Más de 24,000 toneladas de concentrados de plomo y zinc ha exportado ya el Proyecto Polimetálico Castellanos, la mayor inversión de la minería cubana en los últimos años.
Ubicada en Santa Lucía, en la provincia de Pinar del Río, Castellanos es la mina a cielo abierto más profunda de Cuba y tiene reservas para más de 11 años de explotación. Sin embargo, en las cercanías existe otro yacimiento incluso mayor, explica este miércoles el diario Granma.
La inversión fue enorme, más de 272 millones de dólares, y la puesta en marcha ocurrió el 1ro. de julio de 2017. Tres meses después había comenzado a entregar el concentrado de ambos minerales.
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Desde entonces la producción ha crecido, impulsada por el trabajo ininterrumpido, tanto en la mina como en la planta de procesamiento. Según el ingeniero Eusebio Hernández, jefe de la industria, en enero se procesaron 60,000 toneladas de mineral y en febrero 73,000. Para marzo esperan llegar a 78,000, y aumentarían a 83,000 por mes a partir de abril.
“En estos momentos están entrando a la industria entre 135 y 140 toneladas por hora, pero esa cifra debe subir a 160, que es la capacidad prevista para la planta. Todavía estamos en una etapa de optimización de los parámetros tecnológicos”, dijo Hernández a Granma.
Las exportaciones iniciaron en diciembre y hasta finales de febrero habían salido de Castellanos 7 532 toneladas de concentrados de plomo y 17 442 de concentrados de zinc.
Cada tres días sale una sale un embarcación con los concentrados de plomo y de zinc desde el puerto de Santa Lucía hasta el Mariel. Son 33 contenedores por viaje, que cargan 700 toneladas, pero se espera duplicar la cifra cuando se instale una grúa portuaria.
Para llegar al mineral
Par alcanzar las rocas con plomo y zinc se han movido más de tres millones de metros cúbicos de material estéril, y se ha rebajado un cerro de 114 metros de altura, explicó el ingeniero Carlos Fuentes.
Según Granma, en la actualidad se trabaja a 42 metros sobre el nivel del mar, pero se continúa descendiendo. Cuando termine esta etapa del proyecto, al cabo de 11 años, se operará a menos 106 metros.
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Fuentes, con experiencia en la minería en Moa, en el oriente de la Isla, habló de las condiciones que hace distinto un proyecto como Castellanos.
“Allá, en el níquel, son grandes yacimientos que se explotan de manera horizontal. La máxima profundidad alcanza unos diez metros. Aquí, en cambio, se avanza de forma vertical. Esta es la primera experiencia que habrá en el país con este tipo de minería, dice. Además, es un yacimiento polimetálico, en el que aparte de plomo y zinc, hay rocas que nada más se ven cuando pasas la universidad”, explicó.
Pues adelante!, Bienvenido sea todo el progreso en la isla. Y que sea siempre pensando en exportar después un producto terminado y no solo la materia prima para este, como en el caso del Níquel.
Mucho cuidado y atención, las experiencias de minas a cielo abierto en el resto de América Latina y el mundo, no han traido buenas consecuencias para el medio ambiente, quien por desgracia siempre es quien más se afecta. El desarrollo sostenible es posible, el progreso de nuestra economía igual; pero los riesgos ambientales son muy grandes.