Culmina en Cuba proyecto de la UE para impulsar producción y cultura del cacao

En el plan se invirtieron en total 2,3 millones de euros para contribuir "a la recuperación de un cultivo fundamental" para el oriente cubano, de acuerdo con el embajador de la UE, Alberto Navarro.

Fruto del cacao. Foto: Archivo OnCuba.

Fruto del cacao. Foto: Archivo OnCuba.

La Unión Europea (UE) y la cooperación española culminaron un proyecto de cinco años en Cuba para apoyar la producción de cacao en Guantánamo y potenciar los beneficios sociales y económicos de este cultivo con el fin de mejorar la calidad de vida de una de las zonas más pobres de la Isla.

El cierre del proyecto fue celebrado este viernes en La Habana, donde el embajador de la UE, Alberto Navarro, elogió la “excelente labor” desempeñada por la Agencia Española de Cooperación Internacional y para el Desarrollo (Aecid), que ha ejecutado la iniciativa con fondos europeos y propios.

Con este plan, en el que se invirtieron en total 2,3 millones de euros, “se ha contribuido a la recuperación de un cultivo fundamental” para el oriente cubano, resaltó Navarro, quien agregó que el reto para Cuba ahora es aprovechar el potencial de su cacao, uno de los de mayor calidad del mundo.

El embajador de la Unión Europea en Cuba, Alberto Navarro, habla durante el acto de cierre del proyecto "Apoyo a la cadena productiva del cacao en el Oriente rural", el 22 de febrero de 2019 en La Habana. Foto: Ernesto Mastrascusa / EFE.
El embajador de la Unión Europea en Cuba, Alberto Navarro, habla durante el acto de cierre del proyecto “Apoyo a la cadena productiva del cacao en el Oriente rural”, el 22 de febrero de 2019 en La Habana. Foto: Ernesto Mastrascusa / EFE.

Desde marzo de 2014 y sorteando los destrozos que causó en esa zona del este de la Isla el huracán Matthew a finales del 2016, las cooperaciones de la UE y España han trabajado con 31 cooperativas de productores de cacao, dos fábricas e investigadores de varias instituciones estatales y locales.

El objetivo, a partir de la mejora de la seguridad alimentaria, era emplear las oportunidades del cultivo del cacao para desarrollar el entramado productivo local y aprovechar los subproductos de la cosecha cacaotera como la madera o el vino y vinagre de cacao.

De esta forma, según los responsables del proyecto, se generó una cadena de valor que implicó también a otros cultivos como los frutales y el coco, e incluso la elaboración de helado.

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En estos años también se introdujeron buenas prácticas agrícolas basadas en el respeto medioambiental, se mejoraron las variedades de la planta mediante la técnica del micro-injerto, se modernizaron las instalaciones, equipos y herramientas, y se apoyó a las mujeres productoras, ya que la iniciativa partía de un enfoque de igualdad de género.

Pero más allá de lo meramente agrícola, se trata de un proyecto que contribuye a arraigar a la población en el medio rural, en opinión del embajador español en Cuba, Juan Fernández Trigo, quien ponderó la acción “multiplicadora” de este emprendimiento en el que unieron fuerzas las cooperaciones española y europea.

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