Una Cuba de prolongados apagones registró el pasado mayo como el más caluroso desde 1951, según un informe del Centro del Clima del Instituto de Meteorología.
En los 31 días del quinto mes de 2024 se establecieron 35 récords de temperaturas medias extremas y se igualaron cuatro, precisó el informe de la entidad científica, citado por medios de prensa.
Asimismo, el reporte hizo notar que el valor de temperatura media alcanzó los 28,3 grados °C, 2,0 grados por encima del promedio histórico para un mes, mientras que la máxima y la mínima medias llegaron a 33,4 °C y 23,2 °C, respectivamente.
Récords de calor y déficit de generación agobian a los cubanos
Días de pesadilla
El centro de estudios climáticos precisó que en la estación meteorológica de Santa Lucía, en Pinar del Río, la marca llegó a 38,8 °C el 16 de mayo pasado, mientras que el 17 en la de Velasco, Holguín, fue de 39,2 °C, y en Santo Domingo, en Villa Clara, el termómetro marcó 39,1 °C.
A ello se suma la cota del 14 de mayo cuando los termómetros subieron a los insoportables 40 grados en la localidad de Bolivia, en Ciego de Ávila.
El Centro del Clima atribuye las elevadas temperaturas a condiciones bioclimáticas extremadamente anómalas en Cuba.
Se citan el predominio de sensaciones muy calurosas por la tarde en gran parte del territorio nacional y acumulados de lluvias por debajo de la norma en el país, sobre todo en las regiones occidental y central.
Todo ello ocurre luego de que en abril la localidad granmense de Jucarito batiera el récord absoluto de temperatura máxima en la isla, al reportar 40,1 grados.
También, luego de que 2023 fuera el año de más calor en Cuba desde 1951, tras registrar una temperatura 1,38 °C por encima del promedio histórico de esa variable, según el propio Centro del Clima.
En año pasado se establecieron 91 récords de temperatura máxima y julio clasificó como el mes más cálido del periodo 1951-2023.
El récord de 40 grados “no oficial”, influido tal vez por un campo de pelota
Futuro inmediato y mediato
De acuerdo con estudios del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medioambiente (Citma), las proyecciones para Cuba ante los efectos del calentamiento global prevén un aumento en la temperatura media anual por encima de un grado centígrado en 2030 y de 3,5 grados en 2070.
Esas estimaciones sobrepasan el 1,5 establecido por la comunidad internacional para combatir la crisis climática, incremento fijado en el Acuerdo de París como límite para evitar las consecuencias más catastróficas de la variación global del clima en el planeta, sintetizó la agencia EFE.
¿Olas de calor? Baja probabilidad
La ocurrencia de olas de calor en Cuba es poco probable de acuerdo con valoraciones del meteorólogo cubano Freddy Ruiz, del Centro Meteorológico Provincial de Sancti Spíritus.
Ruiz dijo al periódico Escambray que “no puede hablarse de ola de calor en Cuba en las condiciones actuales” y que el fenómeno podría ocurrir “pero no sería ni mañana, ni pasado mañana”.
Según el experto, con casi 50 años de experiencia en pronósticos del tiempo, en la zona geográfica donde se encuentra la isla “todos los días la masa de aire se calienta en la tarde por las altas temperaturas —incluso en los días transcurridos de abril, que aún no es verano, las temperaturas han estado en la provincia por encima de los 34 grados—, pero en la noche se invierte el régimen de vientos y se produce el terral, que es cuando el viento sopla de la tierra hacia el mar y se lleva esa masa de aire caliente hacia el mar”.
El meteorólogo añadió que tal dinámica hace que en las noches refresque el ambiente, “aun cuando haya mucho calor y, aunque al otro día vuelva otro ciclo de calentamiento, no se mantiene la masa de aire caliente estable, que es la que provoca la ola de calor”.
Las altas temperaturas de los últimos meses han coincidido con una intensa campaña de apagones en casi toda Cuba debido a roturas y mantenimientos en las longevas plantas generadoras y también al déficit de combustible, una crisis que recién logró evadir los picos de hasta más de 20 horas sin fluido, pero que continúa sin una reducción sustancial y tolerable.