Agobiado por la poca disponibilidad de oxígeno medicinal que presentaba el hospital provincial Celia Sánchez Manduley, donde su esposa Isabel Barrios Peláez tuvo que permanecer 27 días a causa de la COVID-19, el manzanillero Maykel Suárez Machado ideó un concentrador de oxígeno casero portátil.
“Busqué alternativas para ayudarla” dijo a la emisora municipal de Manzanillo, Radio Granma, en declaraciones que ya han reproducido varios medios de prensa: “me basé en métodos antiguos. Con la ayuda de la licenciada en Química Yuramis García Rodríguez confeccioné el equipo”.
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Para probar la efectividad del concentrador tuvo que esperar a que su esposa saliera de la zona roja del hospital. Era un momento muy difícil para ella, cuenta, pues su hermana acabada de morir a causa de la misma enfermedad.
“Hoy puedo decir que soy una sobreviviente a esta pandemia que tantas vidas está cobrando”, dijo Isabel Barrios Peláez: “Cuando me trasladaron de la Sala de Terapia a la de Respiratorio necesitaba urgentemente oxígeno, desafortunadamente no me lo pudieron poner por el déficit que había, no sé cómo sobreviví, me encontraba muy agitada, incluso los pacientes y acompañantes de esa sala pensaban que yo no iba a resistir y que en cualquier momento me vendría un paro cardíaco”, dijo.
Según detalla en el reportaje, el doctor que estaba presente, además de admirado, exclamó que si la institución tuviera más equipos como el que acababa de probar sería muy favorable a la atención a los pacientes dadas las precariedades por las que había transitado el suministro de oxígeno medicinal en la Isla, con serios problemas por roturas en la fábrica que lo produce.
“Me sentí muy bien pues el hecho de que ella contara con un equipo permanente a su lado, para que en el momento que lo necesitara estuviese ahí, me daba cierta tranquilidad”, dice: “me imaginaba esos minutos de desesperos, en los cuales incluso la llamaba por teléfono y la sentía muy angustiada por no contar con el oxígeno”.
Graduado en Electrónica, especialista “Radiomecánico A”, para el diseño Maikel se asesoró en la Internet. “Vi la experiencia de otros países que tenían los hospitales saturados por la falta de oxígeno, donde personas capacitadas en este tema confeccionaron concentradores para ayudar al sector de la salud, y así logré el nuestro propio que ha tenido buen resultado”.
La materialización fue posible por recursos caseros: “los filtros se hacen de gasa, se utiliza un pomo plástico que puedes esterilizar con cloro, si no hay conectores originales que traen las mangueritas para administrar los sueros se pueden utilizar las puntas de los lapiceros, siempre todo bien esterilizado”, explicó al periodista Eliexer Peláez Pacheco.
Maykel considera muy importante la confección de otros concentradores caseros como este, para de esta forma ayudar al sistema de salud en medio de la peor situación epidemiológica causada por la pandemia. “Quizás este equipo no sea profesional del todo pero les proporciona algún oxígeno al paciente que en el estado en que se encuentra es significativo, algo grande».
Según sus declaraciones, seguirá creando equipos de este tipo, y ya que anda enfrascado en otro por si alguien lo necesita, “sea o no de mi familia”.
Me siento orgullosa de lo que ha hecho y quisiera que ojalá pudieran hacer más y lo ayudaran a confeccionar otros, porque así se pueden salvar más vidas. En ocasiones el oxígeno que entra al municipio es insuficiente para la cantidad de personas enfermas con el coronavirus que están ingresadas en el hospital COVID. Desgraciadamente muchos no lo pueden tener porque es poquito y eso duele”, comentó Isabel Barrios.
El hospital Celia Sánchez Manduley cuenta con unos 30 concentradores de oxígeno originales donados desde países que la nota de Radio Granma no precisa.
Según su autor, Isabel Barrios ya está de alta y se recupera en el hogar. Pero, para el momento de la entrevista el equipo que le había ayudado en la respiración durante sus peores momentos por el coronavirus asistía a otra persona con secuelas de la propias de esta enfermedad.
“Así es, en la actualidad lo necesita esta otra paciente que en su vivienda requiere de oxígeno pues se encuentra en un estado muy delicado. Su mamá me agradece todos los días por haberle prestado ese equipo y contenta me dice que gracias a él su hija ha podido sobrevivir”, cuenta Maikel Suárez, el ingeniero a cuyo currículo ahora se suma esta criolla y oportuna creación.
Siempre he admirado la creatividad de mis compatriotas, pero este invento es increíble. Por favor alguien tiene que ayudarle a patentar el equipo casero para que pueda comercializarlo.
Gracias, este conocimiento hay que difundirlo!!