Hasta ahora ha sido solo una más de las muchas especies endémicas que habitan la Sierra de los Órganos, pero pronto la Zachrysia guanensis podría convertirse en uno de los platos más exclusivos de la cocina cubana.
Al menos esa es la intención de Manuel Correa, un pinareño emprendedor, que decidió llevar a la práctica lo que investigadores y científicos habían sugerido desde hace tiempo, pero nadie logró concretar hasta ahora: la cría de este curioso molusco terrestre.
Cuenta que la idea nació a partir de un proyecto iniciado por especialistas europeos y del Ministerio de Ciencias, Tecnología y Medio Ambiente cubano en el año 2006, que luego fue abandonado.
El objetivo, explica Manuel, es ayudar a la conservación de la Zachrysia, una especie muy frágil, que en los últimos tiempos se ha visto afectada por la acción del hombre y de sus depredadores naturales.
“Hay senderos donde ha desaparecido debido a varios factores, como la cría extensiva de animales”, dice.
El proyecto para la protección de este caracol que en su etapa adulta llega a alcanzar unos cinco centímetros de largo y pesar entre 30 y 40 gramos, tiene lugar en un área ubicada al pie de los mogotes del Valle de Dos Hermanas, en el corazón del Parque Nacional Viñales.
Según Manuel, se escogió este sitio por reunir las condiciones idóneas para la reproducción de la Zachrysia. En él se construyeron alrededor de 10 criaderos artificiales en los que se ubicaron un total de 80 ejemplares, y se ha incrementado la presencia de plantas que forman parte de la dieta de estos moluscos.
Aunque el propósito principal siempre ha sido la conservación, el aumento de la población, al cabo de poco más de cinco años, hoy hace pensar en su aprovechamiento.
Manuel estima que ya se pueden empezar a extraer de 900 a 1000 individuos, tras el período reproductivo, entre los meses de mayo a octubre.
María Enma Palacios, especialista del Parque Nacional Viñales, asegura que la Zachrysia guanensis ha sido utilizada durante décadas como animal de laboratorio por varias instituciones científicas de Cuba, pero unido a ello, pudiera emplearse en la fabricación de cosméticos y sobre todo en el consumo humano.
Al respecto señala que existen múltiples recetas de cocina que ya han estado probando.
“Investigaciones realizadas por la Universidad de Pinar del Río, indican que su carne posee un alto valor proteico, no contiene grasa, es muy saludable y muy digerible”, comenta Enma.
De ahí la intención de lograr los permisos para iniciar su extracción, y poder comenzar a incluirla en el menú de los restaurantes locales, donde esperan que sean muchos los comensales que terminen diciendo como Timón y Pumba, los dos simpáticos personajes de Disney en el Rey León: “¡Viscosos, pero sabrosos!”.