El Centro Histórico de Camagüey, Patrimonio de la Humanidad, ampliará sus servicios y atractivos desenchufándose del sistema electroenergético nacional.
Las nuevas instalaciones se servirán de la explotación de fuentes de energía renovable a partir de un proyecto impulsado por la Oficina del Historiador (OHCC).
“Ya se adelanta el parque en las inmediaciones de Coppelia en lo que es la primera fase del corredor cultural dedicado al Ballet, y donde además del servicio gastronómico se darán facilidades para recargar teléfonos, acceder a aplicaciones para dispositivos móviles y explotar la energía renovable”, precisó el director de la OHCC, José Rodríguez, en declaraciones a Prensa Latina (PL).
A unos 500 kilómetros al este de La Habana, el Centro Histórico de Camagüey es un sobresaliente tipo urbano arquitectónico en Latinoamérica.
Su trazado urbano irregular, que es uno de sus atributos turísticos, sirve de trama a un inusual sistema de plazas y plazuelas, calles sinuosas, callejones y un sistema de manzanas y parcelas.
Según Rodríguez, otra de las novedades del proyecto, en el contexto del aniversario 510 de la villa, será la pronta colocación de una pantalla gigante “donde se proyectará la programación cultural de la ciudad”.
Más allá de su función divulgativa, la pantalla hará las veces de un “oasis de luz que se generará por la instalación de lámparas que funcionarán gracias a nuevas celdas fotovoltaicas”, declaró el historiador.
El director de la OHCC aseguró que la infraestructura actuará independientemente al sistema Electroenergético Nacional, “algo muy beneficioso, en especial para los jóvenes, algo que se extenderá también a la Plaza de los Trabajadores”, añade la nota de PL.
Energías verdes, costosas y en crecimiento aletargado
La transformación de la matriz energética de Cuba es considerada por el gobierno un asunto de seguridad nacional.
Como parte de los planes de su expansión, se aspira que 37 % de la electricidad provenga de energías limpias en 2030. Actualmente, más de 90% se obtiene de los combustibles fósiles.
Desde 2014, Cuba dispone de la Política para el desarrollo perspectivo de las fuentes renovables de energía y su uso eficiente.
En 2019 el decreto ley 345 estableció regulaciones para aumentar la participación de las renovables en la generación de electricidad y disminuir progresivamente el consumo de los combustibles fósiles, cuya importación cuesta a la tensas arcas públicas cerca de 2 mil millones de dólares anuales.
Según las autoridades de la isla, cambiar la matriz energética de la isla costaría en inversiones unos 6 mil millones de dólares.
Con sus principales fuentes de captación de divisas frescas en una fase menguante, sin acceso al mercado de la canasta internacional y soportando las pinzas financieras del embargo estadounidense, será casi imposible lograr en solo seis años el 37 % de la generación eléctrica a partir de fuentes renovables.
Para Luis Bérriz, presidente de Cubasolar, en el país caribeño pudiera resultar más barato producir electricidad a partir de las fuentes renovables de energías que de los combustibles fósiles, dado que la radiación solar es mil 800 veces mayor que el petróleo empleado en el país, mientras en un solo metro cuadrado se reciben 150 kilowatt/hora cada mes.
En diciembre pasado, Cuba ratificó en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, COP28, su decisión de extender el uso de las fuentes renovables hasta 2050 para favorecer la calidad de vida y reducir los impactos ambientales.
Camagüey, laberíntico, hace la boca agua a los turistas
El impulso de la agenda verde en la provincia de Camagüey coincide con las celebraciones por el aniversario 510 de la ciudad, una de las diez urbes patrimoniales de Cuba.
Fundada en 1514 en un punto de la costa norte del centro este de la isla, nombrado entonces Santa María del Puerto del Príncipe, la comarca fue uno de los siete primeros asentamientos coloniales en la isla.
Plagas de mosquitos obligaron a un primer traslado hasta llegar a su actual ubicación en 1528, sobre una llanura entre dos ríos apta para la ganadería y la agricultura.
El nombre actual llegaría más tarde y responde al cacicazgo indígena de la zona, Camagüebax.
Versiones populares dan por hecho que la intrincada madeja de calles que aún existe se debió a una intención deliberada de sus habitantes y autoridades para protegerse mejor de las incursiones de corsarios y piratas en los siglos XVI y XVII.
Sin embargo, expertos en historia y urbanística lo endilgan a una causa común a las ciudades medievales europeas, dominadas por la improvisación de sus edificaciones y el trazado caótico de sus vías de acceso.
El portal Tripadvisor, una plataforma líder en gestión turística, recomienda el centro histórico de Camagüey como una de las atracciones de mayor magnetismo en Cuba.
En tal sentido, cita a plazas como las del Carmen y San Juan de Dios , e iglesias como las de Nuestra Señora de la Soledad y la catedral de Nuestra Señora de la Candelaria, como sitios arquitectónicos imperdibles para cualquier visitante.