Aun con su reconocida longevidad y obsolescencia, las centrales termoeléctricas (CTE) se encuentran en el centro del debate sobre la generación en Cuba, y no serán llevadas al desguazadero.
Su estado de deterioro, tras décadas de desinversión y mantenimiento apropiados, es innegable. Sin embargo, el Ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, se muestra optimista y detalla los planes del Gobierno para revertir esta situación calamitosa.
“No solo con parques solares se rebasará el déficit actual; a la par se recupera la generación distribuida y las termoeléctricas irán a un plan de reparación intensiva que ya comenzó en Cienfuegos”, adelantó el funcionario en la segunda parte de una larga entrevista con el diario Granma.
Las CTE han sido históricamente la base del Sistema Eléctrico Nacional (SEN). Sin embargo, su envejecimiento y la falta de reparaciones capitales han provocado una disminución en su eficiencia y un aumento sostenido en las averías y salidas de circulación.
Tal decadencia operativa ha contribuido significativamente a los prolongados apagones que azotan a la población y la economía del país, más allá de los enormes déficits de combustibles.
Ante esta situación, De la O Levy enfatizó la importancia de no abandonar esta fuente de energía: “Estamos instalando 1 000 MW de energía solar fotovoltaica este año, pero a la par hay un proceso de recuperación de las termoeléctricas, también en este año”, aseguró a Granma.
Ejemplos y asignaturas pendientes
El ministro destacó el caso de la CTE Carlos Manuel de Céspedes, de Cienfuegos, como un ejemplo de los esfuerzos gubernamentales para rehabilitar las añejas termoeléctricas.
“De las dos unidades de la CTE Carlos Manuel de Céspedes, que son parte de la columna vertebral del SEN, en abril sincroniza la primera”, aseveró.
Esa sincronización, según De la O Levy, es un paso importante para mejorar la estabilidad del sistema eléctrico y reducir los apagones, que cada semana paralizan cerca o más de la mitad del país, sobre todo hacia las ciudades y pueblos fuera de la capital.
La otra cara de la moneda es la CTE Antonio Guiteras, de Matanzas, el mayor bloque unitario de la isla y caballo de batalla, aunque renqueante por momentos, del SEN. Se trata de una planta que no ha recibido una reparación capital desde 2004 y que consume crudo nacional por oleoducto, sin necesidad de ocasionar gastos en la transportación del combustible.
El titular de Energía y Minas reconoció la urgencia de esta tarea, una y otra vez postergada en medio de la prolongada crisis energética de la isla.
“Los rotores de Guiteras no se abren desde aquella avería en el año 2004. Entonces, saca la cuenta. Desde 2004 había que haberle hecho ya dos reparaciones capitales, y no se le ha hecho ninguna”, dijo, aunque admitió que “otras unidades tienen mucho más tiempo de sobreexplotación”.
De la O Levy aseguró que desde su ministerio se analiza el momento para dar ese necesario mantenimiento y se están tomando medidas para abordar su enorme costo logístico.
“Para reparar de manera capital la Guiteras hacen falta 600 personas, y pueden ser ocho o diez meses”, explicó.
La magnitud de la labor a realizar y los recursos necesarios para la misma hacen que la rehabilitación de ese bloque sea en sí misma un desafío considerable. Pero, al mismo tiempo, también lo será para el SEN, que deberá mantenerse generando largos meses sin el aporte de esa unidad.
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Energía renovable: ¿complemento o sustituto?
Ante el progresivo deterioro de las CTE, muchos se preguntan si la energía renovable puede ser la solución definitiva a la crisis energética.
Si bien De la O Levy reconoce la importancia de esa fuente energética, también enfatiza que no puede ser vista como un sustituto completo de las termoeléctricas y que sus aportes salgan del mix energético.
“Volvamos a esa pregunta lógica que el pueblo se hace: ‘si tengo 1 500 MW de déficit, y se instalarán 1 000 MW este año, ¿me voy a quedar con 500 MW de déficit?’. No”, aseguró categórico.
El funcionario explicó que la energía renovable, especialmente la solar fotovoltaica, es una parte importante del plan gubernamental para la recuperación del SEN, pero que las termoeléctricas siguen siendo necesarias para garantizar un suministro eléctrico estable y confiable.
Ante la inestabilidad que pueden provocar los parques solares, dado sus recaídas de entrega por días nubosos o lluviosos, el ministro de Energía y Minas comentó que la primera acumulación prevista como parte de este programa “será para la estabilidad del sistema, y va a responder a la inestabilidad que pueden provocar los parques solares”.
En sus explicaciones, el directivo colocó un ejemplo potencialmente cotidiano: “Un parque está generando 21 MW […] y de pronto pasó una nube y bajó la carga. ¿Qué pasa entonces? Ahí entra a suplir ese déficit la batería, en milisegundos, mucho más rápido de lo que puede entrar una termoeléctrica de respaldo”.
“Además, en este proceso inversionista está previsto incorporar baterías para entregar energía, de cuatro y cinco horas. Es decir, que se carguen con la energía solar fotovoltaica”, añadió.
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Generación distribuida y desafíos logísticos
Además de la rehabilitación de las CTE y la expansión de la energía renovable, el Gobierno cubano también está apostando por la recuperación de la generación distribuida, es decir, la reactivación de centrales eléctricas más pequeñas y descentralizadas.
Al respecto, De la O Levy destacó el papel fundamental que desempeñó la generación distribuida para mitigar el impacto de una falla reciente en la central eléctrica Felton.
“El día en que se fue Felton, estaba generando 200 MW, y en media hora, con la generación distribuida […] recuperamos 350 MW disponibles; es decir, 150 MW más de lo que se había ido”, afirmó en referencia a la más reciente avería de la planta holguinera, otro baluarte del SEN.
El ministro aseveró que como parte de la estrategia en marcha, se están tomando medidas para recuperar la generación distribuida y aumentar su capacidad de respuesta ante emergencias.
No obstante, reconoció en su diálogo con Granma que el proceso de recuperación del SEN no está exento de desafíos, especialmente en el ámbito logístico.
“Hubo un retraso en los arribos porque, en un momento determinado, desaparecieron los contenedores con destino a Cuba. Es decir, no había manera de adquirir contenedores para introducir la mercancía. Tuvimos que ir a comprar contenedores”, precisó sobre el caso de los nuevos parques solares fotovoltaicos.
Ante esta situación, apuntó que el Gobierno ha tenido que tomar “medidas extraordinarias” para garantizar el suministro de equipos y materiales necesarios para los proyectos de recuperación.
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Optimismo cauteloso y un largo camino por recorrer
A pesar de los desafíos y los retrasos, el titular de Energía y Minas se muestra optimista sobre el futuro del SEN.
“Se trata de un proceso paulatino, costoso, un proceso inversionista del cual sí se ve la luz al final del camino, y que no termina con estos 1 000 MW”, dijo.
De la O Levy aseguró que el Gobierno está comprometido a seguir trabajando para mejorar la estabilidad del sistema eléctrico y reducir los apagones, aunque reconoció que el camino por recorrer es largo y requiere un esfuerzo sostenido.
De acuerdo con sus declaraciones, las metas para mejorar el SEN en 2025 se distribuyen en crear capacidades para generar más de 1000 MW en parques solares fotovoltaicos, con 200 MW de acumulación para socorrer sus desbalances.
A su vez, finalizar los mantenimientos de las unidades 3 y 4 de la termoeléctrica de Cienfuegos; la unidad 2 de la de Santa Cruz del Norte; y la unidad 5 de Renté, de Santiago de Cuba, así como asegurar el financiamiento y la ejecución del mantenimiento capital a la Guiteras.
Finalmente, recuperar 850 MW de disponibilidad en la generación distribuida: 520 MW en los motores a base de diésel, y 330 MW en los que funcionan con fuel.
Sin embargo, ese esquema de recuperación pende de financiamientos millonarios en momentos en que la economía de la isla sufre un ciclo de no crecimiento, en tanto el consumo doméstico no ha dejado de aumentar, a veces, más que duplicando la oferta energética.
Las principales fuentes de ingresos en divisas cubanas están deprimidas, y el factor geopolítico, en primer lugar las sanciones estadounidenses, y el factor tiempo, además, juegan en contra en un país descapitalizado y con demasiadas urgencias que rivalizan entre sí en el listado de prioridades.
“Instalar 1 MW de potencia nueva puede costar alrededor de uno a 1.6 millones de dólares, en dependencia de la tecnología”, calculó en agosto de 2022 el entonces ministro de Energía y Minas, Liván Arronte Cruz, sustituido apenas unos meses después.
Según reveló el presidente Miguel Díaz-Canel se necesitan unos 500 millones de dólares anuales solo para la reparación y mantenimientos capitales de las termoeléctricas. El mandatario reconoció que la estrategia de Gobierno “de golpe no resuelve los problemas”.
“No hemos tenido el dinero durante años para mantener las termoeléctricas”, dijo recientemente Díaz-Canel, quien como otras autoridades, ha refutadio que la crisis energética se deba a ineficiencias gubernamentales.
Saludos, el ministro puede decir lo que considere correcto. Pero en Cuba deciden quiénes no están preparados tecnicamente . Todo hasta que “” alguien que no conoce del tema”” levanté la mano y señale con el dedo, “” el sustituto “. Este país se dirige desde el 2008 por personas sin preparación técnica, solo con intenciones de hacer “”su política “”
Con una educación media superior, cualquiera puede entender que no habrá electricidad para todos hasta el 2030 (siendo extremadamente optimistas ). Se puede deducir además que ha habido una insuficiente atención del estado hacia este sector, médula espinal de la economía.
Se pueden creer en quienes conducen los destinos de esta isla?. Personalmente hace mucho que no.