La tasa de mortalidad infantil de 4,6 por cada mil nacidos vivos lograda por Cuba en el 2012, la ubica entre las 30 naciones del mundo que reportan los más bajos índices, posición que mantiene desde el 2008.
Una de las provincias más envejecidas, Sancti Spíritus, en el centro del país, llevó el indicador a 2,8, mientras otras cuatro estuvieron por debajo de la media nacional, entre ellas la oriental Holguín, una de las tres con más de un millón de habitantes; el resto fueron Artemisa, Cienfuegos y Granma.
También en el 2012 se registró la segunda más baja tasa de mortalidad materna de la historia, con 21,5 por cada 100 mil nacidos vivos, lo que representa 15 muertes menos que en el 2011.
En la isla funciona un programa materno-infantil que atiende a la embarazada desde los primeros momentos y realiza el pesquisaje y seguimiento durante el período de gestación, lo que permite detectar y atender a tiempo cualquier patología, e incluso ofrece a la madre la opción de interrumpir el embarazo si ocurre una malformación congénita en el feto.
Otros de los cuidados prenatales están dirigidos a suministrar suplementos alimentarios y existe una red de hogares maternos para ingresos en caso de riesgos de abortos no deseados.
El año que recién concluyó, Cuba reportó un índice de bajo peso al nacer menor al 6%, lo que califican de "favorable", tomando en cuenta que el 3,8 % de los mismos fueron prematuros (antes de las 34 semanas).
Esta última es en Cuba la principal causa de muertes al nacer, por afecciones originadas por esa razón, a la que se suman defectos congénitos y otras anomalías de origen genético, y las infecciones adquiridas en la comunidad, principalmente la influenza y neumonía.
Autoridades cubanas de Salud, que dirigen el Programa de Atención Materno-Infantil, expresaron a la prensa el criterio de que el país tiene potencialidades sin explotar para continuar mejorando estos indicadores sanitarios y señalan que pueden modificarse los riesgos en los padres, entre ellos, anemia, desnutrición, hipertensión arterial e infecciones de los órganos reproductivos y urinarios.
Reportes de la Dirección de Estadísticas del Ministerio de Salud Pública cubano aseguran que en el 2012 se produjeron 125 mil 661 nacimientos, 7 406 menos que los ocurridos en el 2011.
La tasa de mortalidad infantil es un indicador demográfico que señala el número de defunciones durante el primer año de vida, el más crítico en la supervivencia del ser humano, y es empleado internacionalmente para medir de forma sintética la calidad con que una sociedad atiende y protege a los niños.
Varios países en distintas partes del mundo están logrando rápidos progresos en la reducción de muertes de niños y niñas, lo que demuestra que es posible disminuir radicalmente la mortalidad infantil en el lapso de dos décadas.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) informó que la mortalidad infantil hasta los cinco años de vida se redujo en el mundo en 41% comparando 1990 con 2011, lo que en cifras absolutas significó la disminución de 12 millones a 6,9 de fallecidos.