamente se ha interesado en los temas del bienestar animal, y el mejor ejemplo de ello ha sido la convocatoria a legislar, que es general y participativa, y se ha dirigido abiertamente al pueblo de Cuba y no a determinados segmentos de la sociedad. Claro que ha habido personas muy interesadas en este tema, pero lo vemos como parte de la participación popular en el proceso. O sea, la convocatoria a legislar y este proceso inclusivo nos ha permitido un diálogo, un intercambio fructífero con la población, con todas las personas legítimamente interesadas en los temas del bienestar animal y, por supuesto, tenemos asociaciones a las cuales atendemos desde el MINAG como órgano de relación, a las cuales están insertadas algunas de estas personas y otras no. Pero, reitero, creo que lo más importante ha sido escuchar, atender, las opiniones de la población, de las personas con las que hemos dialogado. Yo creo que el tema de bienestar animal genera una motivación bastante amplia y general en Cuba, aunque sabemos que hay personas más motivadas, incluso algunas lo estudian científicamente, ejercen profesiones afines con el tema, y además de la pasión que sienten, enfocan el tema también desde un punto de vista instructivo, de estudio. Incluso, en su momento un grupo de estas personas nos enviaron 72 opiniones a propósito de la norma, las cuales las hemos tenido en consideración. Con todas las personas de buena voluntad estamos dispuestos a dialogar.
YGR: Te voy a dar mi apreciación como director del sistema de Sanidad Animal del MINAG y también como ciudadano. La comunidad ambientalista, los grupos y las personas que la integran, son activos en las redes, realizan acciones a favor del bienestar animal, de tenencia responsable, de cuidado, de prevención de enfermedades, y nosotros en el intercambio que hemos tenido con muchos de ellos apreciamos que hay un sentimiento de preocupación y responsabilidad hacia los animales, de cuidado hacia ellos; que una gran parte de la membresía, por decirlo de alguna manera, de esos grupos, siente lo que hace y está a favor del bienestar y la protección animal y en contra del maltrato. Eso es un elemento positivo a tener en cuenta. Incluso, los reclamos que hacen, muchos de ellos, se corresponden también con los de otros sectores de la sociedad y con lo que apreciamos en el estado del arte a nivel internacional, y han sido tenido en cuenta. Lo que pasa es que también eso ha conllevado, y uno lo aprecia, a que en esos grupos también se inserten determinadas personas con otros intereses, entre ellas ciudadanos cubanos que hoy no viven en el país, pero se manifiestan públicamente preocupados por los animales en Cuba, y sabemos ese es un elemento que hoy la subversión ha tomado como carril para atacar el proceso revolucionario, para decir que en Cuba hay problemas, que no hay comida para los animales, para pedir dinero y desde esa posición entonces atacar al Estado. Eso también lo apreciamos y es algo que no podemos permitir. Lo bueno lo aprobamos, pero lo malo lo combatimos.
Tenemos que dejar claro que para este tema hay una sociedad civil cubana, que hay asociaciones en las que se pueden insertar, como por ejemplo ANIPLANT, que no tiene límites de membresía, y que está abierta a quien quiera pertenecer a ella y contribuir y a aportar con ella a la salud y el bienestar de los animales. Uno de los reclamos de estos grupos, que está incluso en los planteamientos que han hecho, es que sean también reconocidos legalmente como asociaciones, como miembros de la sociedad civil cubana. Ese es un tema que compete a la máxima dirección del Estado, del gobierno, a la dirección política del país, que se tendrá que revisar en algún momento, quizá someter a una consulta con la población, con el ministerio de Justicia, pero a nosotros nos queda claro que, desde nuestra posición institucional, vamos a trabajar con las diferentes asociaciones que tienen que ver con el campo de la salud y el bienestar de los animales, en función de implementar la política y los programas de este tema. Pero también apoyamos que todos los que tengan buena voluntad dentro de esos grupos, y quieran aportar y apoyar cuando hacemos un trabajo con Sanidad Animal, o con Salud Pública, en el marco de la comunidad, que lo hagan. Eso no podemos frenarlo porque al final también contribuye con el bienestar animal y es algo positivo. Esas cuestiones tenemos que observarlas en el momento de implementar los documentos que se deben aprobar sobre el tema.