Desde hace más de 20 años, John Lennon descansa en un parque del Vedado. Recostado en un banco, con las piernas cruzadas, el pelo sobre los hombros y sus ojos miopes fijos en la distancia, el célebre músico inglés espera por vecinos y visitantes para compartir su soledad.
Allí está desde que el 8 de diciembre de 2000 fuera inaugurada su escultura de bronce, obra del artista José Villa Soberón, y desde entonces ha soportado calores y tempestades, tórridas tardes estivales y madrugadas ventosas de frentes fríos. Incluso, le robaron varias veces los espejuelos de aro que hoy ya no exhibe.
Aun sin este icónico atributo, el Lennon cubano rinde homenaje al original, el líder de The Beatles, el cantante, compositor y activista por la paz asesinado en Nueva York 20 años antes de que su reproducción de metal se sentara en un parque de La Habana. El hombre cuya música estuvo prohibida en los medios de comunicación de la isla, mientras los jóvenes la escuchaban a escondidas en sus casas y escuelas.
Diez años antes, en ese mismo lugar —ubicado en la manzana conformada por las calles 6, 8, 15 y 17 del Vedado—, un gran concierto protagonizado por artistas como Carlos Varela, Santiago Feliú, Gerardo Alfonso y los grupos Síntesis y Mezcla había reivindicado la figura de Lennon a una década de su muerte. Luego, el parque ha servido de escenario a nuevos eventos y homenajes a Lennon y The Beatles.
No obstante, fue la colocación de la escultura, en un acto en el que estuvieron muchos de aquellos músicos y también el entonces presidente Fidel Castro, la que sirvió para rebautizar el sitio que antiguamente fue conocido como parque Menocal, en honor al tercer presidente de la República: Mario García Menocal.
Desde entonces, el Lennon de bronce ha resultado una atracción turística, una figura visitada lo mismo por el hoy rey Carlos III y el afamado productor George Martin, que por viajeros de medio mundo o de la propia Cuba. En tanto, para los habaneros ha pasado a ser parte del paisaje habitual, ha quedado casi inadvertido.
Carlos de Gales y su esposa visitan estatua de John Lennon en La Habana
Y mientras, el parque ha sufrido los vaivenes y desidias de la cotidianidad. La cebra peatonal —tributo a la conocida cebra de The Beatles en Londres— que conducía a Lennon ha perdido poco a poco la forma. Varios bancos y farolas se han deteriorado. Las otras esculturas del parque requieren un mayor cuidado, como también el arbolado y el propio entorno citadino. Pero las personas siguen acudiendo al lugar como punto de encuentro, de descanso o zona de paso.
Hasta allí llegó días atrás nuestro fotorreportero Otmaro Rodríguez, quien nos propone una mirada a la actualidad de este emblemático sitio del Vedado. Al parque en el que, lejos de su Inglaterra natal, John Lennon contempla aparentemente tranquilo el paso del tiempo.
Ese parque parece, por lo ruinoso que está, un lugar para repudiar, en lugar de enaltecer la memoria de quién es John Lennon. Sus adeptos podríamos hacer una suscripción para salvar dicha imagen.