Atmósfera sin fronteras (II)

Avión de reconocimiento ¨cazahuracanes¨ P-3 de la NOAA, después de aterrizar en el aeropuerto internacional ¨José Martí de La Habana, en 1999.

Avión de reconocimiento ¨cazahuracanes¨ P-3 de la NOAA, después de aterrizar en el aeropuerto internacional ¨José Martí de La Habana, en 1999.

La propia naturaleza del estado del tiempo atmosférico, hace que los meteorólogos tengan que estudiarlo sin considerar las fronteras nacionales. Por ello, la colaboración internacional es altamente necesaria, especialmente para países vecinos como Cuba y Estados Unidos. Desde el siglo XIX se inició la colaboración en torno al estudio del clima y el estado del tiempo; una relación que nunca se interrumpió, ni siquiera a partir de 1959 y a pesar de los conflictos bilaterales.

El huracán Flora

Es interesante el hecho de que cuando el huracán Flora en octubre de 1963, apenas un año después de la Crisis de Octubre o Crisis de los Misiles, continuaban existiendo intercambios científicos y operacionales en el campo la meteorología. Ejemplo de ello es una carta del entonces Director del Observatorio Nacional, de la Marina de Guerra Revolucionaria, del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. El Capitán de Corbeta Luis Larragoiti Alonso escribía el 19 de diciembre de 1963 a Mr. Gordon Dunn, jefe de Meteorología Tropical del Weather Bureau, antecesor del actual Centro de Huracanes de los EE.UU.

El especialista cubano brindaba informaciones sobre el huracán Flora y sus efectos en Cuba, incluso la copia del mapa de la expedición realizada en helicóptero sobre la región oriental de Cuba, para determinar la verdadera trayectoria del huracán. Dicho sea de paso, menos el helicóptero, las demás técnicas fueron muy similares a las que usaba el Padre Viñes en sus recorridos a caballo por los campos de Cuba, dirección de caída de los árboles y datos barométricos, donde existieran.

 

Mapa con trayectoria del huracán ¨Flora¨ sobre la región oriental de Cuba enviado adjunto a la carta del Director del Observatorio Nacional, mostrando la ruta seguida por el viaje de inspección en helicóptero, así como la verdadera trayectoria determinada para huracán ¨Flora¨ sobre el territorio cubano.
Mapa con trayectoria del huracán Flora sobre la región oriental de Cuba enviado adjunto a la carta del Director del Observatorio Nacional, mostrando la ruta seguida por el viaje de inspección en helicóptero, así como la verdadera trayectoria determinada para huracán Flora sobre el territorio cubano.

El Comité de Huracanes de la OMM

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) constituyó el Comité de Huracanes en 1978, para la región conformada por Canadá, EE.UU. Centroamérica, todos los países del Caribe, Venezuela y Colombia. A lo largo de los años este Comité ha resultado ser un marco apropiado para un respetuoso intercambio y colaboración en el campo de los ciclones tropicales con los especialistas de los EE.UU. y de toda nuestra región, con un Plan Operacional aprobado por todos los países, que toma en cuenta tanto los intereses de los Estados del área, como las soberanías territoriales, para el pronóstico y los avisos de ciclón tropical. El presidente del Comité de Huracanes es el director del Centro Nacional de Huracanes de los Estados Unidos, que también juega el papel de Centro Meteorológico Regional Especializado de la OMM para los Ciclones Tropicales en el área. Por eso dicho Centro tiene determinadas tareas de coordinación y Avisos a nivel de la región IV de la OMM que incluye a los países desde Canadá hasta Centroamérica, todo el Caribe, y Venezuela y Colombia.

Desde 1991, la vicepresidencia para los países de habla hispana de ese órgano está ocupada por Cuba. La presidencia ha sido mantenida por el representante de los EE.UU., y hay que decir que siempre hemos trabajado muy bien. La Habana ha sido sede de dos reuniones del Comité, en 1990 y 1998.

Desde 1989 varios especialistas cubanos han participado casi cada año en cursillos de pronósticos y avisos de huracanes ofrecidos por la OMM, en el Centro Nacional de Huracanes de los EE.UU. en Miami, con sus especialistas como profesores. También especialistas norteamericanos, entre ellos varios del Centro Nacional de Huracanes, han participado en varios eventos científicos realizados en Cuba.

Los aviones de reconocimiento cazahuracanes

Desde finales de la Segunda Guerra Mundial, los aviones de reconocimiento cazahuracanes de los EE.UU. han prestado sus servicios a toda la región. En 1987, los especialistas cubanos comenzaron a realizar estos vuelos gracias a la colaboración con la Unión Soviética, que ponía aviones, combustible y tripulación, más algunos científicos, mientras que el resto de la tripulación estaba compuesta por meteorólogos cubanos.

Eran vuelos cubano-soviéticos de reconocimiento a huracanes en los que siempre hubo coordinación e intercambio de información con los aviones cazahuracanes norteamericanos en pleno vuelo, hayan sido de la NOAA o de la Fuerza Aérea de los EE.UU.

El gobierno de Cuba siempre autorizó a los aviones de reconocimiento cazahuracanes de los EE.UU. a sobrevolar nuestro territorio, consciente de la necesidad de recabar datos con el fin de realizar pronósticos más acertados y prevenir la pérdida de vidas de cubanos, norteamericanos, mexicanos, jamaicanos o de cualquier otro país de nuestra área. Esos aviones compartían sus datos por los canales de comunicación meteorológicos o incluso directamente con el Servicio Meteorológico de Cuba, a través de los controladores de tráfico aéreo.

Los aviones de la NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration) siempre volaban sobre Cuba sin restricciones. Eran aviones civiles regidos sólo por las normas de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI). Pero eran solo unos pocos aviones.

Para una cobertura adecuada de datos, se necesitaba emplear más aviones, como era el caso de los aviones cazahuracanes de la Fuerza Aérea de los EE.UU. Sin embargo, esos eran aviones militares y por ello tenían que solicitar, como es natural, un permiso especial de sobrevuelo al país. Cuando comenzaron a solicitarlo a través de los canales diplomáticos correspondientes, siempre se les autorizó, y vuelan con normalidad sobre Cuba y los mares adyacentes cada vez que resulta necesario.

Para mí fue una sorpresa que, estando en una reunión del Comité de Huracanes, con sede ese año en los EE.UU., un coronel, Jefe del Escuadrón Cazahuracanes de la Fuerza Aérea de ese país, dijera durante su conferencia, públicamente, que Cuba era el país en el cual mejor volaban, con un personal de tráfico aéreo muy competente y profesional, además de amistoso.

Hay otro ejemplo que quizás muchas personas o no se recuerden o no se hayan enterado, aunque salió informado en nuestra TV y en la prensa. En 1999, como parte de un Hurrricane Awareness Tour o Tour de Concientización sobre Huracanes, que incluyó a cinco países del área, un avión cazahuracanes P-3 de la NOAA tocó pista en el aeropuerto internacional José Martí de La Habana. Era la primera ocasión en que un avión de reconocimiento de huracanes de los Estados Unidos tocaba tierra cubana.

El avión, que llevaba el nombre de Gonzo, nombre de un popular personaje de Muppet Show, fue expuesto al público en general, a los niños de las escuelas y a los especialistas cubanos, que visitaron el avión, vieron sus instrumentos y recibieron las explicaciones de los especialistas norteamericanos. Ilustro también este hecho con varias fotografías en este trabajo.

Escolares cubanos en el aeropuerto internacional José Martí en La Habana, recibiendo explicaciones sobre el avión de reconocimiento y su uso en huracanes. Aparece un especialista cubano junto a otro norteamericano de la tripulación del avión (en uniforme).
Escolares cubanos en el aeropuerto internacional José Martí en La Habana, recibiendo explicaciones sobre el avión de reconocimiento y su uso en huracanes. Aparece un especialista cubano junto a otro norteamericano de la tripulación del avión (en uniforme).

Alertas en cada temporada de huracanes

Los meteorólogos de Cuba y EE.UU. siempre están alertas durante la temporada de huracanes y se produce entre nosotros un frecuente intercambio de criterios y de discusión de aspectos científicos asociados a un huracán o tormenta tropical que se encuentre en la vecindad. En estos casos se coordinan las advertencias de huracán y se comparten criterios con los colegas del Centro Nacional de Huracanes mediante llamadas telefónicas, que son varias, a veces cada 6 o 12 horas mientras dura la amenaza, siguiendo lo estipulado en el Plan Operacional de Huracanes de la OMM en la región.

Sin embargo, el bloqueo impuesto a Cuba por EE.UU. ha dañado también al servicio meteorológico, pues no ha sido posible adquirir ningún tipo de equipamiento para uso meteorológico allí y también ha costado mucho más traerlo desde lugares más distantes donde se ha tenido que adquirir.

Pero afortunadamente los meteorólogos de ambos países hemos mantenido de una forma u otra la cooperación. Creo que lo más importante es que a ambos lados del estrecho de La Florida, los meteorólogos seamos casi como una familia, intercambiamos datos, observaciones y pronósticos. Nuestros radares son empleados por el Centro de Huracanes de los EE.UU.  y nosotros usamos los de ellos; no siempre estamos de acuerdo, pero conversamos, compartimos el amor por la meteorología, el deber de salvar vidas, alertar con tiempo suficiente a nuestros respectivos pueblos de los azotes de los huracanes; compartimos también amistad. Y eso ha perdurado.

El autor de este artículo dentro del avión de reconocimiento cazahuracanes en La Habana, mientras recibía explicaciones sobre el instrumental meteorológico por parte de uno de los miembros de la tripulación científica norteamericana (en uniforme).
El autor de este artículo dentro del avión de reconocimiento cazahuracanes en La Habana, mientras recibía explicaciones sobre el instrumental meteorológico por parte de uno de los miembros de la tripulación científica norteamericana (en uniforme).
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