Durante el fin de semana se detectaron 13,833 nuevos casos de la Covid-19 en el condado Miami-Dade, elevándose ahora a 35,222 la cifra total de contaminados desde el inicio de marzo, cuando comenzó el registro de enfermos. La cifra de muertos casi ha llegado a 1,000. Un récord absoluto, según el Departamento de Salud Pública.
Esto ha llevado a las autoridades locales a decidir cerrar todas las playas durante el próximo fin de semana del 4 de julio, fecha en que se conmemora la fundación de Estados Unidos. Como el aumento de los casos se ha producido también en otros condados, y Florida es el tercer estado con el mayor número de enfermos (146,341) y fallecidos (3,447), otros condados han optado por hacer lo mismo. El gobernador Ron DeSantis terminó por dar su brazo a torcer.
Seguidor del presidente Donald Trump, que no quiere marcha atrás en los negocios, el gobernador era reacio a volver a cerrar las playas, pero ayer domingo terminó por admitir que era lo mejor por el momento. “Tenemos una situación muy seria, y va en aumento. No nos queda nada más que hacer para proteger a la población”, dijo en rueda de prensa.
Se sabe que una de las razones para el cierre es que al menos en dos ocasiones en Miami y Orlando las cifras se dispararon después de dos fiestas en bares y restaurantes en las que los aistentes no tomaron ninguna medida de protección. No usaron las máscaras, ni mantuvieron la distancia social. Se contaminaron unas 32 personas. Las playas se abarrotaron sin que nadie respetara la distancia social.
El gobernador explicó que una de las razones principales para el aumento de los casos son los jóvenes, que no parecen tener una conciencia clara del alcance de sus actos. “La precaución” –o sea, las medidas de protección–, “fue arrojada al viento, y entonces estamos donde estamos. Entre finales de mayo y principios de junio, las protestas por la justicia racial después de la muerte de George Floyd en Minneapolis desviaron la atención de la pandemia y la gente comenzó a sentirse más cómoda”, dijo DeSantis, quien tambien manifestó preocupación por la situación de los jóvenes que viven con familiares mayores, pertenecientes a los grupos de riesgo.
También se ha prohibido mantener abiertos restaurantes y bares. “La policía nos ha visitado diciendo que van a certificar que se cumplan estas nueva reglas y que solo servimos bebidas a los que vengan también a comer”, explica Arnold, empleado del bar/restaurante Flanigan’s en Kendall.
Todos los bares sirven algún tipo de comida, pero si las ventas constituyen menos de 5% de los ingresos deben cerrar.
Por otro lado, este lunes se confirmó que el vicepresidente Mike Pence ha cancelado dos mítines de campaña, uno en Florida y otro en Arizona, un estado también con un alto número de casos de coronavirus.
En Jacksonville, donde se llevará a cabo la Convención republicana que nominará candidato presidencial a Trump, las autoridades municipales han implantado el uso obligatorio de las máscaras a partir de las 5 de la tarde, tanto en recintos cerrados como al aire libre.
El anuncio no establece un plazo para esta medida, pero la prensa local ha dicho que podrá ser hasta fines de agosto, cuando sesionará la Convención. La convención estuvo originalmente planificada para realizarse en en Charlotte, Carolina del Norte. Cuando las autoridades locales decidieron obligar a la gente a usar las máscaras, Trump decidió mudarla para Jacksonville, pero finalmente las autoridades municipales decidieron hacer lo mismo. Se desconoce si el mandatario piensa cambiarla de nuevo.
El alcalde de Jacksonville, Lenny Curry, decidió imponer el uso de las máscaras en todo momento tras consultar con especialistas del Departamento de Salud de Florida, quienes tuvieron en cuenta que la ciudad alberga dos importantes instalaciones militares: una base de la Armada y otra de la Guardia Costera. La obligatoriedad en el uso de la máscara es total. Las dos instituciones participarán en el operativo de seguridad de la Convención por la presencia de Trump.
Es un virus artificial, todo lo mundo lo sabe.