Día de la visibilidad trans: una fecha para reivindicar

El Día internacional de la visibilidad transgénero comenzó a celebrarse en 2009 por iniciativa de la activista Rachel Crandall, fundadora de la organización Transgender Michigan. La fecha fue concebida con la finalidad de crear conciencia y sensibilizar a la población mundial para acabar con la segregación hacia las personas transgénero.

El reporte de Cuba más cercano a la fecha —aunque data del 2017— daba cuenta de alrededor de 3700 personas trans en el país, de acuerdo con estimaciones de la encuesta sobre Indicadores de Prevención de Infección por VIH. Como grupo vulnerable, estas personas padecen las carencias de marcos legales que les amparen ante la violación de sus derechos, y con frecuencia se exponen a sufrir burlas y otras tantas acciones denigrantes como la violencia física, la falta de aceptación de sus familiares y el rechazo de su entorno social.

El Artículo 42 de la actual Constitución de la República de Cuba establece que “todas las personas son iguales ante la ley, reciben la misma protección y trato de las autoridades, y gozan de los mismos derechos, libertades y oportunidades”. El texto constitucional garantiza la no discriminación “por razones de sexo, género, orientación sexual, identidad de género, edad, origen étnico, color de la piel, creencia religiosa, discapacidad, origen nacional o territorial, o cualquier otra condición o circunstancia personal que implique distinción lesiva a la dignidad humana”. Sin embargo, a nivel nacional se sabe que la población trans es una de las más vulnerables ante diversas formas de discriminación y violencias. Desde hace más de una década, el CENESEX ha informado que trabaja en un proyecto de Ley de Identidad de Género que, entre otros derechos, debe garantizar el cambio de identidad o proceso de transición para las personas trans.

Incluso el nuevo Código de las Familias, esperado durante más de dos décadas, no es suficiente para las actuales demandas de esta comunidad, aunque sin duda alguna trae consigo beneficios importantes para la comunidad LGBTIQ+ cubana. No obstante, es necesaria un Ley Integral de Género en Cuba donde quede plasmada la protección a la infancia trans, que posibilite hacer valer la identidad sexual de las personas transgénero mediante acciones como el cambio de sus datos en documentos oficiales, el castigo ante la discriminación laboral o de otras índoles; es necesario, en suma, que se respeten los derechos de las personas trans a expresar libremente su identidad de género. En ese contexto, exigir una Ley de Identidad de Género no es solo una batalla de la comunidad trans, es una batalla de quienes creen que un mundo mejor es posible.

Precisamente con todos estos reclamos el pasado viernes aconteció en La Marca, por iniciativa de Mel Herrera, escritora y activista LGBTIQ+ cubana, un Festival por el Día Internacional de la visibilidad transgénero; un espacio cargado de emociones y sobre todo necesario; un día donde quedó expuesta la diversidad en la que vive la Cuba de hoy.

En esta ocasión Mel Herrera, en su labor educativa innata y empírica, hizo entender —desde sus experiencias y sus conocimientos— lo que a diario hacemos como sociedad y que, sea por ignorancia o por no vivir experiencias de este tipo en nuestra piel o de primera mano, laceran y vulneran a la comunidad trans y comprometen su calidad de vida. Ante tal contexto, un espacio de intercambio como este demostró que existen aún muchas dudas y desconocimiento acerca de esta comunidad y que abogar por una mayor visibilidad a nivel colectivo es una tarea necesaria.

Afibola Sifunola, poetisa ganadora del tercer premio de la “Copa América de Poesía Slam”, recitó en el evento poemas que sacudieron paredes y erizaron pieles, poemas con una fuerza desgarradora que abordaban temas como el racismo, la homofobia, la desnudez, etc. También mujeres y hombres trans contaron sus vivencias, sus miedos, sus emociones, sus luchas, como fue el caso de Denis y de Gaby, quienes lograron conectar con el público presente y nos permitieron adentrarnos en sus vidas personales y sentir la valentía necesaria para poder vivir en una sociedad aun tan sesgada. Fue imposible no conmoverse y no empatizar.

El audiovisual también estuvo presente en este Festival, a través del corto de Alexa García, estudiante de primer año de la Facultad de Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual (FAMCA). Su obra, titulada “Auto Stop”, para la cual este espacio tuvo la primicia, logró, en tan solo 1 minuto, dar una lección de inclusión, empatía y sororidad a los allí presentes.

Emprendimientos como Librería “La Tertulia”, Bichos y Muluk Cosmética contribuyeron con sus productos a la realización de una rifa, acompañados por stickers de la plataforma #LesStickersTeadores, un canal en Telegram donde se pueden descargar imágenes para hacer stickers sobre el nuevo Código de la Familia, la comunidad LGBTIQ+, visibilidad trans y muchos más temas. Majestuosa fue la intervención de la diva Kiriam Gutiérrez Pérez, uno de los íconos LGBTIQ+ más notorios de Cuba, además de actriz, modelo, transformista y activista. Su exposición fue a cerca de la presencia trans en el cine, manifestación en la cual ella fue pionera incluso en momentos en que estos espacios solo incluían a personas cisgénero ¹.

Se reflexionó sobre los estereotipos y prejuicios que crea el cine y la televisión a cerca de las personas trans, representándolas siempre como marginales, violentas, y se cuestionó que en ocasiones son ridiculizadas y satirizadas. El cierre de este espacio fue llevado a cabo por la propia Kiriam, en una actuación donde reafirmó su talento y donde cantamos junto a ella, estremeciendo las paredes de La Marca.