El caracol gigante africano, una plaga que se ha esparcido con rapidez en Cuba, está presente ya en 56 municipios de la Isla, reconoció este jueves Idael Pérez, viceministro primero de la Agricultura.
En una intervención en una comisión del parlamento cubano, que sesiona por estos días en La Habana, Pérez explicó que solo en las provincias de Cienfuegos y Guantánamo no se reportan casos de presencia del molusco, y que en la actualidad funciona un “grupo de trabajo multifactorial” que “permite tener un sistema para enfrentar esta situación”.
“Como resultado, actualmente se monitorean más de 11.000 instalaciones entre semilleros, organopónicos y viveros, y podemos decir que las mayores afectaciones no se encuentran en los cultivos, sino en las zonas residenciales”, aseguró el viceministro citado por el diario Granma.
Pérez resaltó la importancia de realizar un trabajo sistemático de control y ofrecer una mayor capacitación, tanto al personal de la salud, del Ministerio de la Agricultura, como a la población, “teniendo en cuenta que la mayor cantidad de ese tipo de caracoles está en los patios de las casas”.
Además, dijo que “se desarrollan estudios biológicos y químicos en función del control de la plaga”, pero llamó a “seguir insistiendo en el aseguramiento de la solución de cal en los territorios más afectados, para que la población pueda acceder a este recurso y mitigar la presencia del caracol gigante africano”.
Científico de Cuba afirma que el caracol africano sí puede comerse
Este molusco fue detectado por primera vez en Cuba en 2014 en el municipio habanero de Arroyo Naranjo, y en la actualidad se ha extendido prácticamente a toda la Isla. Considerado una de las cien especies dañinas “más invasivas“ del mundo, su introducción se debió al parecer a prácticas religiosas afrocubanas.
Este caracol puede poner entre 50 y 300 huevos seis veces en el año, y vivir hasta nueve años. Su adaptabilidad y capacidad de supervivencia, junto a sus graves efectos para la agricultura –de la cual es una plaga– y la salud humana, lo convierten en una especie extremadamente peligrosa.
El gobierno cubano lleva adelante una campaña para combatir su avance y evitar sus nocivos efectos, en la que ha pedido a los ciudadanos y organizaciones sociales que participen junto a los especialistas y fuerzas de salud, superados por la rápida expansión del molusco.
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