Cuba participará en la VII Cumbre de las Américas que se realizará en abril de 2015 en Panamá.
Isabel de Saint Malo de Alvarado, vicepresidenta y ministra panameña de Relaciones Exteriores, anunció a la prensa durante una visita a Miami que ya cuentan con las confirmaciones de asistencia al más alto nivel de Cuba, Chile, Colombia, México, Guatemala, Costa Rica y El Salvador.
De Sait Malo aseguró que “aún en la heterogeneidad de la región, son más los temas que nos unen y son estos en los que nos vamos a concentrar. Para hacerlo, toda América debe estar presente”.
Pocos días antes, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, afirmó que resultan más importante los temas a debatir entre los presidentes que pensar en quiénes acudirán a la Cumbre. La portavoz del Departamento de Estado, Marie Harf, aseguró también que ciertamente la magna cita puede tener “credibilidad”, aún con la asistencia de Cuba.
En 2012 el gobierno cubano no asistió a la sexta edición de la Cumbre, pues Estados Unidos y Canadá se opusieron radicalmente, mientras el país sede, Colombia, consideró la unanimidad como requisito indispensable para invitar a la Isla.
Esta es la primera vez que se le extiende una invitación a Cuba para participar en el foro de alto nivel, concebido por la Organización de Estados Americanos (OEA) en 1994 y podría ser la primera vez también en que los presidentes de Estados Unidos y Cuba coincidan en un mismo evento de debates regional.
La Habana fue excluida en 1962 de la OEA por su sistema de Gobierno, mientras en 2009 las sanciones fueron levantadas en una asamblea en Honduras, pero Cuba no hizo hincapié en regresar.
Los mecanismos de integración y cooperación en el continente ofrecen un nuevo espacio de debate y diferentes premisas para Estados Unidos y Canadá en su relación con América Latina y el Caribe, mientras los países latinoamericanos presionan para incluir a Cuba en la toma de decisiones sobre cooperación a nivel regional.