Redacción OnCuba
Más de 5,000 turistas cubanos han llegado a Nicaragua en lo que va de 2019, según informó este martes el Instituto Nicaragüense de Turismo (Intur).
“El año pasado tuvimos la visita de 566 cubanos a Nicaragua, hoy en día ya vamos a más de 5,000 que nos están visitando”, dijo Ana Carolina García, directora de Promoción y Mercado del Intur, a través de un comunicado gubernamental distribuido por correo electrónico.
El incremento de cubanos en Nicaragua, superior al 700 por ciento, responde a la voluntad expresa de ambos gobiernos de «fortalecer los lazos de cooperación en el ámbito del turismo, para lograr el aumento de los flujos turísticos».
A principios de abril la codirectora del Intur, Anasha Campbell, y el ministro de Turismo de Cuba, Manuel Marrero, en presencia del representante de la agencia oficial de inversión y exportaciones ProNicaragua, Laureano Ortega Murillo, hijo del presidente Daniel Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo, firmaron un acuerdo turístico para la promoción bilateral de este sector.
Ese objetivo se sustenta en el puente aéreo Managua-La Habana, establecido por la aerolínea venezolana Conviasa en diciembre de 2018.
Desde enero las autoridades consulares de Nicaragua en Cuba comenzaron a facilitar el trámite de visado para los cubanos, y el efecto ha sido súbito.
Actualmente los requisitos para que un cubano obtenga un visado son:
- Tener pasaporte cubano vigente
- Boleto aéreo de ida y vuelta
- Llenar el formulario de Solicitud de visa que se solicita por correo electrónico
- Pagar la visa con un valor de 30 CUC
Los cubanos “son amantes de nuestros volcanes. Ellos no tienen volcanes, entonces es impresionante para ellos que nosotros tengamos ese volcán de lago de lava activo, y que lo pueden ver de cerca, que una de nuestras fortalezas o nuestros productos estrellas en estos momentos”, afirmó García.
Mientras la funcionaria nicaragüense considera que los cubanos viajan a Nicaragua atraídos de manera especial por los volcanes nicaragüenses, muchos isleños se aprestan a aprovechar las nuevas circunstancias.
El gran incremento de “turismo” cubano a ese país se debe al propósito de emigrar, ya sea para asentarse en la propia Nicaragua o para usar ese país como principio de una ruta hacia Estados Unidos, el destino más anhelado por los cubanos.
Un claro ejemplo es la situación vivida en Uruguay. Entre febrero y abril más de 1200 visas fueron otorgadas a cubanos en ese país.
Algunas de las personas consultadas por una televisora local sostuvieron que tenían deseos de hacer turismo, pero otros, después de conseguir que su pasaporte fuera estampado, explicaron que en realidad deseaban irse a Nicaragua a vivir por ser un país más barato en el que podían tener mayor nivel adquisitivo.
Los ingresos por turismo en Nicaragua pasaron de 840,5 millones de dólares en 2017 a 544,4 millones de dólares en 2018, debido fundamentalmente a la crisis sociopolítica que atraviesa ese país.
Su economía debía crecer entre un 4,5 y un 5 % en 2018, pero el producto interno bruto cerró en 3,8 %, según las cifras oficiales.
Nicaragua también es un destino atractivo para las llamadas “mulas”, visitantes de paso cuya intención siempre es regresar a Cuba para mantener sus negocios como comerciantes informales.
Se trata de personas que salen a comprar productos a países como Ecuador, Haití, Panamá o Rusia, a donde ha sido relativamente fácil viajar por no tener o ser muy flexibles en sus requisitos de visado, para luego revenderlos en Cuba.
Ese comercio irregular es uno de los sustentos de miles de cubanos que garantizan de este modo sus ingresos y que de paso cubren el notable desabastecimiento que hace años caracteriza el comercio minorista en la isla. Pueden comerciar con casi todos los tipos de productos imaginables a través de plataformas web donde se anuncian –desde electrodomésticos hasta juguetes sexuales; desde materiales de construcción y piezas de repuesto para automóviles, hasta ropa y calzado.
Nicaragua es hoy, tanto para cubanos migrantes como para comerciantes, el nuevo destino en el hit parade y no precisamente por la belleza de sus volcanes.
