El Ministerio de Comercio Interior de Cuba (Mincin) anunció que la venta de materiales de construcción comenzará a realizarse exclusivamente por medio de pagos electrónicos a partir de este mes, informó la Agencia Cubana de Noticias (ACN).
Un comunicado oficial, publicado por la agencia, explica que “las tarjetas magnéticas u otro canal electrónico” serán los “únicos instrumentos de pago“ para adquirir productos en las tiendas de materiales para la construcción.
De manera “excepcional” se permitirá el uso de otros medios autorizados por el Banco Central de Cuba a las personas afectadas por eventos meteorológicos y a los subsidiados y beneficiados con créditos bancarios aprobados desde 2012 a 2019.
La nota no explica cómo van a pagar quienes no dispongan de tarjetas magnéticas, aunque afirma que por el momento la medida comenzará solo en los municipios cabeceras de las provincias Mayabeque, Cienfuegos, Santiago de Cuba, Guantánamo y el municipio especial Isla de la Juventud.
A partir del mes mayo, se aplicará la norma en las cabeceras del resto de las provincias, y en La Habana comenzará en el mes de abril, agrega el comunicado, citado por la ACN.
La medida está amparada en la Resolución No 25 de 2020 del Mincin, que regula este proceso, y va dirigida a alcanzar mayor transparencia en las ventas y el manejo de dinero en efectivo, utilizando plataformas de Comercio Electrónico.
Cuba sobrecumple plan de viviendas en 2019, pero el déficit se mantiene
La insuficiencia de viviendas es uno de los mayores problemas que enfrenta Cuba, que hace dos años registraba un fondo habitacional de 3.811.002 viviendas, y un déficit cercano al millón de casas.
En 2019 se terminaron 43.700 casas en Cuba, como parte de un programa que planea resolver en 10 años el tema de la vivienda. Esa cifra representa un “sobrecumplimento” para el año pasdo en 10.801 domicilios, pues el plan de construcción o rehabilitación contemplaba sólo 32.899, de acuerdo con declaraciones de un funcionario citadas por el diario oficial Granma.
No obstante, el ritmo constructivo para resolver este problema sigue siendo lento, sobre todo por las carencias de materiales de construcción y la ineficiencia reconocida por las propias autoridades, y, en el caso de las construcciones “por esfuerzo propio”, por la mala gestión de lugares en los que se comercializan los materiales, que son motivo de frecuentes quejas y denuncias por corrupción.