Cuba cerró el año 2018 con un índice de mortalidad infantil de 4,0 por cada mil nacidos vivos, el más bajo de su historia por segundo año consecutivo, de acuerdo con el Ministerio de Salud cubano (Minsap).
En el recién finalizado año fallecieron 3,963 por cada mil nacidos vivos, lo que supone una disminución de 0,081 respecto a 2017, en el que la tasa fue de 4,044, según datos de la dirección de registros médicos y estadísticas divulgadas por el diario Granma.
En cuanto a los nacimientos, ocurrieron 116,320 en 2018, 1,349 más que en 2017, al tiempo que se registraron 461 defunciones en niños menores de un año, cuatro menos que en el año anterior.
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Las provincias cubanas con tasas más bajas reportadas fueron el municipio especial Isla de la Juventud, con 2,1, y las provincias Camagüey (2,6), Cienfuegos (2,7), Granma (2,8) y Sancti Spíritus (2,9).
Sin embargo, el informe indica que el propósito no se cumplió en las provincias de Guantánamo (7,3), Mayabeque (6,3), La Habana (4,9), Ciego de Ávila (4,4) y Matanzas (4,1).
El jefe del departamento materno-infantil del (Minsap), Roberto Álvarez, explicó que “los logros y mejorías” de este indicador sanitario se debieron a las acciones para perfeccionar el programa del médico y la enfermera de la familia y el desarrollo alcanzado por la genética médica comunitaria.
Añadió que el programa de diagnóstico, manejo y prevención de defectos congénitos y enfermedades genéticas ha permitido mantener durante seis años consecutivos la tasa de mortalidad infantil por defectos congénitos por debajo de uno por cada mil nacidos vivos, que en 2018 fue de 0,8.
El especialista refirió que, desde inicios de 2018, el Minsap ha impulsado un plan de medidas con el fin de mantener y mejorar este indicador, entre ellos perfeccionar los sistemas de dirección y el control al programa en las provincias con mayores problemas, un plan de superación profesional, investigaciones, promoción de salud, y acciones específicas para reducir la mortalidad infantil.
Otros indicadores del año concluido revelan que la tasa de mortalidad de los menores de 5 años se redujo de un 5,5 en 2017 a un 5,3 en 2018, mientras que la tasa de mortalidad en la edad escolar se mantiene por debajo de 3,0 desde 2002.
En el caso de los nacimientos –en los que Cuba exhibe una tasa global de fecundidad muy baja en los últimos 30 años y una marcada tendencia al envejecimiento poblacional– se incrementaron en 1,349 con relación a 2017.