Un hábitat para la infancia

Una empresa privada gestiona un parque en Calzada y F en el Vedado, en una alianza público-privada.

Actividades comunes en el parque de calle Calzada y F, en el Vedado. Foto: Cortesía Hábitat.

De los momentos difíciles surgen oportunidades. Aunque la frase puede parecer un cliché, Oscar Mendía, un emprendedor habanero, es testigo de que así sucede.   

Con la pandemia de COVID-19 llegó para él una noticia inesperada. El cierre de fronteras y la disminución a cero del turismo en la isla lo obligaron a dejar el blog donde trabajaba desde hacía cinco años.

“Tocó reinventarse”, admite en una conversación con OnCuba, en el renovado parque Hábitat, en Calzada y F, el fruto palpable de su sacrificio y emprendimiento.

Padre de dos hijos, Oscar siempre había tenido la intención de rehabilitar un espacio de juegos en su natal Vedado. Sin embargo, cómo hacer sostenible el sueño siempre lo había frenado. Pero, quizá, lo que necesitaba era un empujón de las circunstancias para encontrar la forma.  

Oscar Mendía, dueño de Hábitat
Oscar Mendía, empresario privado que gestiona la gastronomía y las actividades del parque público Hábitat. Foto: OnCuba

En 2020, fruto de negociaciones con el Gobierno municipal, logró permisos para desarrollar actividades de gastronomía en un parque indicado por las autoridades, a cambio de respetar los principios urbanísticos y cuidar el sitio, entre otros requisitos más específicos.

Las obras de rehabilitación, a cargo del estudio de arquitectura Ad Urbis, se llevaron a cabo durante la pandemia. El parque estaba descuidado y los equipos habían pagado el precio de la cercanía a la costa.

En medio de las reformas, el anuncio de la creación de las micro, pequeñas y medianas empresas privadas en Cuba en 2021 sorprendió a Oscar.

Todo comenzó a tomar forma y pudo respirar tranquilo. Sobre todo por el riesgo que corrió al aventurarse en un proyecto cuya principal inversión provino de la venta del viejo auto familiar.

La abuela de Oscar, quien recibió el vehículo como estímulo en su juventud, es hoy una de las visitantes asiduas de Hábitat, un espacio abierto en 2021 y compuesto por los equipos de juegos rehabilitados, una pequeña área de sombra y dos contenedores convertidos en cafeterías, que son la esencia del negocio. También tienen mensajería con la aplicación de entrega a domicilio Mandao.

“Tenemos un modelo muy sencillo, además, replicable. Se trata de un negocio privado insertado dentro de un espacio público que permanece siendo público, en el que hacemos posible el mantenimiento del sitio”, explicó Oscar.

“Lo más importante, y quizá lo que más agradece a la comunidad, es nuestro programa de actividades gratuitas. Todas son libres de costo para las personas que asisten, pero realmente no son gratis, nosotros asumimos los gastos de organización”, dijo.

Emprender pensando en la infancia

“Hábitat me ha traído muchas alegrías porque es un espacio en el que puedes llegar a muchos niños diferentes y a sus familias. Desde que estuve por primera vez hace tiempo me he mantenido repitiendo”, aseguró la psicóloga Lora Cepero, dueña del emprendimiento Talleres MiaMar, proyecto que desarrolla habilidades cognitivas, emocionales y sociales a través de la fotografía.

En tanto, Yarelys Herrera, copropietaria de Sovi, una marca de juguetes y materiales didácticos, describió la experiencia en el parque como una oportunidad de intercambiar con la comunidad de ese parte de La Habana y de otros que lo visitan.

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Negocios enfocados en la infancia como Golden Kids, Ekopeque y otros que incluyen desde la educación hasta las artes, acuden al espacio como parte de una programación de actividades que organiza la empresa privada.

Cepero explicó que, precisamente, a quienes recién comienzan en el emprendimiento les resulta difícil disponer de un local para desarrollar su actividad. Ante este panorama, participar en Hábitat ayuda, incluso, al crecimiento del negocio.  

Actividades educativas en el parque. Foto: Cortesía de Hábitat

“Es un espacio muy visitado y luego me han llegado a los talleres que ofrecemos en MiaMar niños que han estado en el parque. Además, nos ayuda a cubrir la parte comunitaria que nos interesa promover”, comentó.

Para Oscar Mendía esas alianzas benefician el posicionamiento del parque como un lugar de interés en cuanto a la promoción de los valores en la infancia. Esto poco a poco va sucediendo. Incluso, instituciones estatales como la Dirección Municipal de Cultura en Plaza de la Revolución han realizado actividades en Hábitat.

Equilibrio público-privado

Consultado por OnCuba, el doctor Juan Triana, destacado economista y autor de textos sobre alianzas público-privadas, precisó que este tipo de relaciones son viables en el contexto cubano.

“Una alianza entre el sector público y el privado para alcanzar un objetivo común a partir de las fortalezas de ambos trasciende una relación puntual; significa encontrar objetivos comunes que generen beneficios para ambos”, explicó.

Triana precisa que la mayor o menor viabilidad de estas articulaciones dependerá tanto del contexto como de la voluntad política, así como de la adecuada definición de roles y el respeto de lo pactado.

Aunque a una pequeña escala, el caso de Hábitat, un parque público empleado por una empresa privada con términos establecidos, demuestra que es posible esta relación en beneficio de la ciudadanía.

Foto: Cortesía de Hábitat

Mendía insiste en la importancia de que quien visite el sitio que gestiona sepa que continúa siendo público. Ha colocado carteles con ese fin. “No perdemos de vista nunca que estamos manejando un espacio público, aunque seamos un actor privado”, dijo.

“Nuestro proyecto ha tenido una super aceptación de la comunidad. En parte sucede así porque, antes de empezar la intervención, realizamos talleres con niños, adolescentes y ancianos para preguntarles cómo querían que fuera el espacio”, relató.

Sin embargo, este tipo de relaciones público-privadas no son muy comunes y aún se necesita mayor educación ciudadana para entender el balance entre ambas formas de propiedad, según Oscar.

“De los principales desafíos que tengo, además de los de cualquier proyecto gastronómico en Cuba, es que los visitantes y la comunidad perciba este sitio como público. Por ejemplo, a veces las mesas de la cafetería las tengo ocupadas por estudiantes del pre y llegan consumidores y no hay espacio. Yo no saco a los muchachos para que se sienten los otros. Eso estaría mal”, comentó.  

“Otro ejemplo, en mi objeto social está la comercialización de bebidas alcohólicas. Sin embargo, creo que un lugar con niños no tiene por qué convertirse en un sitio para tomar cerveza y escuchar reguetón. Me parece que no tiene sentido”, opina.

No obstante, estas decisiones parten del sentido común y la buena voluntad de Oscar, quien es padre y está sensibilizado, pero, tal como confirmó, no existe una obligación formal.

En este sentido, Triana acotó sobre el deber ser de las relaciones públicos-privadas: “Resulta determinante que queden bien establecidos los roles de cada uno, los límites, incentivos y que existe un verdadero control popular de la gestión de las mismas”.   

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